La Policía Federal secuestró en Matheu más de 450 tablones de lapacho robados al Ferrocarril Urquiza, lo que provocó la muerte de dos menores. “No quiero aclarar nada”, expresó el dueño del aserradero.

Por DAMIAN FERNANDEZ
dfernandez@dia32.com.ar

La nefasta historia comenzó el 15 de noviembre pasado, cuando Matías Godoy (15) encontró la muerte en el puente Arroyo Morón, entre las estaciones Pablo Podestá y Jorge Newbery del Ferrocarril Urquiza. Siete meses después -el 18 de mayo-, Enzo Pavón (12) murió en la plaza del paraje Lourdes, perteneciente a la misma línea. La fatal coincidencia tuvo un común denominador: ambos fallecieron electrocutados al tomar contacto con el “tercer riel” electrificado, que estaba desprovisto de las maderas que debían protegerlo. Estos trágicos casos dieron inicio a una investigación con la que se descubrió que cientos de esos tablones estaban en Matheu.

La escena era digna de una película policial con buen presupuesto: en la mañana del viernes 1º, una caravana de patrullas de la División Urquiza de la Policía Federal atravesó toda la localidad por la ruta 25 hasta llegar a la calle Alborada, casi en el límite con Villa Rosa (Pilar). Allí está desde 2010 la Carpintería Gaido, donde los pesquisas sabían que encontrarían lo que habían ido a buscar.

El resultado del procedimiento, que se extendió hasta bien entrada la noche y contó con una amplia cobertura televisiva, fue contundente: se hallaron más de 450 tablones de lapacho colorado, algo así como 2.000 metros lineales, que habían sido utilizados por la empresa Metrovías como aislantes de seguridad del tercer riel -provee electricidad al tren a través de un conducto continuo en uno de los lados de la vía férrea- del FFCC Urquiza, que une la Capital Federal con el partido bonaerense de San Miguel.

Esta enorme cantidad de madera maciza, que presuntamente iba a ser empleada en la fabricación de muebles rústicos, se sumó a los 170 listones y cuatro enseres de lapacho que habían sido confiscados por la Federal en un operativo realizado en una maderera de Benavídez, el último 18 de mayo, en el marco de la misma causa. La compañía concesionaria del servicio reconoció como propio el material incautado y lo valuó en unos 600 mil pesos.

La investigación policial, que se profundizó a través de la página de compra y venta online MercadoLibre, ya logró recuperar las tablas de seguridad que fueron robadas y cuya ausencia en las vías derivó en la muerte de dos menores. Ahora, el siguiente paso será responder a una pregunta que podría conducir a los responsables del hecho y, además, revelar la propia trama oculta del mercado negro de madera: ¿Los comercios allanados compraron los tablones de buena fe o conocían su procedencia ilícita?

DIA 32 intentó contactarse con el dueño del aserradero de la ruta 25, Carlos Alberto Gaido, aunque sin demasiada suerte: “No quiero hablar. No me interesa aclarar nada”, expresó antes de cortar súbitamente la llamada. Su abogado, el pilarense Carlos Cassette, explicó a esta revista que por la causa “no hay detenidos”, como llegó a trascender, y precisó que su cliente “no está imputado, ni muchos menos procesado”, al menos por ahora. “El señor Gaido tiene cómo acreditar la compra de esa madera”, completó.

Por tratarse de elementos ferroviarios, el expediente quedó en manos del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Tres de Febrero, a cargo de Juan Manuel Culotta.

Horas después del resonante allanamiento, el Municipio clausuró la maderera, que recién volvió a abrir luego de varias semanas, tras regularizar su documentación. Mientras tanto, comentarios de toda índole circulan sobre el conocido comerciante en redes sociales, bares y en la calle, golpeando así el honor de una de las familias más tradicionales de Matheu.

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