El pasaje vehicular que conecta Maschwitz con Escobar fue reconstruido reemplazando la madera por hormigón. Además, la obra incluyó el ensanche del arroyo, para evitar inundaciones.

Hace dos años, más precisamente el martes 7 de julio de 2015, el puentecito de La Arenera amanecía roto, con su techo de chapa partido a la mitad sobre los tablones del precario pero emblemático corredor vial que conecta a Ingeniero Maschwitz con Belén de Escobar.

Aunque nunca se supo qué pasó, las miradas de todos los vecinos apuntaron contra los camiones que iban y venían llevando materiales a las nuevas urbanizaciones privadas. Entre ellas Puertos, el megaemprendimiento de Eduardo Costantini, quien aceptó pagar los platos rotos.

A través de un acuerdo con el Municipio, la empresa Consultatio se comprometió a levantar un nuevo puente, más grande, resistente y seguro, hecho con hormigón. Y también a ensanchar el cauce del arroyo Escobar para mitigar las frecuentes inundaciones en el barrio San Luis y la zona aledaña.

Aquella promesa, firmada en junio de 2016, terminó de materializarse el sábado 29 con la inauguración de la obra y la reapertura del tránsito vehicular.

Más grande y resistente

A diferencia del viejo y pintoresco puente, construido con perfiles metálicos, durmientes ferroviarios y techo de chapa, su reemplazo se realizó con vigas pretensadas de hormigón armado y cuenta con una capa de rodamiento de concreto asfáltico, por lo cual podrá soportar un peso mayor.

El nuevo cruce de la calle Sucre, en el barrio La Pista de Ingeniero Maschwitz, tiene una extensión de 15 metros y cuenta con un ancho total de nueve metros: la calzada vehicular de 7,8 metros y una vereda peatonal de 1,2 metros, además de las correspondientes barandas y contenciones vehiculares, que también son de hormigón.

El puente, distante 200 metros del Polo de Educación Superior, se construyó sobre tres puntos mediante cabezales y un sistema de pilotaje, con una perforación de 22 metros bajo el lecho fluvial.
Asimismo, el ancho del arroyo se amplió de 8 a 40 metros, lo que permitirá mejorar el escurrimiento y la capacidad de evacuación del agua, evitando los constantes anegamientos ante sudestadas y precipitaciones de mediana intensidad que sufren los vecinos del barrio San Luis y alrededores.

Los trabajos se iniciaron en noviembre del año pasado -el plazo de ejecución era 195 días- y demandaron una inversión total del orden de los $15 millones, que fueron íntegramente aportados por la empresa que desarrolla el megaemprendimiento urbanístico más grande de Escobar, de 1.400 hectáreas.

“Con esta construcción, duradera y sustentable, nuestra generación está aportando una obra de ingeniería muy significativa y que es orgullo como proyecto civil y de revalorización. Pero, además, representa un acto de respeto hacia poblaciones que se veían afectadas por las inundaciones y que ahora verán reparada o mejorada su situación. Por eso, esta obra también trae justicia e inclusión”, enfatizó Sujarchuk al inaugurarla, junto a funcionarios y vecinos.

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