Alegrías, broncas, pasión, adrenalina. Son algunas de las sensaciones que miles de escobarenses viven cada fin de semana en los campeonatos organizados en distintos predios de la zona. Un furor que no para de crecer.

Décadas atrás se jugaba en los recordados y casi desaparecidos potreros. Después, la aparición de las canchas de papi fútbol se convirtió en furor y ese era el lugar acorde para enfrentarse y “hacerle partido” a algún equipo de conocidos o compañeros de trabajo. Hoy la tendencia en alza es anotarse en un torneo organizado, con listas de buena fe, árbitros, césped natural y estimulantes premios.

Pasa el tiempo y las modas cambian, pero la excusa es siempre la misma: correr un rato, olvidarse de la rutina semanal y divertirse entre amigos, los de siempre y los que se van sumando a través de los campeonatos.

En el partido de Escobar cada año hay más opciones. Northchamp, Kronos, Fútbol Panamericana, Master Camps y Doble 5 son los lugares más conocidos y concurridos. Más de dos mil jóvenes y adultos del distrito y alrededores participan cada fin de semana de sus torneos.

Salvo en el predio Paraísos, de Northchamps, que también tiene canchas con medidas oficiales, los campeonatos se disputan en formato de 7 contra 7, con varios partidos simultáneos, ascensos, descensos, promociones, copas y el mismo reglamento que rige al fútbol profesional, menos el offside y la duración del encuentro: en vez de 90 minutos, 70’ o 60’, según cada organizador.

Los premios -al igual que el precio de la inscripción y de cada partido- también varían, aunque lo usual es que el equipo campeón se adjudique, además del trofeo y las medallas individuales, un juego de camisetas. También hay premios individuales a los máximos goleadores, a las vallas menos vencidas y al fair play, entre otros.

“Creerse futbolista por un rato”

Kronos, en Loma Verde, es uno de los emprendimientos con más antigüedad en el rubro. Se inició en 2011, como un proyecto independiente que nació de la pasión por la número 5. “La gran mayoría soñamos en algún momento con jugar en primera división. Y los torneos de fútbol amateur mantienen vivo ese sueño de otra manera, al margen de ser un lugar de encuentro entre amigos y de hacer una actividad física. Creo que esa es una de las razones por las cuales se genera este auge”, explica a DIA 32 Agustín Tomasella, coordinador del predio ubicado en Camino de las Toscas y calle 115.

Otro referente de la actividad en la zona es Fútbol Panamericana, que comenzó a organizar campeonatos en 2012. “La idea surgió para complementar el complejo, que estaba orientado al golf. Se fueron sumando muchos equipos y decidimos hacer más canchas, así terminamos sacando el golf y dedicándonos solo al fútbol”, cuenta su responsable, Diego Erut.

De muy fácil acceso sobre la Colectora Este, a la altura del kilómetro 46, el lugar tiene acción permanente los fines de semana. “Es una linda opción para venir a divertirse con amigos y creerte futbolista por un rato. Todos se llevan muy bien, terminan los partidos y van al quincho, se cargan, inclusive muchos chicos se hacen amigos acá y hasta se pasan de equipos”, cuenta Erut sobre las buenas relaciones que van surgiendo en los torneos, más allá de las rivalidades lógicas que existen dentro de la cancha.

El complejo más nuevo en el mundo del fútbol amateur escobarense es Doble 5, también en Loma Verde, que inició su campeonato de los sábados en septiembre y cuenta con doce equipos. Allí también empezó a jugarse el torneo de La Masía Club, que lleva dos años de antigüedad -antes se jugaba en otra sede- y se disputa los domingos.

“El fútbol es el deporte más popular del país, mucha gente es muy fanática y al no poder jugar en ningún club arma equipos con sus amigos, familiares o compañeros de trabajo. Así pueden compartir una actividad y tener algo fijo donde jugar. En zona norte hay muchos lugares y, por suerte, hay gente para todos”, cuenta Diego Barreda, el responsable de los torneos en el complejo de la calle Boote al 1090, propiedad de la familia Zuculini.

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No tan amateurs

Otra característica de estos campeonatos es encontrarse a jugadores con pasado en clubes de primera división o del ascenso. Algunos ya retirados por la edad o alguna lesión, otros con carreras truncadas por circunstancias del fútbol y de la vida, pero todos con las mismas ganas de seguir sintiendo la adrenalina y la diversión de estar dentro de un campo de juego y, en la mayoría de los casos, ser la carta ganadora de su equipo.

Por las canchas de Fútbol Panamericana paseó su categoría el joven Leandro Serapio, oriundo de Matheu y con pasado en Chacarita y Dálmine, que llegó a jugar en primera y hoy es el estandarte de Infiltrados Fútbol Club, uno de los equipos clásicos de estos torneos. “Está impecable, se cansó de ganar botines por ser el goleador”, apunta Erut, que también destaca a Sebastián Cobelli, ex Newell’s y actual delantero de Sportivo en la Liga Escobarense. “Se les nota un oficio diferente. Los mirás un minuto y decís ‘este jugó en serio, eh’”, acota con admiración y detallista.

Kevin Itabel (hoy en Tigre), “Polo” Quinteros (ex Argentinos Juniors y San Lorenzo) y Matías Giménez (ex Boca y actual jugador de Argentinos) son otros de los “famosos” del ambiente futbolero que supieron hacer goles y mostrar su talento en las canchas de Kronos.

Cuidar la disciplina

Por supuesto, no todas son rosas. En el fútbol, como en muchos otros deportes, existen roces, calenturas y hasta excesos, que algunas veces pueden llegar más allá del plano verbal y terminar en agresiones a un juez o entre rivales. Pero los reglamentos de estos certámenes son muy estrictos cuando un jugador se enerva más de la cuenta y las situaciones exceden el límite de lo admisible.

“Las sanciones son duras: pelearse es expulsión automática del torneo y eso ayuda a que los chicos lo eviten. Es algo que nos dio resultados y hace mucho que no hay peleas, ni siquiera de palabra”, afirma Erut sobre el comportamiento de los jugadores en Fútbol Panamericana.

Por su parte, Tomasella no elude su responsabilidad como organizador al mismo tiempo que trata de inculcar el espíritu lúdico y social del amateurismo: “Los organizadores somos los responsables de minimizar las probabilidades de peleas fomentado amistad, compañerismo y respeto. El fútbol a mí me generó infinidad de amigos y en Kronos queremos generar lo mismo. A veces es difícil, porque no todos pensamos igual, pero vale la pena intentarlo”, asegura.

Estilos, colores y rivalidades al margen, todos los que se anotan en estos torneos buscan lo mismo: sentir ese gustito de ser futbolistas, aunque sea un rato a la semana. Un sueño que tienen millones de chicos, pero que pocos pueden plasmar profesionalmente de adultos. Por eso el fútbol amateur también es un sentimiento.

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Equipos clásicos

Ya sea por sus títulos, por su estilo de juego o por su continuidad en este tipo de certámenes, algunos de los equipos más conocidos en el circuito del fútbol amateur escobarense son: Caño y Gol, Infiltrados, El Rejunte, Pampas (Doble 5), Faurecia, Mandiyú (Fútbol Panamericana), Calamar, La Florida, Palermo (Kronos), Fans de Wanda y Los Millo (Master Camps).

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