Profesora e intérprete de danzas árabes, hace trece años se radicó en Escobar. “El baile es mi pasión, mi estilo de vida”, afirma la joven, recientemente premiada.

La danza árabe nació en el antiguo Egipto, donde se bailaba en los templos, como parte del culto a la fertilidad, tanto humana como de la tierra, y también por la adoración a los dioses. Cuentan que las odaliscas les bailaban a sultanes en sus harenes. Más adelante se empezó a practicar profesionalmente, a modo de recreación.

En nuestro país hay un sinfín de seguidores y aficionados a estas danzas, que practican la disciplina, asisten a espectáculos y se vuelven fanáticos del mundo árabe, tan distinto culturalmente al de los países del hemisferio occidental.

En Belén de Escobar hay una bailarina que adoptó esta ciudad y que se destaca en shows y presentaciones. Recientemente recibió una importante distinción por su labor artística. También da clases y trata de transmitirle su pasión a grandes y chicas.

Eve Ramallo (33) se radicó en la ciudad de las flores hace 13 años a través de haber conocido a su pareja. Primero tuvieron una relación a distancia -porque ella vivía en Mendoza- hasta que se convirtió en una escobarense más.

“Me instalé para siempre y me siento como en casa, no me costó para nada adaptarme. Haberme mudado acá me resultó ventajoso desde el lado artístico, ya que en la danza árabe está todo muy centralizado en Buenos Aires. Pero más allá de eso, elijo Escobar como ciudad para vivir”, le cuenta a DIA 32

El amor de Eve Ramallo por las danzas árabes se despertó cuando tenía 8 años y vivía en Neuquén. “Me inicié en un pueblito llamado Mariano Moreno, con menos de 3.500 habitantes. Ahí daban clases a través de la Municipalidad. Yo entré para hacer algo y no la solté más. Fue cuestión de tomar la primera clase para quedarme en esta rama de la danza. Después seguí estudiando en Mendoza, de manera más profesional, conociendo más de la cultura”, señala la joven, que nació en Ensenada y también vivió de chica en Chubut.

Me gusta la cultura, la música, el ritmo, la vestimenta. Es un mundo increíble. Empecé a estudiar en la escuela de Amir Thaleb, que es de los mayores representantes de la danza en Argentina y el mundo. Audicioné y también fui parte de su compañía. Elijo la danza como estilo de vida. Yo vivo de esto y de las clases que doy”, confiesa.

Con la Arabian Dance Compañy de Amir Talec, estuvo en una obra de teatro llamada Marcado a fuego, en el Teatro Avenida. También en otra llamada La silla, con la que recorrió varias provincias, y en Hércules, en el Ópera. Son tres de los principales escenarios en los que se presentó durante estos años.

Premio Maestro

El pasado 27 de septiembre Eve Ramallo vivió una noche inolvidable en el Teatro Coliseo San José, donde recibió el Premio Maestro en reconocimiento a su trayectoria artística, en el marco del evento South America Bellydance Conference. La distinción cuenta con el respaldo de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, de UNICEF.

“Haberlo recibido en representación de toda zona norte, junto a maestras de otras provincias, me resultó muy halagador. Hace mucho que doy clases y un reconocimiento así te da la pauta que hacés las cosas bien. Tengo alumnas que eligen capacitarse conmigo y eso es muy importante para mí”, expresa, feliz por dejar un legado en otras mujeres.

“Para esa gala me preparé lo mejor que pude, es un escenario muy prestigioso. Lo compartí con artistas muy reconocidos a nivel nacional y extranjeros. Haber participado fue un montón. Bailé un solo no tan tradicional, más bien fusionado, porque a su vez doy flexibilidad. Entonces, me gusta complementar las dos cosas: danza y flexibilidad. Fue atractivo para el público, que le gustó mucho”, relata sobre su presentación en el South America Bellydance, que traducida al español significa danza del vientre.

Mientras baila y da clases, Eve Ramallo estudia la carrera de Kinesiología y Fisiatría. Por eso debe dividir sus horas en ensayos y libros. Además, da clases de danza árabe y flexibilidad en dos sedes de Belén de Escobar: Arte es vida (Mitre 538) y Sil Ritmos y Fitness (Víctor Hugo 52).

En noviembre se presentó junto a sus alumnas en el Teatro Niní Marshall de Tigre. Y el 13 de diciembre tendrá la muestra de fin de año en la Sociedad de Fomento de Matheu.

“Mis clases están dirigidas a adolescentes y adultos. Tengo estudiantes, amas de casa que van para tener un momento de esparcimiento y diversión, para potenciar su femeneidad y hacer actividad. Estoy feliz con estos grupos, que me acompañan desde hace varios años. El baile es mi pasión”, sostiene. Un modo de vida que le dio muchas satisfacciones y que no cambiaría por nada en el mundo.

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