Conocida por todos como “Mariquita”, lleva treinta años en la cooperadora del hospital Erill y desde hace ocho es tesorera del Centro de Jubilados y Pensionados de Ingeniero. A sus 85 abriles, dice que recién ahora siente la llegada de la edad.
Las 32 de 32
Ping pong de preguntas y repuestas a vecinos conocidos del partido de Escobar
Descendiente de trabajadores de circo, su vida da para un libro: trabajó inseminando vacas y haciendo negocios con indios en la selva salteña. Pero todos lo conocen por haber sido dueño de la pizzería La Pérgola.
Fue edecán y piloto presidencial durante once años. Manejó el célebre Tango 01 y voló aviones Mirage a más de 2.000 km/h en la guerra de Malvinas. Ya jubilado, reparte el tiempo entre su casa, vuelos y clases ad-honorem para jóvenes aspirantes.
Figura emblemática del cuartel de bomberos de Maschwitz, dice que se queda con el pueblo de antaño porque era “verde, prolijo y nos conocíamos todos”. Además, junto a sus hermanos lleva adelante el restaurant La Estancia, en Colectora Este y Mendoza.
Dueño del vivero escobarense más antiguo, lleva toda una vida ligada a las plantas y las flores. Amante del automovilismo, la música clásica y los asados, dice que su paso por la política le dejó sinsabores y arriesga que Leandro Costa será el próximo intendente.
Es el único integrante de la Comisión Pro Creación del partido de Escobar que aún vive. Fue directivo de Boca del Tigre, gran electricista y exitoso boxeador amateur. Hoy disfruta la vida en familia y lamenta que se haya perdido el espíritu de pertenencia.
De joven abandonó la carrera de medicina para dedicarse a los bienes raíces, actividad en la que ya lleva más de cuatro décadas. Se define como un radical tradicional que añora los ‘60 y afirma que en el país hace falta más diálogo.
Es una de las pediatras más reconocidas de Garín y del distrito. Se recibió de grande, a los 42 años y con cuatro hijos a cuestas. Afirma que “el ‘me salvaste la vida’ no existe” y asegura que no podría tener pacientes adultos “porque mienten”.
Nació en la península y llegó de chico al país. Se hizo conocido y querido en Escobar por su trabajo de zapatero, que heredó de la familia. “Si uno quiere su oficio, las cosas te van bien”, sostiene. Y se define como “un tipo feliz”.
De chico trabajó en la primera sodería del pueblo y a los 24 años se convirtió en el único veterinario de Maschwitz en muchos kilómetros a la redonda. Admite que el crecimiento demográfico no le gusta, pero rescata que “el pueblo mantiene su esencia”.
Fue botellero, albañil, operario, vendedor ambulante y hasta concejal, aunque su huella más grande la dejó en su paso por la delegación municipal de Garín. “Cometí muchos errores, pero nunca dejé de atender a un vecino”, afirma. Un jubilado que quiere seguir trabajando.
Su verdadero nombre es Mario García, pero todos lo conocen por su alias artístico, que adoptó como marca registrada. Apasionado por el ceremonial y el protocolo, afirma que “la masividad y el anonimato contribuyen al mal comportamiento”.
Fue futbolista, ambulanciero y funcionario público, aunque dedicó la mayor parte de su vida al comercio. “Soy un agradecido a Dios, conmigo fue tremendamente generoso”, afirma. Se reconoce como un Don Juan y dice que su mayor defecto es “ser bocón”.
Comerciante de raza, amante del deporte y benefactor de causas nobles. Trabajó desde pequeño, conoció la pobreza y a los 68 años es dueño de un emblemático negocio de la ciudad. “Las cosas van cambiando y la vida te da cosas”, afirma.
Hombre de temperamento y convicciones, apasionado por la política y comerciante, lleva más de una década al frente de la Cooperadora del Hospital Erill. Sin pelos en la lengua, afirma que Escobar “está descuidado y tremendamente sucio”.
Tras 33 años de servicio activo, hace 20 que integra la reserva del cuartel de Belén. Sus inicios en la institución, su comercio de matafuegos, su paso por la política, la Fiesta de la Flor y una dura sentencia sobre la situación de Escobar.
Exitoso comerciante, amante del ajedrez y de los buenos vinos, afirma que todo tiempo pasado fue mejor y que la clave para triunfar es ser amable y honesto. Sobre Escobar, opina: “Está creciendo, pero un poco abandonado”.
Descendiente de una familia que se radicó en la zona a fines del siglo XIX e hijo del único intendente radical del distrito, Daniel Larghi habla del negocio inmobiliario, el auge de las torres y su mirada de Escobar con DIA 32.
Personaje pintoresco de Escobar, fue marinero, capitán y durante trece años tuvo un parador a orillas del Paraná. Dueño de mil anécdotas, habla de su look de vaquero, del whisky, la noche y sus mujeres. “Llegué a tener un harem”, confiesa.
Con casi cuatro décadas en tribunales, sostiene que la gente tiene muchas fantasías sobre los abogados, aunque admite que son una raza especial. Además, el origen de su apodo “Patota”, su gestión al frente del Club Independiente y su mirada del Escobar actual.
Condujo programas en casi todas las FM locales, participó del primer noticiero televisivo de Escobar y desde 2008 es el locutor oficial del Municipio. Se define como “una persona formal” y critica el manejo de los medios.