Tiene 17 años, vive en Loma Verde y esta temporada empezó a competir en el TC Pista, donde debutó con un segundo puesto y ganó la siguiente fecha. “Me gusta ir rápido y aprender en cada carrera”, afirma.

Marcos Quijada (17) empezó en el automovilismo cuando solo tenía 4 años, ya a esa edad andaba en karting por la cuadra de su casa, en Loma Verde. A los 6 se inició a nivel competitivo: como tantos chicos de la zona, el kartódromo de Zárate fue el escenario de sus primeras aceleradas, frenadas, decepciones y alegrías.

Esa pasión por los autos desde tan temprana edad tiene una explicación sanguínea. Su padre, Luis Quijada, fue varios años piloto de TC Regional, donde llegó a ser subcampeón y corrió hasta 2008. Desde muy chiquito él lo siguió a cada autódromo y desde ahí absorbió esa adrenalina de acelerar a fondo.

En sus inicios, Marcos fue pasando por las distintas categorías de estos vehículos, como la Regional, la Rotax y el Campeonato Argentino. Se subió al podio varias veces y mostró condiciones a la hora del manejo y la velocidad.

El gran salto fue en 2017. Ese año pasó a la Fórmula 4, dejando atrás los kartings, con solo 14 años. “Fue una etapa de aprendizaje, era empezar a manejar autos muy distintos. Mi mejor carrera fue haber sido tercero en el Mouras de La Plata. Al año siguiente corrí un par de veces más y ya pasé a la Fórmula Metropolitana”, le cuenta a DIA 32 sobre sus inicios en vehículos monoplazas.

En la Metropolitana ganó una carrera en el circuito de Neuquén, hizo varios podios y el balance general fue bueno, aunque con puntos por mejorar.

“Nos faltó ser más consistentes entre una carrera y otra, no pudimos mantener un buen ritmo en todas las fechas porque el auto no andaba tan bien y eso me limitaba mucho”, analiza de su experiencia en las temporadas 2018 y 2019.

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Arranque prometedor

En este pausado 2020 el joven lomaverdense dio otro paso gigante para su proyección deportiva, siguió avanzando y, a fuerza de sumar sponsors, logró reunir el presupuesto necesario para asegurarse una butaca en el TC Pista Mouras. Pero solo pudo correr dos fechas, después la pandemia aguó todas sus expectativas.

“Siempre me gustó el Turismo Carretera, desde chiquito. Y esta categoría es el primer escalón para llegar el día de mañana. Es bastante más cara que la Metropolitana, pero conseguimos auspiciantes y, además, pude ganar en la segunda fecha”, cuenta el corredor, que tuvo un inicio de año arrollador a bordo de su Dodge, comandado por el equipo Dole Racing.

La primera jornada de este año fue el 9 de febrero en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), ganó la serie y salió segundo en la final, a tan solo 2,5 segundos del ganador.

La siguiente presentación fue el 1º de marzo, en La Plata, donde se dio el gran gusto de concretar su primera victoria grande, en un autódromo que conocía por su paso en otras categorías.

“Gané serie y final, el auto anduvo increíble, muy rápido. Con la victoria nos sacamos ese peso extra que significa tener que ganar para pelear por el campeonato”, confiesa, confiado y motivado en lo que vendrá. Y agrega: “Nunca pensé que iba a ganar tan rápido, ni me lo imaginaba. Empezar el año con dos podios y ser el líder del torneo era algo impensado, casi soñado”.

Actualmente encabeza las posiciones con 89 unidades, seguido por Eduardo Bracco (76,5) y Tomás González (70,5).

Esta temporada en el TC Pista Mouras debutaron once pilotos y los coches que participan son de cuatro marcas: Chevrolet, Dodge, Ford y Torino. Estos autos son mucho más pesados que los de fórmula, tienen más potencia y una menor velocidad de curva. La potencia de estos bólidos es de 320 caballos de fuerza, que les permiten desarrollar hasta 230 kilómetros por hora en las rectas.

El Dodge azul de Quijada ya conocía las mieles del triunfo. Había visto la bandera a cuadros dos veces en 2019, cuando era manejado por Hernán Palazzo, otro reconocido piloto del TC Pista, y además terminó en el podio en otras siete ocasiones.

“Sabía que ese auto rendía, por eso me decidí por él al elegir uno para esta temporada. También tuve chances de manejar un Torino, la marca que usaba mi papá cuando corría”, declara este gran admirador de Juan María Traverso.

De no ser por la pandemia de coronavirus, la temporada del TC Pista ya estaría en su décima jornada. “Todavía no hay una fecha de cuándo podría volver la actividad. Se habla de septiembre. Cuando se reanude tenemos potencial para seguir andando bien, como en las primeras fechas”, asegura, con optimismo pero a su vez con la misma incertidumbre y ansiedad de todos por volver a la normalidad lo más pronto posible.

Como buen fierrero, sueña con llegar al TC alguna vez y “conseguir buenos resultados”. Y a la hora de definiciones personales se describe como un corredor “agresivo desde el arranque. Si largo de atrás, me gusta ir para adelante rápido. Me gusta aprender en cada carrera”.

Una nueva promesa del automovilismo local, que pide pista a toda velocidad.

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