Crítico de su terruño, el consagrado artista acaba de inaugurar una escultura de Aníbal Troilo frente al Abasto de Buenos Aires. Y está colaborando con la efigie de Juana Azurduy que reemplazará al polémico monumento a Colón.

Eduardo Noé (51) comenzó fabricando adornos de cerámica, leyendo libros y visitando galerías de arte para ir empapándose en el mundo de la escultura. Sus primeros trabajos fueron bustos para plazas, y así, a través del boca a boca, fue haciéndose de un nombre conocido y respetado, que hoy trasciende largamente las fronteras del partido de Escobar.

Esculpe en resina, arcilla, cemento y piedra, talla mármol, hace cerámica, restauraciones y trabajos escenográficos. En su haber se cuentan enormes figuras de importantes personajes nacionales y mundiales, como José Hernández, Jorge Luis Borges, Teresa de Calcuta y René Favaloro, por citar solo algunas de las tantas obras suyas que pueden verse en plazas y calles de Belén de Escobar.

Su más reciente creación es una escultura de Aníbal Troilo, que se inauguró el pasado viernes 11 en el Paseo del Tango que la Ciudad de Buenos Aires está armando frente al Abasto. “Me gusta mucho el tango. En especial soy fanático de ‘Pichuco’, así que fue un gran placer y un honor realizar una escultura de él”, cuenta Noé a DIA 32.

La obra es de resina poliéster coloreada, tiene el tamaño de una persona real y está diseñada para crear interrelación con los turistas, quienes pueden sacarse una foto junto al gran bandoneonista y las distintas personalidades de la música ciudadana que pronto poblarán el paseo.

¿Necesitás tener algún tipo de conexión especial o de simpatía con el personaje al cual vas a esculpir?

No. A lo mejor eso se da porque una vez que uno se pone a trabajar ya no ve a la persona, ve volúmenes, formas, colores, se concentra en trabajar sobre ellos y se olvida un poco de a quién pertenecen.

Hace unos años, en una nota de DIA 32, decías que “odiabas” a este nuevo Escobar, que te habían robado el pueblo y que te querías ir. ¿Seguís pensando lo mismo?

Sí, no me gusta nada el Escobar actual. Yo me crié en un lugar lleno de baldíos y árboles que ya no existen, es como un paraíso perdido. Ahora es todo cemento, basurales y embotellamientos de tránsito. Te parás en una esquina y no conocés a nadie. La otra vez le pregunté a un grupo de gente en la Municipalidad dónde habían nacido, todos son de Grand Bourg, Polvorines, Tres de Febrero, ¡ninguno de Escobar! Como dice la canción, un amigo nuevo no es lo mismo, te quiere por la mitad.

¿Y cómo ves la situación política a nivel municipal?

Hay cosas que no entiendo. ¡¿Cómo es posible que no tengamos un intendente de Escobar?! ¿Cómo puede ser que cualquiera que viene a vivir a un country tres semanas se postula para intendente? Y ni hablar de la parte de Infraestructura. Una ciudad con una sola entrada… ¿es tan difícil abrir otra? ¿Es tan difícil abrir un túnel en el terraplén de la vía de la calle Italia? No es tecnología de punta… ¿Cómo es posible que Benavídez tiene dos pasos a nivel bajo las vías y nosotros tengamos los pasos a nivel clausurados y a dos pibes levantando la barrera en César Díaz por unas monedas? No entiendo.

Volviendo a lo laboral, tenías la idea de hacer un parque temático de dinosaurios autóctonos a tamaño real. ¿En qué fase está ese proyecto?

Sí, mi idea era hacer como un museo al aire libre de dinosaurios con reproducciones a tamaño natural de todas las especies descubiertas en la Argentina, algunos robotizados. Ese es un nicho turístico no explotado. Me imaginaba el parque con los dinosaurios entre los árboles camino al Paraná, pero es un proyecto muy costoso y no aparecen sponsors.

Por lo pronto, Noé se encuentra inmerso en varios proyectos muy interesantes de corto y mediano plazo. Continúa haciendo esculturas para el Paseo del Tango, probablemente inmortalizando a Mariano Mores, y avanza ayudando a otro escultor que realizará un monumento a Perón que será emplazado en las avenidas Paseo Colón y Belgrano.

Pero eso no es todo: desde hace un año trabaja como colaborador del escultor Andrés Zerneri, a quien el gobierno de Evo Morales le encargó una escultura de 9 metros de altura de Juana Azurduy, en la que trabajan colgados y con andamios, que reemplazará al polémico monumento a Colón ubicado atrás de la Casa Rosada.

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