Como tesina de su formación docente, el multifacético bajista local realizó una investigación sobre la cultura musical escobarense en los años 90. Una década emblemática de la que también fue partícipe.

Por Martín Pozzo
Director de revista La Negra

Quienes forman parte, como público y protagonistas, de la escena musical escobarense, reconocen la figura de Abel Yardín (38) como el bajista de muchas agrupaciones y solistas de diferentes géneros: desde Hombre Nube, Vermooth Jazz, Sel-K y Ciudad Casino, hasta Iván Álvarez, Facundo Mocoroa y Tributo a Carpenters, entre otros proyectos tan dispares.

Pero su vocación docente y su condición de alumno del Instituto Superior Municipal de Formación Docente y Técnica en Educación Musical de Escobar lo llevaron a investigar, en el marco de la materia “Metodología de la Investigación”, del profesor Alberto Odicino, sobre la importancia musical de la producción local en la década del noventa. Período del que él mismo fue protagonista.

El trabajo se tituló Rompecabezas: el surgimiento de una generación musical y le permitió lograr el ansiado título de Profesor en Educación Musical y Superior, en 2016. Actualmente, además de seguir tocando, Abel se desempeña como docente de Música en instituciones educativas.

“La cultura local de Escobar en los años 90 sufrió una conmoción que desestabilizó los parámetros existentes de las industrias culturales de aquel entonces. La contra hegemonía cultural será canalizada mediante la producción musical en todas sus facetas expresivas. Algunos de los protagonistas nos cuentan en primera persona el desarrollo de sus obras, sus formas de interpretar el medio y como, el mismo medio, inspiró en sus composiciones”, resume en su tesina.

Así fue que entre teorías sobre cultura y música, se entremezclan los testimonios de Juan Manuel Díaz Puerta, artista plástico y músico fundador de dos bandas importantes: Hombres Libres y Magdalena; Héctor “Mono” Díaz, voz de Hermanos de la Calle, y los integrantes del grupo punk rock Sal Demonio, por nombrar algunos.

También tomó como fuente el artículo Antología Poética del Rock Escobarense, publicado en esta misma sección (febrero 2014). En esa ocasión se recopilaba una selección de letras de La Barba, El Viejo Surco, Compresión, Hermanos de la Calle, Los Animalitos, Puerco Chino y Shaolin Dragon.

“El objetivo del trabajo es demostrar que en la década de 1990-2000 fue el nacimiento de una generación de músicos que llevaron la cultura rockera local a un punto nunca antes visto. Además, justifico cómo su música transcendió las barreras culturales impuestas por la demagogia cultural desde ese entonces. Se contrasta con el pobre entendimiento por parte de las autoridades locales de ese momento de este movimiento sociocultural”, plantea el autor sobre los propósitos que lo llevaron a elegir esta temática.

Yardín promete que, a la brevedad, su investigación será publicada en las redes sociales para que todos los interesados puedan acceder al material.

Junto con el trabajo de otros profesionales, sociólogos, músicos y periodistas, Escobar comienza a contar y a documentar la importancia de la cultura joven y la influencia del rock sobre la misma.

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