Sandro Guzmán, con amplias chances de reelección, puso al municipio en sintonía con la Presidencia y la Gobernación. Pero el derrotero histórico del PJ distrital no lo favorece.

Por JORGE L. BONFANTI

Uno de los intendentes líderes del peronismo de la primera sección electoral, hablando con un periodista del armado con la vista puesta en las elecciones presidenciales, provinciales y municipales del año que viene, hizo el siguiente recuento: hay doce jefes comunales alineados con Kirchner y Scioli, y seis que se rebelan a la adhesión incondicional al gobierno nacional. Ellos son: Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Luis Acuña (Hurlingham), Joaquín De la Torre (San Miguel), Mario Ishii (José C. Paz), que tuvo un par de choques con la Rosada a pesar de su fanatismo K, y Sandro Guzmán. Además del obvio de Sergio Massa (Tigre), que tiene huevos en tantas canastas que ya perdió la cuenta.

El cronista, cambiando figuritas, le responde al jefazo que no duda de la fidelidad de Sandro al gobierno de Cristina y a lo que ellos llaman el “Proyecto Nacional”, a lo cual el viejo dirigente dice que el problema no es con la persona de del intendente escobarense sino con el PJ local.

¿O no te acordás de cuando fue el único distrito que se quedó con Cafiero cuando ganó Menem? ¿O te olvidaste que tuvieron un candidato que se llamaba Patti?, señaló puntualmente.

¿Qué tiene de bueno Sandro Guzmán, para el gusto de los jefes políticos del peronismo regional?

Que es peronista en el sentido que conlleva la palabra ahora. Escobar fue una ciudad-dormitorio sin que ninguno de los intendentes de la recuperada democracia se planteara algo distinto (Belén, Maschwitz, partes de Matheu y los barrios privados para la clase media alta, y Garín y Savio para el pobrerío, donde no hay emprendimientos inmobiliarios importantes).

Sandro Guzmán elige el desarrollo de matriz diferenciada, en total acuerdo con la Presidencia. Si pinta que una fábrica quiere invertir, vení. Si es un barrio privado, un puerto, un mega emprendimiento comercial, vení. Y, además, el intendente se entusiasma con las grandes obras de infraestructura, que la única forma que tiene de concretarlas es a partir de la buena relación con la Presidencia y la Gobernación.

Quizás cualquier observador imparcial y curioso pueda notar que falta mucha calidad en la gestión en el trazo fino, el crecimiento de los basurales clandestinos, el incontrolable caos de tránsito, los problemas en la recolección domiciliaria de residuos, alguna falta de cintura para manejar problemas políticos. Pero en lo “grosso”, el intendente viene contando porotos en la gestión. Y la ausencia patética de cualquier oposición con posibilidades de cuestionar el poder le abre la posibilidad de una casi segura reelección.

Pero no está tan tranquilo como para poder hacer la plancha: el kirchnerismo puro, conducido en el orden nacional por el joven José Otavis, y que cuenta con alrededor de 150 militantes juveniles todo terreno en las cinco localidades del distrito, acaban de plantar bandera y retirarse de los cargos municipales para empezar a armar por afuera del “Sandrismo”. No para romper sino para presionar y vigilar que el PJ escobarense no se aparte de la línea trazada por 6, 7, 8 dirigentes que cortan el bacalao nacional.

Por otro flanco, el pattismo, que sigue teniendo peso, ya no para ganar, ya no para centrase como principal opción opositora, pero que -gracias a los métodos aprendidos en dictaduras y en democracias formales- puede lastimar.

De todas maneras, es la primera vez en muchos años que el jefe político de Escobar funciona en sintonía con las instancias gubernamentales superiores. Es una novedad local. Patti estuvo con Menem, pero enemistado con Duhalde, y después con la Alianza. Silvio González, aislado de todo. Fernando Valle se había quedado con Cafiero cuando el turco de Anillaco arrasaba. Entonces, lo que se puede esperar es que, si la voluntad del electorado escobarense y nacional es que “equipo que gana no se toca” y no hace cambios, al término de los ocho años de mandato el flaco de Garín habrá logrado introducir cambios motivados en su concepción de matriz diferenciada, peronista, desarrollista.

¿Si hay posibilidades de conformar una oposición que enamore a sectores masivos? Sí, pero en otra columna.

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