Fieles de todas partes del país llegan cada 19 hasta la catedral de Villa Angélica para agradecerle y dejarle sus plegarias al patrono de las causas urgentes e imposibles. Historia de una devoción que no para de crecer.

Por DAMIAN FERNANDEZ
dfernandez@dia32.com.ar

Comandante fiel de la célebre XII Legión romana, en el año 303 después de Cristo el emperador Diocleciano decidió sacrificarlo por su conversión al cristianismo. Sin saberlo, ese “sacrilegio” lo convertiría en mártir y catorce siglos después en el mismísimo San Expedito, uno de los íconos religiosos más venerados de la actualidad y cuya iglesia principal en Argentina se encuentra ubicada nada menos que en el barrio Villa Angélica de Garín.

Todo comenzó hace veinte años en un baldío de la esquina de Mendoza y Blas Pascal, cuando -salvo un par de misioneros- nadie apostaba un peso por la causa. “El obispo me mandó y me vine con un bolsito pensando que había una capilla, pero lo único que encontré fueron yuyos y un cartel que decía: “se vende”. La primera bendición que tuve acá fue en una carpa, con una vecina que me dio un escobazo en la cabeza y me dijo que me vaya porque esto iba a ser una iglesia”, recuerda sonriente el sacerdote Carlos Adrián Guedes, fundador de ese presagio.

Con fe y una creciente colaboración monetaria, aquel humilde toldo terminó convirtiéndose en la “Parroquia Catedral San Expedito Mártir del Arzobispado Metropolitano de Exaltación de la Cruz de los Buenos Ayres para los fieles católicos apostólicos no romanos”, donde miles y miles de creyentes de distintos puntos del país concurren los 19 de cada mes para agradecer y dejar sus plegarias a los pies del llamado patrono de las causas urgentes e imposibles.

Un santo “intercesor”

El aniversario del santo es el 19 de abril y este año a Garín llegaron más de 40 mil personas. “Esa fecha, caiga lunes o domingo, hacemos una peregrinación con cientos de promesantes, que son aquellas personas que han pedido y el santo les cumplió”, grafica a DIA 32 el ahora arzobispo Guedes sobre la popular devoción al mártir, asesinado en la entonces provincia romana de Armenia y cuyas primeras apariciones datan del siglo XVIII, en Europa.

Además de pedir “por el alivio del alma y del cuerpo”, los feligreses suplican “mucha justicia”. “Hay mucha gente que se considera mal despedida de su trabajo y no sabe cómo salir adelante. Evidentemente, es un santo muy intercesor, porque la gente viene muy agradecida”, afirma la máxima autoridad a nivel nacional de la congregación expeditina, quien además trabaja como bombero profesional porque, aclara, “nadie vive de esta iglesia”.

Pese a lo expuesto, el también protector de los militares, estudiantes, jóvenes y viajeros, “creador” de la célebre frase “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, no fue incluido en el Martirologio Romano de 2001 (último catálogo de beatos y santos reconocidos oficialmente por la Iglesia católica) y por ende existe toda una polémica en cuanto a su historicidad y canonización.

Lo que sí se sabe con absoluta certeza es que el soldado romano devenido en San Expedito se transformó en una de las figuras religiosas más veneradas en el país -algo así como un Gauchito Gil “no pagano”- y es por esa razón que miles de personas llegan todos los meses a su oficina principal, en Garín, en busca de un milagro inesperado.

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