Después de mucho esperar, este año tuvo la posibilidad de pelear por dos títulos y los ganó por KO. Es campeón sudamericano semipesado y argentino supermediano. “Ahora quiero pelear fuera del país”, confiesa.

Los Benítez llevan el boxeo en la sangre. Se criaron en los cuadriláteros, entre guantes, bolsas, protectores bucales y cabezales; entre sogas, pesas y transpiración. Por eso disfrutan tanto lo que hacen y es su modo de vida, en un deporte donde primero hay que saber sufrir para después gozar las mieles del éxito.

David Benítez (31) empezó a boxear a los 10 años, por ver a su padre y a su hermano entrenar. Raúl (65) fue semiprofesional en su Gobernador Martínez natal, en Corrientes. Germán (35) tuvo un paso destacado como púgil: en 2017 se coronó campeón latino superligero de la OMB, tras derrotar por puntos a Martín Coggi.

“Me dicen Yacaré porque, aunque siempre viví en Garín, en un tiempo nos fuimos a Corrientes, al pueblo de mi viejo. Vivíamos cerca de una laguna que estaba llena de yacarés y a mí me gustaba comerlos, por eso me apodan así”, le explica a DIA 32 el garinense, que está en el mejor momento de su carrera como boxeador.

Lleva diez años como profesional. Y después de tanto esperar, en 2025 se le dio la posibilidad de pelear por un título importante. El 24 de mayo enfrentó a Gabriel Omar “Loco” Díaz por el título sudamericano semipesado, en una pelea muy trabada, pareja y difícil para ambos.

David Benítez festeja ante la gente sobre el ring
Primera coronación. Benítez festeja su triunfo por nocaut ante Díaz en el quinto round.

El “Yacaré” ganó el cinturón por nocaut técnico en el 5º round, después que el médico no le permitiera seguir a Díaz, que tenía su ojo derecho totalmente cerrado por un golpe que recibió en el tercer asalto. Al momento de escuchar el fallo, el “Yacaré” se largó a llorar, emocionado.

“Me sentí muy cómodo en esa pelea. Es una categoría que me sienta muy bien, con 79 kilos. Sabía que el “Loco” era un gran pegador y noqueador, pero aproveché la oportunidad que tuve. Me subí al tren y esperé el momento, como habíamos entrenado. Era la primera vez que peleaba a diez round y pude ganar”, sostiene, recordando aquel duro combate en la Federación Argentina de Box.

David Benítez festeja sobre el ring con el cinturón de campeón sudamericano semipesado
Yacaré campeón. El garinense celebra la obtención del título sudamericano semipesado.

Campeón en su tierra

La del pasado viernes 5 de septiembre es otra noche que David Benítez no olvidará. Peleó ante su gente, en el microestadio de Garín, por el título argentino supermediano, con entrada gratuita y televisado para todo el país. El combate con el neuquino Germán Tapia duró apenas 35 segundos, tiempo suficiente para que lo noqueara. Así conseguía su segundo cinturón en menos de cuatro meses.

“Fue un sueño. Coronar en mi ciudad, en el primer round y ganar el título argentino, es algo increíble. Sin mi equipo no hubiera sido lo mismo. Es más, se me dio porque encontré el equipo perfecto”, asegura el doble campeón, que lleva disputadas 23 peleas: 13 victorias (5 por KO) y 10 derrotas.

Benítez pelea contra Germán Tapia por el título argentino supermediano en Garín
Golpe letal. Benítez ya impactó el rostro de Tapia para ganar el título argentino supermediano.

La base familiar

Oriunda del barrio La Loma, la familia Benítez tiene el gimnasio Corrientes Box, en la calle Falco al 1700. “Ahí estoy con mi mujer y damos boxeo recreativo de lunes a viernes de 9.30 a 11 y de 18 a 20”, comenta sobre su vida en el día a día, cuando no boxea. Aunque nunca se abstrae del todo, obviamente.

“Aunque debuté en 2015, hoy me siento en el mejor momento de mi carrera. Todo mi equipo me da una mano grande. Mi hermano me acompaña día a día. Mi viejo influyó mucho, él siempre me quiso ver campeón, desde que yo era chiquito. Con mi vieja siempre apostaron por mí. Se me dio a los 31 años y es un sueño, algo que venía buscando de chico. Siempre tuve las ganas intactas”, afirma.

David Benítez junto a su mujer y su hija, tras consagrarse campeón en Garín
Familia. Benítez junto a su mujer y su hija, tras consagrarse campeón ante su gente en Garín.

Futuro y desafíos

Después de haber conquistado los dos títulos, llegará en breve el tiempo de defender los cinturones. “Seguramente vamos a estar defendiendo el título sudamericano. Vamos a ver si el Municipio nos apoya una vez más. Sería en noviembre. Y si no, alguna pelea haremos. El sueño está cumplido, lo que venga ahora son bendiciones del Señor”, declara, agradecido.

A la hora de ir un poco más allá en aspiraciones deportivas, el “Yacaré” anhela pelear por el título latino: “Me rankearía muy bien y me daría la posibilidad de salir a pelear afuera del país. Hay que esperar”, confiesa, cauteloso y entusiasmado.

David Benítez celebra con los brazos en alto sobre el ring
Una noche soñada. David “Yacaré” Benítez festeja su consagración en el microestadio de Garín.

David Benítez se defiende muy bien arriba del ring, en ocasiones parándose como zurdo siendo diestro, para contrarrestar mejor al rival. Se define como un púgil inteligente y ágil, que se siente más fuerte en los 79 kilos. “No creo ser un boxeador pegador, aunque vengo ganando mis últimas peleas por nocaut. No me como el papel de noqueador, todavía”, aclara.

“Soy un boxeador astuto arriba del ring, me muevo bien y estoy bien entrenado. Estoy maduro y con un gran equipo de trabajo”, asegura. Un garinense que supo esperar su momento y hoy disfruta su recompensa.

“Aunque debuté en 2015, hoy me siento en el mejor momento de mi carrera. Todo mi equipo me da una mano grande”.

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