Su reciente decisión de no seguir al frente de la bancada oficialista generó diversas interpretaciones sobre su futuro político. Pero él niega segundas intenciones y asegura estar “a muerte” con Sandro Guzmán. ¿Candidato a intendente en 2015?

Por ARIEL J. SPADARO
aspadaro@dia32.com.ar

Conociendo los vericuetos de la política, las rotativas podrían anunciar: “Tras las últimas elecciones, algunos funcionarios que esperaban singulares reconocimientos han quedado heridos al conocer que no ocuparán cargos en el Ejecutivo Municipal”. Otro medio, más observador, comunicaría: “Ante una gestión invariable, experimentado edil busca encausar una nueva alternativa distrital para el peronismo”. Sin embargo, la realidad esboza que Luis Carranza evidenció alguna apatía ante las formas esgrimidas para la renovación de la actual gestión encabezada por Sandro Guzmán. Esto lo coloca en una posición incómoda, pero también lo obliga a seguir para adelante si piensa en el futuro político de su espacio. Es que nada le garantiza que será considerado como alternativa electoral en 2013 dentro del oficialismo.

La historia más cercana deja entrever que su permeabilidad a ciertos cambios hizo posible que durante la última gestión local se convierta en el timonel del Legislativo, pero anteriormente también enfrentó situaciones sinuosas, como presentarle internas al mismísimo Jorge Landau, en 2003. Su reciente decisión de bajarse de la presidencia del bloque justicialista motivó que se paute esta entrevista.

El anfitrión abre la puerta de su departamento en la calle Rivadavia, cerca de la terminal de Escobar, e invita a pasar a un amplio comedor. Sobre una larga pared se exhiben enmarcadas todas las boletas electorales en las que participó, y aún queda lugar para futuros marcos. La ventana brinda una amplia panorámica, desde la que se distinguen con claridad los doce pisos de Altos de Tarragona y otros emprendimientos inmobiliarios que dividen las aguas entre escobarenses.

Desde su óptica, ¿cuáles son los puntos más altos de la gestión municipal que se inició en diciembre de 2007?

Lo más positivo de estos cuatro años de gestión de Sandro Guzmán al frente del Municipio es que pudo reconstruir los vínculos entre el distrito, la Nación y la Provincia. A partir de esos vínculos, Escobar creció en lo que tiene que ver con la obra pública, la generación de empleo, la educación, la prevención en seguridad, la preservación del medio ambiente y también optimizó los servicios de salud de un segundo nivel, con el hospital oftalmológico y el centro odontológico, reforzando además con recursos a los centros de atención primaria. En el plano político, fue valiosa su decisión de reincorporarse al partido justicialista y la capacidad de unir a todo el peronismo local, que en las últimas décadas no había podido unirse detrás de un único líder.

¿Haberse alineado políticamente con el proyecto nacional le reportó a Escobar más beneficios de los que imaginaba a principios de 2008?

Sí, creo que hubo distintas etapas y que existió un actor político externo que con su decisión de ayudar al distrito posibilitó que Escobar creciera, que fue Néstor Kirchner. Los mejores logros que se consiguieron fueron a partir del vínculo que Sandro Guzmán pudo establecer con él.

¿Por qué considera que Kirchner tomó la decisión de favorecer especialmente a Escobar? ¿Para premiar la actitud del intendente de romper con el pattismo?

La decisión política de la conducción nacional siempre fue recuperar a Escobar para el proyecto nacional y popular. Creo que Escobar tenía para el gobierno una importancia política desde el punto de vista ideológico, además de su estratégica ubicación geográfica.

¿Qué asignaturas le quedan pendientes a esta gestión municipal? ¿Hacia dónde debería apuntar en su segundo mandato?

El crecimiento demográfico del distrito obliga a reforzar todo lo que tiene que ver con la infraestructura y los servicios. Por ejemplo, el reordenamiento del tránsito vehicular en Belén de Escobar y que todo el distrito goce de agua corriente y cloacas. En ese sentido, ya se ha dado el primer paso al firmar el convenio con AySA. Todavía queda mucho para mejorar en el aspecto sanitario, aunque otra de las grandes obras que va a dejar esta gestión en su segundo mandato es la construcción del Hospital del Bicentenario, en Garín. Otra cuestión que está pendiente es mejorar el área de Cultura, que debe una tener mayor dinámica y brillo, a pesar de los esfuerzos presupuestarios que ha hecho el Municipio para fomentar el desarrollo de los artistas locales y traer espectáculos de primer nivel. Y algo que también está pendiente es apuntar a la educación universitaria, en lo que se ha dado un paso muy importante con el reciente convenio firmado con la UBA para reubicarla en Ingeniero Maschwitz. Estoy seguro de que en esto va a haber un salto de calidad.

Yendo al plano legislativo, ¿por qué decidió dar un paso al costado en la presidencia del bloque y volver al llano?

En política hay ciclos que se cumplen y considero que el bloque necesitaba renovar sus autoridades. Hay compañeros que están para crecer y no quiero ser el tapón de sus legítimas aspiraciones. En el mediano y el largo plazo veremos qué decide el Partido Justicialista en cuanto al lugar desde el que más puedo aportarle al proyecto y a la sociedad escobarense.

¿Está mal interpretar que este paso al costado sea una forma de despegar su imagen de la gestión que se inicia?

No, por el contrario. Yo sostengo el mismo compromiso de siempre con este proyecto, no entiendo la política de la especulación. Siempre puse todo mi esfuerzo, con aciertos y errores, y estoy a muerte con el proyecto nacional y popular, con Cristina, con Scioli y con Sandro Guzmán.

A esta altura, con cuatro mandatos sobre sus espaldas, ¿no está cansado ya de ser concejal?

Sí, y entendí que hay que preparar las condiciones para empezar a aportar política e institucionalmente desde otro lugar. Me estoy preparando para eso.

¿Le interesa algún lugar en el Ejecutivo?

Sí, pero soy un soldado del proyecto y estaré donde me toque estar. Yo respeto las decisiones del intendente y su estilo de conducción.

¿Qué rescata del arco opositor escobarense?

Respeto la tarea que hacen los concejales de la oposición, pero no veo que haya una oposición sólida, con una fuerte presencia territorial. Sería muy positivo que ejerzan un control del Ejecutivo y que aporten propuestas. La democracia necesita una oposición fuerte y ojala que en el próximo tiempo eso se pueda dar. Inclusive desde el punto de vista de la organización del oficialismo es necesario, porque si no hay un rival, las rivalidades empiezan a producirse en el seno interno.

Si mira para atrás, ¿qué le diría al Carranza que recién se insertaba en la política?

Que era muy impulsivo y apuraba los tiempos políticos. Error que hoy, luego de dieciséis años en la función pública, no volvería a cometer.

¿Cómo juzga hoy su iniciación política al lado de Patti? ¿Se arrepiente?

Yo participé de un proceso interno del Partido Justicialista acompañando a Luis Patti como candidato extrapartidario a intendente y a Jorge Landau como concejal. En ese momento, la gente quería un cambio y desde el justicialismo la conducción nacional, provincial y distrital entendieron que Patti era el mejor candidato. Visto a la distancia, los dos primeros años en que participé de esa gestión, hasta que Patti decidió enfrentarse al peronismo y constituir el PUB y luego el Paufe, fueron altamente positivos para el pueblo de Escobar.

¿Cómo tomó la noticia de que fuera encarcelado?

Yo conocí a Patti de chico, porque tenía una panadería en Garín a media cuadra de mi casa natal y tenía trato con mi familia. Cuando empezó a actuar en política surgió la posibilidad de acompañarlo, trabajé en la campaña y dos años como funcionario. Después, con toda la política de Memoria, Verdad y Justicia que llevó adelante Néstor Kirchner y las cosas que salieron a la luz, realmente me sorprendió su pasado. Se habían escuchado algunas cuestiones de su accionar policial, pero nunca pensé que habían llegado a esos límites. Mi primera sensación fue de sorpresa por ese pasado tan oscuro. La decisión de la Justicia de condenarlo por delitos de lesa humanidad me parece bien. A diferencia de sus víctimas, que no tuvieron la posibilidad de defenderse, él pudo ejercer su defensa en juicio, y ahora está pagando los errores que cometió.

Si dependiera de su voluntad, de su deseo más íntimo, ¿dónde le gustaría estar dentro de cuatro años?

Si Sandro toma la decisión de ir por un tercer mandato, y su segunda gestión es tan brillante como la primera, acompañándolo como parte del proyecto que conduce.

Y si Guzmán cumple su anuncio de no ir por una segunda reelección, ¿dónde quisiera estar?

Como intendente de Escobar, que es lo que todo militante quiere: conducir los destinos de su distrito.

¿Cree que la gente podría tomarlo como una alternativa de cambio después de tantos años en la política?

En los últimos años, salvo algunas excepciones, no hubo nuevas apariciones en la escena política local. Como ciudadano, no confiaría la administración municipal en manos de alguien que no tenga experiencia en la función pública. En lo que a mí respecta, creo que tengo mucho para darle al pueblo de Escobar, he ganado mucha experiencia en el ámbito legislativo y es una asignatura pendiente poder desarrollarla desde otro espacio, como pudiera ser un ejecutivo municipal, provincial o nacional. Pero hoy soy parte de un proyecto colectivo.

Dicen que el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo, y dieciséis años como funcionario es suficiente pergamino como para no ser tenido en cuenta a la hora de mostrar las barajas. Por lo menos, así lo demuestra la historia.

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