Las gestiones iniciadas en el verano por el Intendente aceleraron el traspaso del área de concesión de ABSA. La nueva prestadora promete que en 2023 todo el distrito tendrá agua de red y cloacas.

Por DAMIAN FERNANDEZ
dfernandez@dia32.com.ar

Se presume que la llegada del verano es un motivo para festejar, pero en las últimas temporadas nada estuvo más lejos de la realidad para miles de vecinos que debieron padecer la falta de agua potable en sus hogares, al menos hasta ahora. Tras las tratativas del Municipio e incluso una demanda judicial contra Aguas Bonaerenses (ABSA) por su deficitario servicio, la concesión del suministro pasó a manos de la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA), con el compromiso de que en 2023 el 100% de los hogares del distrito contarán con los servicios de agua corriente y desagües cloacales.

“Hoy es un día histórico, una fecha indeleble para el partido de Escobar. Empieza una etapa de esperanza. Estamos haciendo realidad el sueño de agua corriente y cloacas para todos los escobarenses”, expresó, jubiloso, el intendente Ariel Sujarchuk el martes 22 a la tarde, cuando en la Casa de la Cultura encabezó el acto donde se formalizó el traspaso de Belén de Escobar y el barrio 24 de Febrero (Garín) a la órbita de AySA. Garín, Ingeniero Maschwitz, Matheu y Maquinista Savio se habían incorporado a su área de concesión en 2011, con un convenio que firmaron Sandro Guzmán y el entonces ministro Julio De Vido.

Escobar no es el único pero sí el primer municipio en salirse de la órbita de ABSA (con la cual, además, desde principio de año mantiene un litigio que lo hizo acreedor de $2.100.000 mensuales en concepto de prestaciones ineficientes). Otros que seguirán los mismos pasos son San Miguel, José C. Paz, Moreno, Merlo, Malvinas Argentinas, Florencio Varela y Presidente Perón.

En ese aspecto, el jefe comunal destacó la predisposición de los directivos de AySA y agradeció al presidente Mauricio Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal por la decisión política de agilizar este proceso ante las gestiones iniciadas por él mismo en febrero. “Los expedientes no caminan solos, hay que empujarlos. Hemos puesto todos lo mejor de cada uno para que esto sea posible”, sostuvo. Pero no todo es color de rosas.

La estructura que recibe AySA no está, precisamente, en las mejores condiciones. “Hay pérdidas importantes en algunos puntos, la planta de tratamiento no funciona y hay una estación de bombeo de líquidos cloacales que no opera y produce desbordes”, describió el presidente de la flamante concesionaria, José Luis Inglese. Y adelantó: “Lo primero que tenemos que hacer es una tarea de gran mantenimiento para poner en condiciones lo que existe. Mientras tanto, vamos licitando, adjudicando y comenzando las obras, como la de los dos grandes acueductos que ya se vienen realizando” en Maschwitz.

Pese a la pesada herencia de ABSA, el ingeniero aseguró que “este verano se van a notar algunas diferencias”. “Habrá mayor presión donde no había, mayor cantidad de horas de servicio e interrupciones más cortas”, adelantó, al mismo tiempo que brindó el anuncio más esperado: “Hoy Escobar tiene un 23% de cobertura de agua potable y 16% de cloacas. Tenemos el plan para llegar al 100% de agua y cloacas en todo el distrito en ocho años”.

Del acto también participó el secretario de Obras Públicas de la Nación, Daniel Chaín, quien precisó que los trabajos para ampliar y mejorar la red “van a tener su pico en 2019” y que “en 2023 el servicio ya va estar hecho”.

A priori, este convenio representa un progreso para el distrito. A posteriori, esperemos que no se trate de un simple cambio de siglas, porque, en definitiva, lo que más importa es la llegada del agua bendita.

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