Cinco de los once imputados por el secuestro y asesinato del joven maschwitzense de 16 años, ocurrido en 2010, fueron condenados a cadena perpetua, mientras que los demás recibieron penas menores. Un crimen aberrante que, al menos, no quedó impune.

Dicen que la Justicia es lenta, pero llega. Juan Pablo Berardi e Inés Daverio podrán dar fe de que es así: el viernes 19, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Martín condenó a prisión perpetua a cinco de los once imputados por el secuestro y asesinato de su hijo Matías (16), ocurrido en septiembre de 2010, en tanto que aplicó penas levemente inferiores al resto.

Los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli sentenciaron a 35 años de prisión al herrero uruguayo Richard Fabián Souto y a sus allegados Néstor Facundo Maidana, Damián Sack, Gabriel Raúl Figueroa y Gonzalo Hernán Alvarez, a quienes consideraron coautores del “secuestro extorsivo agravado por empleo de arma de fuego, por ser en perjuicio de un menor, por el número de intervinientes y por haberse causado intencionalmente la muerte de la víctima”.

Además, la esposa de Souto, Ana Cristina Moyano, recibió una pena de 24 años de prisión. En tanto, Federico Esteban Maidana fue condenado a 21 años en la cárcel, Celeste Mónica Moyano a 19, Elías Emanuel Vivas a 18 y Jennifer Stefanía Souto a 17. Sólo fue absuelta la hija menor del herrero, que tenía 16 años -la misma edad que Matías- al momento del crimen y que por ese motivo no fue acusada por el fiscal Eduardo Codesido. Según los testigos, habría sido quien gritó a sus vecinos que el chico era un ladrón cuando logró escapar del cautiverio y pidió ayuda.

La Justicia también ordenó investigar el delito de asociación ilícita y consideró “reincidentes” a algunos de los acusados, un detalle que complicaría las aspiraciones de los defensores oficiales de que accedan al beneficio de la libertad condicional una vez cumplidas las dos terceras partes de la pena.

El veredicto del tribunal fue coronado con aplausos por los padres de Matías y quienes los acompañaron hasta la sala de la calle Pueyrredón 3734, en el partido de San Martín, para presenciar la última audiencia del juicio, que había comenzado el 24 de octubre de 2012.

Los fundamentos del fallo se conocerán recién el 20 de mayo y a partir de entonces quienes no estén de acuerdo podrán apelar ante el Tribunal de Casación Penal bonaerense. La familia de Matías adelantó que lo hará para cuestionar la absolución de la hija menor de Souto y reclamar que los condenados reciban reclusión perpetua (no prisión) para que no puedan salir en libertad.

Las últimas horas de Matías

Matías Berardi fue secuestrado a las 5.50 del 28 de septiembre de 2010, cuando regresaba en una combi de un baile en la disco Pachá de Capital Federal a su casa de Ingeniero Maschwitz. El chico bajó en una estación de servicio de ruta 26 y Panamericana, Ramal Pilar, para después ir a su domicilio.

A las 6.20, sus padres recibieron el primero de una serie de ocho llamados extorsivos, en los que el propio Matías les dijo que había sido raptado y los delincuentes exigieron un rescate que varió de 500 a 30.000 pesos.

El chico estuvo cautivo en un taller de Benavídez, sobre la avenida Sarmiento 407, propiedad del herrero Souto, donde lo mantuvieron atado y vendado. En un momento logró escapar y pidió ayuda, pero los delincuentes lo alcanzaron y convencieron a la gente de que era un ladrón que huía.

Un día después lo llevaron hasta un camino de tierra en Campana, a 300 metros de la ruta 6, y lo mataron con dos tiros en la cabeza.

Días después de su muerte, el 1º de octubre de 2010, centenares de personas marcharon por el centro de Maschwitz en reclamo de justicia.

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