Las autoridades reconocieron cinco casos en el distrito, ninguno de ellos grave. Se realizaron fumigaciones preventivas, pero subrayan que la clave está en eliminar criaderos del vector en las viviendas.

Afortunadamente muy lejos de las desesperantes estadísticas de lugares como la provincia de Chaco, pero no por ello mucho menos preocupante para la comunidad, el dengue también llegó al partido de Escobar, donde entre marzo y abril se detectaron cinco casos reconocidos oficialmente por las autoridades sanitarias.

Los primeros en conocerse fueron los de una mujer y su hija. Picadas por el mosquito aedes aegypti durante su estadía en territorio chaqueño y experimentaron los primeros síntomas al regresar al barrio San Miguel de Ingeniero Maschwitz. A esos dos casos “no autóctonos” le siguieron otros tantos registrados en Garín. Uno de ellos, el de una mujer de 75 años, también procedente de Chaco, que se encontraba de visita en la casa de su hija.

En los últimos días de Abril se agregó un quinto caso, esta vez en un joven de 24 años, domiciliado en Garín, que trabaja como changarín en un barrio privado.

Como acción inmediata, la Secretaria de Salud del Municipio dispuso la fumigación de las viviendas de los infectados y de ocho cuadras a la redonda, para evitar que el mosquito vector cumpla su ciclo de vida.

El jefe de Epidemiologia del Municipio, Alejandro Peralta, sostuvo en declaraciones a DIA 32 que los cinco pacientes ya fueron dados de alta y están en buenas condiciones, aunque se encuentran sometidos a un riguroso seguimiento.

En una conferencia de prensa a mediados de abril, el médico apuntó que la medida de prevención más efectiva es la destrucción de criaderos. En particular, evitando la acumulación de agua limpia en recipientes, ya que ese es el medio propicio para que el mosquito nazca. También es útil el uso de repelente para minimizar el riesgo de una picadura. «Sin mosquito, no hay dengue», subrayó.

Como suele ocurrir en situaciones de epidemias, la confusión y el pánico empiezan a jugar un rol cada vez más fuerte. Y la proximidad del invierno amenaza con agregar más dificultades. Por eso. Peralta planteó la necesidad de que los centros asistenciales tengan “claridad en la lectura de los casos”, para no diagnosticar dengue ante otra enfermedad viral como la gripe.

Síntomas, transmisión y mortandad

Entre sus manifestaciones características, el dengue se expresa con un inicio repentino de fiebre, que puede durar de 3 a 5 días, aunque rara vez persiste por más de una semana; dolores de cabeza (migraña), musculares (mialgia) y en las articulaciones (artralgia). Por eso se la llama “fiebre rompehuesos”. También produce erupciones en la piel, de color rojo brillante, náuseas, vómitos, diarrea y sangrado de nariz y encías.

Los pacientes con dengue pueden transmitir la infección sólo a través de mosquitos o productos derivados de la sangre y sólo mientras se encuentren todavía febriles. El dengue clásico dura alrededor de 6 a 7 días. Clínicamente, la recuperación suele acompañarse de fatiga.

El dengue hemorragia, que se diferencia del clásico por una mayor fiebre, puede llegar a provocar la muerte del infectado. Pero solo en una pequeña proporción de casos se experimenta el SSD (síndrome de shock por dengue), que tiene una alta tasa de mortalidad.

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