
DifĆcilmente alguien admita que acude a quienes leen el pasado, el presente y el futuro a travĆ©s de las cartas para que lo aconseje sobre cĆ³mo solucionar sus problemas. Sin embargo, muchas personas lo hacen. Acceder a una tarotista es muy fĆ”cil: basta con abrir un diario o con prestar atenciĆ³n a los volantes que pululan por el centro de BelĆ©n de Escobar para conseguir a alguien que ofrezca estos servicios, por los cuales la tarifa varĆa de $50 a $200. O con prender la tele, donde hasta es posible que una ābrujaā lea la suerte de los televidentes en vivo y en directo. En la web, las opciones son infinitas y tambiĆ©n hay varios 0800 dedicados al arte de la predicciĆ³n.
El tarot es una forma de adivinaciĆ³n antiquĆsima, algunas versiones le atribuyen su origen a los egipcios. Dicen que en un principio era un libro con imĆ”genes que los sacerdotes utilizaban como metodologĆa para elegir jerarquĆas entre ellos. De ese libro se desprendieron los naipes y las distintas culturas empezaron a utilizar la baraja asignĆ”ndoles significados a sus dibujos.
Otras interpretaciones seƱalan que su inicio se dio en Italia, pero data de tantos aƱos que difĆcil serĆa saberlo con exactitud. Se calcula que hoy existen mĆ”s de 70 variedades de tarots provenientes de diversos lugares.
Su prĆ”ctica siempre estuvo ligada a lo oculto y sus adoradores solĆan ser considerados herejes. Pero si algo tiene de mĆ”gico es que supo perdurar a travĆ©s de los siglos mediante transmisiĆ³n oral o por escritos que enseƱan a leer toda la informaciĆ³n que esas cartas, ilustradas bellamente, son capaces de ofrecer.
āPara mĆ el tarot representa una herramienta sagrada para leer al otro, para vincularme con Ć©l y saber acerca de su realidad en el hoyā, expresa Hada MarĆa, quien de chica descubriĆ³ que tenĆa poderes y aprendiĆ³ todo sobre el oficio de forma autodidacta. āEs como un espejo que me representa un diagnĆ³stico. Cuando el consultante llega, lo primero que hago es conectarme con la fuente, que es Dios -yo soy muy creyente-, y luego hago una lectura generalā, cuenta a DIA 32 la mujer, que viviĆ³ muchos aƱos en Ingeniero Maschwitz y ahora atiende en Pilar, pero aĆŗn conserva a muchos de sus viejos clientes.
SegĆŗn la tarotista, lo primero que convocan las cartas es la problemĆ”tica por la cual el consultante se acerca a ella. Independientemente de que la persona sea conversadora y cuente todo de antemano, que resguarde informaciĆ³n o sea completamente escĆ©ptica. āCuando empiezo a ver suceden cosas. Yo las tomo como regalos de Dios, porque me puedo vincular con situaciones de la infancia, afectivas o laborales. Eso provoca que la persona pueda mirarse, algo que hoy es tan difĆcilā.
āMi forma de introducirme en el otro es espiritual y psicolĆ³gica, y asĆ logramos llegar a terrenos muy profundos. Al final de la sesiĆ³n, si la persona confĆa y estĆ” dispuesta, se comienzan a hacer los cambios para conseguir lo que cada uno deseaā, asegura.
En busca de felicidad
AdemĆ”s de la baraja, Hada MarĆa suele utilizar la numerologĆa, la radiestesia y hasta afirma que puede sanar mediante la imposiciĆ³n de manos. āPero son bocadillos que no utilizo siempreā, aclara.
En cuanto a las reacciones que tienen los consultantes durante la hora y cuarto en que la adivina se esmera por llegar al corazĆ³n de personas que nunca antes vio, dice que algunos suelen romper en llanto, otros llegan a emocionarse profundamente y estĆ”n los que se resisten en cuanto empiezan a sentirse identificados con lo que estĆ”n escuchando.
La gente se acerca por mal de amores y por cuestiones laborales, pero tambiĆ©n por otros motivos. āActualmente hay mucha falta de paz personal, mucha fluctuaciĆ³n de inestabilidad, falta de propĆ³sito, nadie sabe hacia dĆ³nde va como individuo y todo eso lleva a que se produzca un desencuentro en todos los Ć”mbitos personalesā, destaca la tarotista, quien a esos motivos le suma āla falta de alegrĆa y el abatimiento y el desgano fĆsicoā.
A Mary Paz llegan con otros problemas: drogas, alcohol, violencia familiar, mujeres y hombres abandonados por sus parejas. Ella naciĆ³ en Madrid -su acento no deja dudas- y dice que usa las cartas de su bisabuela que datan de hace mĆ”s de cien aƱos. Su abuela y su madre no tenĆan la aptitud de la predicciĆ³n, pero asegura que ella sĆ lo heredĆ³ y lo descubriĆ³ de niƱa.
Cuenta que hace muchos aƱos vino a la Argentina para acompaƱar a su esposo y reciĆ©n desde hace un mes atiende en su casa de Bernardo de Irigoyen al 500, en BelĆ©n de Escobar. Hace sentar a sus visitas frente a una pequeƱa mesa que tiene en su habitaciĆ³n, al lado de la cama, y tras tirarles las cartas les dice cĆ³mo abordar sus problemas. Cada consulta cuesta $50.
āLo que cobro lo dono a las iglesias, orfanatos y hogares de ancianos. Dios me dio un don para ayudar, no para hacer comercio con Ć©l. Es mĆ”s, si la gente no tiene plata, la atiendo igual. Yo tengo a mi marido, que es ingeniero y me mantieneā, afirma.
Esta tarotista, que empapelĆ³ la ciudad con sus volantes, asegura que tiene el poder de la videncia. āCuando la persona entra, ya se a quĆ© viene con sĆ³lo mirarla a los ojos y sin que me diga nada. Yo llevo una carga enorme, es como si tuviera un ser dentro de mĆ que me deja ver los problemas de la gente, incluso de quienes caminan por la calle. SĆ³lo que a ellos no los puedo aconsejar. Puedo hacerlo Ćŗnicamente con la gente que viene a vermeā, explica a esta revista.
Magia negra
En esta Ć©poca de engaƱos, falsos profetas y descreimiento, saber quiĆ©n es una bruja autĆ©ntica y quiĆ©n una simple charlatana no es algo fĆ”cil de resolver. SegĆŗn Mary Paz, āuno se da cuenta porque le cobran el trabajo por adelantado. Cuando una persona hace un bien, no menciona el dineroā.
Hada MarĆa seƱala a los āchantasā en el mismo sentido: āProponen tratamientos largos y una visita atrĆ”s de la otra para cobrar y cobrar. Sino, hablan de trabajos especiales que cuestan muchĆsimo mĆ”s que una sesiĆ³n de tarotā.
Pero no sĆ³lo hay que protegerse para no caer en manos de estafadores. TambiĆ©n hay que cuidarse de no enredarse en cuestiones de magia negra. Las dos mujeres afirman que existe, que es una forma de hacer daƱo y que una vez que alguien queda atrapado en sus redes, es muy difĆcil librarse.
āYo soy bruja blanca, de las buenas, pero hay otras que son malas y utilizan cosas horribles como tierra del cementerio, polvos de los muertos, sacrificios de animales, prendas de vestir y fotografĆas. Entierran cosas y pasan aƱos y aƱos ahĆ y tiran abajo a la persona. Eso quiere decir que le hicieron una brujerĆa. Parte de mi trabajo es deshacer esos maleficiosā, dice Mary Paz.
Por su parte, Hada MarĆa seƱala que āhay mucha gente que trabaja con tarots que no son nobles, que se conectan directamente con el mal. Hacen hechizos o rituales para que una persona regrese por ejemplo. El cometido se logra, pero quitĆ”ndole a ese individuo el libre albedrĆo para decidir si quiere regresar o no. Hay cantidad de personas que transitan situaciones de dolor y acuden a ayudas mĆ”gicas que prometen que en 24 horas les devuelven al marido, o a otro ser amado, y esas son situaciones malogradas. Se hacen reales por medios ilĆcitos porque se convoca a seres que no estĆ”n conectados con el bien. Son los famosos trabajos que, lamento decirlo, tambiĆ©n estĆ”n relacionados con el tarotā.
El āmal no me va a hacerā, en este caso, puede que no funcione y que haya que andarse con cuidado a la hora de ponerse en manos de hechiceras que se conectan con lo que nos resulta totalmente desconocido. Aseguran que las brujas no existen, pero que las hay, las hayā¦