El ex monarca de kick boxing tuvo un 2018 para el olvido: faltó al 45% de las sesiones del Concejo Deliberante, presentó un solo proyecto y solo habló dos veces. Sin embargo, sueña con volver a ser candidato en las próximas elecciones.

Por ALEJO PORJOLOVSKY
aporjolovsky@dia32.com.ar

Durante la campaña, todo es color de rosa y palabras lindas. Trabajo serio, compromiso y ser “la voz de los vecinos” son algunas de las promesas más repetidas a la hora de repartir boletas y pegar afiches por todos lados. Con tal de conseguir votos, pareciera que cualquier colectivo viene bien para llegar al Concejo Deliberante.

Pero una vez dentro del recinto de la calle Asborno, a las palabras se las lleva el viento. Y así es como muchos concejales -sería injusto incluir a todos en la misma bolsa- se desentienden de lo que dijeron en la etapa electoral, faltan a las sesiones y apenas si participan en los debates donde, muchas veces, se definen cuestiones trascendentales para las vidas de quienes los votaron.

Este es un informe exclusivo de DIA 32 sobre la performance de los ediles escobarenses, realizado en base a un seguimiento metódico, pormenorizado y riguroso de la participación de cada uno de ellos a lo largo de todo el período legislativo 2018, donde se computaron sus asistencias y sus intervenciones. No así los proyectos presentados, ya que se estila que lo hagan en nombre del bloque al que pertenecen y no a título personal.

Entre los veinticuatro concejales surge un protagonista excluyente, indiscutido: Jorge “Acero” Cali (47), el ex presidente del Concejo, que con un 45% de inasistencias cerró el año como el campeón unánime del faltazo.

Del estrado a la lona

La carrera política del otrora campeón mundial de kick boxing es prácticamente un calco de lo que fue su vida arriba del ring. Así como alguna vez defendió sus cinturones en el hotel Hilton de Puerto Madero o en un Luna Park repleto, su periplo como luchador finalizó con una derrota -en artes marciales mixtas (MMA)- ante el ignoto Horacio “el Ninja” Enrique y un frustrado regreso, a mediados de 2018, en el que apenas duró dos minutos frente a Diego “el Toro” Visotzky.

El paralelismo con su derrotero político es inevitable: tras entrar por la puerta grande y conseguir su lugar en el estrado del Concejo Deliberante, el hombre oriundo de Ciudadela tocó el techo. Con su destitución en medio del revuelo por un informe de Telenoche sobre supuestos negocios ilegales en una zona de humedales -denuncia de la que nunca más se habló ni se supo algo-, su estadía en el recinto comenzó un declive que el año pasado tuvo su punto más bajo.

El edil, electo en 2015 por la lista del Frente para la Victoria, faltó a casi la mitad de las sesiones del último período. Sin lugar a dudas, quedó primero cómodo en el poco feliz ranking de los que más ausencias registraron.

En 2018 se realizaron 31 sesiones: hubo 17 ordinarias, 4 extraordinarias, 7 especiales y 3 asambleas de mayores contribuyentes. “Acero” faltó sin aviso en 12 ocasiones y se retiró antes de tiempo en 4 -se contabilizan como media falta-, con lo que totalizó 14 inasistencias. También pegó el faltazo a cuatro plenarios de comisiones.

Ausente en el 75% de las sesiones extraordinarias, 66% de asambleas de mayores contribuyentes, 38% de las sesiones ordinarias, 33% de las especiales y el 23% de las reuniones de comisión… Números que en cualquier colegio, universidad o trabajo equivaldrían indefectiblemente a quedar libre.

Un dato curioso es que, teniendo en cuenta su lamentable récord, el ex luchador pidió licencia en abril para preparar su malogrado regreso al ring. Pero antes y después faltó sin preocuparse por las formalidades y su banca vacía se transformó casi en una imagen constante en el recinto.

De pocas palabras

A tono con su nivel de inasistencias y lo poco consustanciado que estuvo con la agenda legislativa local, la intervención de Cali en los debates fue absolutamente nula. De hecho, solo dos veces pidió la palabra durante las 18 sesiones en las que participó.

La primera vez fue para pedir la aprobación de un proyecto -el único que presentó en el año- solicitando informes al gobierno provincial por la demora en las obras de ampliación de la Escuela Secundaria Nº11 del barrio La Loma, en Garín. En la segunda sólo tomó el micrófono para denostar a Sujarchuk, su ex aliado político.

“El Intendente hace a gusto y placer con el dinero de los escobarenses, poniendo impuestos que no debería cobrar”, sostuvo en su última alocución. A su vez, puso en tela de juicio la relación del jefe comunal con la gobernadora María Eugenia Vidal: “Se lleva tan bien con la Provincia que a veces no sabemos si es peronista, radical o de dónde vino”.

Como en su carrera deportiva, la figura de “Acero” se fue diluyendo en el ámbito político. Recluido en su monobloque 8 de Octubre, hace unas semanas se mostró con el ex secretario de Seguridad de la Nación y actual senador provincial, Sergio Berni -posible precandidato a gobernador-, y sueña con volver a las primeras planas.

“Mi idea es seguir trabajando para la gente de Escobar. Sobre todo, para la que no se siente representada con la clase política. Creo que hay un espacio muy importante que hoy está ocupado por el ciudadano, que rompió el silencio y pretende ser parte en 2019”, afirmó Cali en comunicación con DIA 32.

Sin embargo, cuando se le preguntó por su gran cantidad de ausencias al Concejo, el musculoso edil prefirió no responder el chat de WhatsApp a través del cual aceptó la entrevista y fue en vano intentar que retome la conversación.

El nocaut que recibió en diciembre de 2016, cuando lo destituyeron, lo dejó tocado y aislado hasta estos días. Por el momento, el único cinturón político que puede exhibir es el de ser el campeón municipal del faltazo.

Pasando lista

Si los números de ausentismo de “Acero” Cali son llamativos, los del concejal macrista Leandro Costa (33) no se quedan muy atrás. El edil, voz de mando de Cambiemos en el distrito y número puesto en la carrera por la Intendencia en 2019, cerró el año con 13 faltas y media.

Según el registro elaborado por esta revista, el hijo del senador provincial Roberto Costa faltó a nueve sesiones, se retiró antes en una y no fue a cuatro plenarios de comisiones. Sus números representan un 30% de ausentismo en las votaciones y un 23% en las reuniones previas.

Cifras que no son tan altas como las del ex luchador, pero que llaman la atención si se tiene en cuenta que ocupa la vicepresidencia primera del Concejo Deliberante. Por lo pronto, su presencia en el segundo escalón del podio lo hace acreedor del título de subcampeón del faltazo.

En el tercer lugar de inasistentes quedó un integrante del bloque del Frente Renovador: Javier Pérez (41). El concejal de Garín, que está próximo a concluir su tercer mandato, faltó a siete sesiones (22%) y a tres reuniones de comisiones (17%).

Sin lugar a dudas, el edil massista es el de más bajo perfil de los tres. De hecho, a diferencia del titular de su bancada (ver Fanáticos del mic), apenas pidió la palabra. Sin embargo, tanto él como sus dos compañeros de terna fueron votados para representar a los vecinos en el Concejo y no para ausentarse sin previo aviso y sin dar explicaciones.

Deberes cumplidos

Aunque la mayoría de los concejales mantuvo una asistencia bastante regular, sólo hubo uno que no faltó a ninguna de las sesiones ni a los plenarios de comisiones desarrollados a lo largo del último año: Juan Carlos “Chicharra” Toledo, del bloque Unidad Ciudadana.

Contra todos los pronósticos que en la campaña de 2017 especulaban que su candidatura sería testimonial, el bombero voluntario y ex titular de Defensa Civil se convirtió en un émulo de Domingo Faustino Sarmiento al ser el único concejal con asistencia perfecta.

Además de estar siempre en su banca, Toledo también tomó varias veces el micrófono, especialmente cuando se trataron temas relativos a seguridad e higiene.

Otros tres concejales que no faltaron a una sola sesión fueron Pablo Ramos, Patricia De la Cruz y Flavia Battistiol, del mismo bloque que Toledo (54), aunque sí se ausentaron en algunas reuniones plenarias. Por su parte, el mejor exponente de Cambiemos en este rubro fue Miguel Benítez (sólo dos ausencias), así como en el Frente Renovador se destacó María Apes (3).

Con más de 100 ordenanzas, alrededor de 80 proyectos de resolución y una veintena de proyectos de comunicación aprobados en casi treinta horas de sesión, el Concejo Deliberante completó un 2018 donde el debate fue de baja intensidad.

El 2019 ya empezó, tiene elecciones nacionales por delante y la historia puede ser completamente diferente. La pregunta es: ¿Alguien le arrebatará el título de campeón del faltazo a “Acero” Cali?

GAMBETEANDO EL REGLAMENTO

Hacen lo que quieren y no pasa nada

El artículo 4º del Reglamento Interno del Concejo Deliberante de Escobar establece que las faltas sin justificación de los concejales deberán ser motivo de una multa en la dieta que perciben, cuyo promedio ronda los $45 mil.

“La inasistencia injustificada a dos sesiones consecutivas o cuatro alternadas será sancionada con una multa equivalente al 5 % de la dieta, que se hará efectiva mediante la correspondiente notificación al D.E. (…) Lo preceptuado precedentemente es aplicable a las ausencias a las reuniones de comisiones de las que formara parte el ausente”, señala el texto, vigente desde 1984.

A pesar de lo que está estipulado, altas fuentes del Legislativo aseguraron a DIA 32 que no se les aplicó ningún tipo de penalización a Cali, ni a Costa ni Pérez. Tampoco, con más razón, a ninguno de los otros concejales que incurrieron en la inconducta prescripta por el reglamento.

En pocas palabras, los concejales hacen lo que quieren y no pasa nada.

LOS QUE MÁS HABLAN

Fanáticos del micrófono

Así como hubo concejales que apenas asistieron a las sesiones y otros que muy tímidamente participaron de los debates, DIA 32 contabilizó la cantidad de veces que cada legislador pidió hacer uso de la palabra para expresar su postura sobre un tema particular, sumarse al debate de un expediente o simplemente chicanear al contendiente de turno.

En este racconto, Gonzalo Fuentes y Arballo, titular del bloque del Frente Renovador, fue el más verborrágico del año al formular 71 alocuciones. Muy por delante de los oficialistas Patricia de la Cruz y Nicolás Serruya, ambos con 49, y los opositores Leandro Costa y Diego Castagnaro, que empataron en 38.

Fuentes, quien tomó la batuta de la bancada massista tras la licencia de Luis Carranza, prácticamente fue la voz cantante de ese espacio.

El bloque que más hablo fue Peronismo que Hace, con 177 intervenciones, seguido por Cambiemos, con 110, y el Frente Renovador, con 79.

En contrapartida, Miguel Benítez, Ana González, Mabel Ponce (Cambiemos) y María Apes (Frente Renovador) no pronunciaron palabra alguna durante las sesiones de las que participaron.

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