El rock escobarense no deja de sorprender. Más allá de las modas y el reinado de los géneros urbanos, la cultura rock vernácula sigue ofreciendo novedades musicales.
Es el caso de Bajo Trauma, agrupación autodefinida punk rock y formada en 2019, que se encuentra presentando en vivo su álbum debut de estudio, titulado con el mismo nombre.
El grupo está conformado por Guillermo Ponce (41) en voz y bajo, Abel Yardín (45) en bajo, Darío Pingitore (47) en bajo, Miguel Cornaglia (50) y Renato Cornaglia (12), ambos en batería.
“La idea de Bajo Trauma surge por una necesidad de expresar, de volver a hacer el estilo musical que tanto nos identificó y que tanta influencia tuvo en nosotros. Existía una necesidad de expresión, de componer canciones, de hacer melodías, una búsqueda de sonido, de volver a generar todo el trabajo que requiere una banda”, le cuenta Yardín a La Negra en 32.
Con un sonido audaz y fresco, la producción de estudio presenta cinco poderosas canciones originales: Escondidos, Avizorando, Esclavos de él, Tus problemas y Túnel. El 22 de septiembre fue publicada en todas las plataformas digitales. “Somos una mezcla de punk con rock con cuestiones más alternativas, del punk melódico y también del hardcore. Todo se mezcla con la gran variedad que puede llegar a existir de estilos musicales”, explica.
“A la hora de tocar no somos lo más ortodoxos posibles, siempre tenemos una idea de buscar algo un poco diferente, no nos vemos representados en tratar de generar o pertenecer a una misma movida. No nos vestimos igual, no pensamos igual, somos de otra forma de lo que comúnmente se conoce como el punk rock”, justifica Yardín, pese a la autodeterminación musical con la que se presentan a la prensa y al público en general.
Una banda con tres bajistas
Una de las tantas particularidades de este combo rockero es su formación instrumental, que cuenta con tres bajos, donde cada uno tiene un protagonismo y una sonoridad diferente. “Creo que es la parte principal. Bajo Trauma nace porque Guillermo es bajista, y también cantante, y yo soy bajista. Si bien toco la guitarra, no tengo el mismo nivel de destreza técnica con una guitarra que con el bajo. Ya había trabajado antes con otros amigos la idea de poder entrar dentro del espectro sonoro de la guitarra con un bajo”.
Armonizar la presencia de tres bajos en una banda es un verdadero desafío. “Eso se trabaja mediante octavadores digitales, con lo cual hemos tenido algunos problemitas, porque el octavador digital funciona sonóricamente, quitándole los armónicos a las notas. Entonces, para no perder el peso, los armónicos y lo que hace sonar realmente un instrumento, decidimos poner cuerdas más finas que el bajo; o sea, una octava arriba, que se puedan afinar”.
“Tuvimos que acostumbrarnos al sonido, que no responde igual que una cuerda de guitarra, tuvimos que trabajar mucho sobre eso”, explica Yardín sobre este ensamble, que le da al grupo una identidad y un sonido distintivos.
Profundizando en ese aspecto, señala que lo que necesitaban era “tener un bajo común que marcara la base, una especie de primera guitarra por así decirlo, o bajo de primera guitarra, y después alguien que marcara la parte de base en la cuestión armónica. La otra base rítmica, lo que necesitamos de esa base rítmica armónica, era simplemente alguien que tirara unos acordes, que estuvieran como colchón para poder hacer los arreglos melódicos arriba”.
“Ese trabajo habíamos decidido para hacerlo en una guitarra, pero no queríamos romper esa idea de mística. Así conseguimos otro bajista amigo, que es Darío”, detalla.
Escenarios y estudio
En su corta pero intensa carrera musical, la agrupación participó de grandes festivales y ciclos como Escobar Vibra, Escobar Rock 2023 (junto a Caballeros de la Quema) y Punk Rock Lunch, en Strummer Bar de CABA. También tocó con bandas punk como Flema, Superuva y Mal Momento. Y próximamente lo haría con Loquero y Boom Boom Kid.
“Tocar con ellos es generar experiencias, es entender, es charlar. Si bien es un estilo que ha tenido su auge desde los noventa hasta el dos mil y algo, no ha desaparecido, hay una movida muy grande. Siguen llenando lugares importantes y muy lindos”, describe el ex integrante de Hombre Nube, grupo que dejó huella en el rock local.
El álbum debut de la banda fue grabado entre mayo y julio de 2022 en El Cubo Estudio, de Ingeniero Maschwitz, mientras que la mezcla y masterización se hizo en El Hormiguero. El ingeniero de grabación, mezcla y mastering fue Dino Mereu.
“La experiencia del disco debut la estamos transitando”, cuenta Yardín. “Para mí es algo muy particular, porque es la primera vez que me estoy involucrando de lleno en composiciones, en arreglos y en la producción. Fue una prueba de fuego muy importante. Para el resto de los chicos también, porque estoy tratando de convencerlos de que todos tenemos que colaborar con las cuestiones de la producción, las búsquedas sonoras y las ideas”.
La filosofía de la banda es que todos tienen que participar. “Todos tenemos que meternos en todo, opinar y aportar. Las cuestiones musicales van un poco por ese lado. Particularmente siempre publiqué discos en formato físico. Es la primera vez que tenemos que trabajar subiendo a las plataformas de streaming, trabajando mucho con las redes sociales. Es una experiencia muy buena y muy llamativa”.
El disco se va a seguir presentando durante 2024. “Necesitamos evaluar todos los sucesos, entender mediante la experiencia qué fue lo que intentamos hacer, qué se puede mejorar y demás. Ya estamos pensando y trabajando en lo que va a ser el segundo disco, desde la parte de la preproducción, pero es un camino largo, bastante largo”, festeja y augura entusiasmado el entrevistado.
Experimentados y experimentales
Otra de las particularidades de Bajo Trauma es que la mayoría de sus integrantes tienen un largo prontuario de experiencias musicales en diferentes bandas y estilos (Miguel Cornaglia, por ejemplo, fue parte de Cuadriplegia, banda de punk rock escobarense nacida a fines de la década del 80). Ahora, juntos afrontan el desarrollo de una banda que todavía tiene mucho para seguir creciendo.
Sobre este punto, Yardín señala que “los aportes de la experiencia tienen que ver con cómo movernos, dónde tocar, cómo tocar, cómo hacer la cuestión de logística. Después de eso, cómo trabajar en la parte artística, en el tema de las producciones, las composiciones, los arreglos que se tienen que hacer de la música”.
“También todo lo que significa la parte visual. Básicamente se resume en eso: cómo tener una idea, cómo llevarla adelante y cómo trabajar. En este sentido, ya no tenemos 25 años, no podemos dedicarnos a hacer una trayectoria de 15 años de banda para ver qué pasa. Nosotros queremos hacerlo y sentimos una necesidad muy grande de hacerlo. Es perseguir nuestros sueños”, remarca el músico.
“No nos vestimos igual, no pensamos igual, somos de otra forma de lo que comúnmente se conoce como el punk rock”.
Por último, Bajo Trauma logra desequilibrar el promedio de edad de sus integrantes con la presencia de una verdadera promesa detrás de los parches: Renato Cornaglia, hijo de Miguel, de tan sólo 12 años.
“La idea es darle la posibilidad a las nuevas generaciones y para nosotros es sumamente importante. Es muy entretenido, te renueva con ciertas cuestiones. Todo dependerá del desarrollo que tenga: todavía es un niño, está entrando a la preadolescencia, pero la verdad que es genial”, concluye Yardín.
Ya pueden sumar a Bajo Trauma a su playlist o que encabece la próxima agenda de shows. Un proyecto con una nueva vibra rockera y con un sonido que posiblemente se convierta en inspiración para muchas bandas que continúen el camino inaugurado por ellos en estas pampas.