En julio la curva de contagios descendió por tercer mes consecutivo, los casos fatales se redujeron a la mitad y la vacunación marcó un récord impresionante. Pero la temida llegada de la variante Delta mantiene las alertas encendidas.

Por primera vez desde que se inició la segunda ola de coronavirus, los tres indicadores más relevantes se alinearon positivamente en julio: los contagios cayeron un 50%, los casos fatales también y la campaña de vacunación marcó un nuevo récord en el partido de Escobar, que por su mejoría en la situación epidemiológica volvió a estar en Fase 4.

A lo largo de los 31 días de julio se registraron oficialmente 1.940 nuevos infectados, una cifra que sigue siendo elevada pero que, a la vez, es muy inferior a los 3.823 casos de junio y, más aún, a los 5.206 que se contabilizaron en mayo.

El pico de la segunda ola fue en abril, con 5.884, según la información publicada en el sitio web del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. En ese mes el promedio diario de contagios fue 196, mientras que en julio dio 62.

Los casos fatales, en tanto, bajaron por primera vez desde febrero. Fueron 63 -dos por día en promedio-, contra casi el doble de junio y también de mayo: en ambos se reportaron 125 decesos. En abril habían sido 97.

Mientras tanto, la campaña de vacunación se aceleró a un ritmo exponencial. En julio se aplicaron 74.023 dosis, un promedio de 2.387 por día: 57.372 correspondieron al primer componente y 16.651 al segundo. El global del mes representó un incremento de 93% en comparación con junio, cuando se suministraron 38.270 dosis.

El miércoles 7 fue el día que más personas se vacunaron en el partido de Escobar: 4.051.

Así, al 31 de julio se llevaban aplicadas 168 mil dosis. De ese total, 140 mil escobarenses -56% de la población estimada- recibieron la primera, mientras que 28 mil -11%- ya completaron el esquema de vacunación.

Por su parte, el número de contagios detectados desde el inicio de la pandemia superaba los 31.500, con 892 víctimas fatales.

La sostenida mejoría de la situación epidemiológica local reubicó al distrito en la denominada Fase 4, con mayores aperturas y restricciones flexibilizadas, incluyendo el regreso a la presencialidad escolar. Pese a estar a mitad del invierno, el panorama deja de ser tan sombrío y la luz al final del túnel ya se ve cada vez más grande.

Sin embargo, la temida circulación comunitaria de la variante Delta mantiene las alertas sanitarias encendidas. Por ahora, la vacunación logró ganar un valioso tiempo para generar un nivel de inmunización capaz de morigerar el impacto de la tercera ola, que se supone tan inevitable como inminente.

Vacunarse y mantener los cuidados -individuales y colectivos- sigue siendo el único camino posible a la anhelada normalidad.

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