Creado en abril de 1936 por los hermanos Valerio y Modesto Díaz, “El Ideal” se resiste al paso de tiempo y es testigo privilegiado del progreso de la ciudad. Bochas, villar, pool y algunas historias.

El viejo que está sentado junto al vaso de vino y la radio portátil pegada a una de sus orejas escuchando el partido se sorprende. A unos metros, cuatro jugadores de billar también. Un joven preguntó dónde está el baño. Evidentemente, no conoce el “Bar de Chiflo”; evidentemente, conoce poco de Garín.

“El Ideal”, su verdadero nombre comercial, cumple este mes 74 años de vida en la ciudad. Lo abrieron los hermanos Valerio y Modesto Díaz, más conocidos como “Chiflo” y “Belanga”. Por aquella época ambos trabajaban como repartidores de la vieja panadería “Centenario” cuando empezaron a darle forma a sus ganas de poner un barcito.

A una mujer que tenía una barra frente a la estación le compraron un billar, botellas y estanterías. Y le alquilaron a don Pedro Nieto un local ubicado sobre el lado este del actual boulevard Perón, que quedaría para la posteridad. De esta manera surgía el bar más añejo de la zona. Los hermanos comenzaron trabajando juntos en su proyecto, pero después de un tiempo “Belanga” se fue para la Capital Federal. En 1977 “Chiflo” falleció y a partir de entonces su hijo continuó con el legado.

Julio Díaz nació en la casa que el local tenía cuando su padre y su tío lo alquilaron. Como un testigo clave de la historia, desde esa ubicación fue observando el paso del tiempo en la ciudad. “Antes había dos taxistas en la estación. Estaba la delegación municipal, la sociedad de fomento, la salita y la comisaria. Después veíamos todo campo, ni cementerio teníamos», recuerda con cierta nostalgia.

Hasta hace unas semanas, a cien metros del bar funcionó el museo de Garín, donde durante varios años estuvieron en exposición la máquina de café de los comienzos y unos trofeos que el primer intendente de Escobar, Antonio Lambertuchi, llevó para entregar en un campeonato de bochas disputado en la cancha de “El Ideal”.

Con toda esta historia encima, en diciembre de 2004 el Honorable Concejo Deliberante declaró “de interés cultural” al antiguo bar.

Aunque sea el más viejo de la zona, no lo evidencian sus paredes, cubiertas con dos gigantografias de las modelos Araceli González y Pampita en tapas de revistas

Cuatro mesas de pool, un billar y los continuos clientes, algunos de larga data, son el panorama habitual del salón. Al fondo, la cancha de bochas, que se techó en 1940 y dio paso a la fundación del club Sacachispas. Colgado en una esquina está el televisor, que generalmente acompaña con fútbol la estadía de los parroquianos.

El joven vuelve del baño. Toma el último trago de su cerveza y rumbea hacia la calle. Antes, se detiene a contemplar algunas de las fotos que hay detrás de la barra mostrador, como intentando interpretar el paso del tiempo. Hoy siente que conoció Garín, o al menos una parte importante.

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