A los 24 años, Daniel Tarchini dice que dejó de soñar con Cosquín, pero no renuncia al éxito.

Por HÉCTOR O. SÁNCHEZ
hsanchez@dia32.com.ar

Con sus jóvenes 24 años, Daniel Tarchini trata de abrirse paso en un género musical tradicionalmente dominado por gente más grande. Tiene un disco editado (Con el alma en mi pueblo), clasificó para la final provincial de los dos últimos Pre Baradero y ya pasó la mitad de su vida tocando y cantando folklore.

El joven, nacido en Belén de Escobar, recibió a DIA 32 en el estudio de grabación instalado en su propia casa, su lugar, ese donde pasa la mayoría de sus horas disfrutando de lo que más le gusta.

– ¿Quién te incentivó a dedicarte a la música y, específicamente, al folklore?

– El que me “hinchó” fue mi viejo, mirando Show Match cuando estaban los pibes que cantaban y que tocaban la guitarra. Un día me dice: ¿Por qué no tocás el acordeón, el piano, el violín? Pero yo a todo decía que no, hasta que me ganó por cansancio, con la guitarra. Empecé con Horacio (Lizarzuay) y no largué más. Desde los 12 años que estoy tocando.

– ¿Te gustan otros estilos de música? ¿Te animarías a incursionar en ellos?

– Me gustan mucho las baladas, la música romántica, Ricardo Montaner, Bryan Adams, ese estilo. La idea es incursionar en ellos adaptándolos al folklore.

– ¿Qué faceta te gusta más: la de músico, la de cantante o la de compositor?

– A las tres las disfruto a pleno, pero yo quiero llegar a ser cantor popular. Obviamente, la guitarra me va a acompañar toda la vida y seguiré componiendo, pero tengo que dedicarme a cantar.

– Sos un cantautor joven dentro de un género al que históricamente se lo vio para gente más grande. ¿Crees que eso cambió un poco?

– Está cambiando un poco gracias a los productores, porque los tipos la tienen clara, conocen de la historia del folklore, conocen las épocas fieras donde se lo dejó muy de lado y entonces tenés que confiar en ellos. Pero también para que la juventud se acerque lo primero es la familia. Ahí te tienen que incentivar a aprender lo tuyo, el folklore. Después, si te gusta el rock, el jazz, el blues, bueno, dedicate a eso, pero primero aprendé lo tuyo.

Un certamen no es nada. La mayoría de los músicos importantes salen de la gente, de un buen tema”.

– En enero de 2010 presentaste tu primer disco, en el teatro Seminari. A más de un año de ese lanzamiento, ¿te sentís feliz de cómo quedó el trabajo?

– La verdad, ayudó, porque conocí gente nueva. Eso es lo positivo. Desde ese día me empezó a seguir más gente. En cuanto al trabajo, lo hicimos rápido, porque estábamos muy parados. Salió lindo, no me quejo, pero podría haber salido mucho mejor si hubiéramos tenido más tiempo.

– Las competencias en las que participaste, como el Pre Cosquín o el Pre Baradero, ¿ayudaron en algo para tu carrera?

– En realidad lo que hay que realzar es el laburo que está haciendo Cultura acá. Por ejemplo, haciendo el Pre Baradero, que no se había hecho nunca. De lo que pasó en la final, en Chivilcoy, prefiero ni hablar. El primer año nos dolió mucho, porque teníamos muchísimas expectativas, pero este año lo tomamos más tranquilos. Yo dije “bueno, vamos a cantar, total, sabemos cómo nos va a ir”, porque era el mismo jurado. Eso te ayuda mucho a darte cuenta que un certamen no es nada, la mayoría de los músicos importantes no salieron de un certamen, salen de la gente, salen de un buen tema.

– Pensando a futuro, ¿qué expectativas te hacés?

– El sueño de todos es estar en Cosquín, pero hace poco dejé de soñar solamente en ese tema. Ahora, más que eso, mi sueño es que a la gente le guste lo que hago, que la gente se sienta identificada.

De a cinco

Cuatro son los músicos del grupo que acompaña a Tarchini: Gustavo Gómez (guitarra base), Ignacio Encina (bombo), Ariel Lizarzuay (percusión) y Gabriel Piccioni (bajo).

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