nuevo camino a Lagos Escobar
El pavimento convirtió calles de tierra que eran intransitables en atajos a la autopista y a las rutas 25 y 26. Un alivio parcial, pero valioso y necesario, al caos vehicular escobarense.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice el poeta Antonio Machado. Una metáfora que podría aplicarse a numerosas calles estratégicas del partido de Escobar que fueron desperdiciadas durante largo tiempo y últimamente cobraron valor al ser pavimentadas, muchas de ellas generando nuevos lazos viales entre localidades que antes estaban incomunicadas o no tenían accesos alternativos.

Si algo no puede discutirse de la gestión de Ariel Sujarchuk es el volumen de obras públicas que desplegó desde su llegada a la Intendencia, en diciembre de 2015, pero especialmente durante su segundo mandato, incluso a pesar de la pandemia.

Es cierto que en los primeros cuatro años de gobierno contó con un apoyo financiero nada menor de la administración provincial. Pese a ser de un signo político opuesto al de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, Escobar recibió apreciables sumas para encarar distintas obras de repavimentación.

Sin embargo, el nivel de inversión pública que se vio desde diciembre de 2019 hasta ahora ya no admite comparación. Ni Luis Patti, en la segunda mitad de los noventa, logró de Eduardo Duhalde y de Carlos Menem tanta asistencia económica como la que Sujarchuk recibió de Axel Kicillof y Alberto Fernández.

El dinero girado a Estrada y Asborno desde el Ministerio de Infraestructura bonaerense, a cargo de Leonardo Nardini; y desde el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, dirigido por Gabriel Katopodis, supera todo lo conocido. Hablar de números, con los niveles de inflación actuales, quedaría desfasado. Pero el caudal de ejecuciones está a la vista.

Gabriel Katopodis y Ariel Sujarchuk
Sonrisas. El ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y Ariel Sujarchuk.

Que tantas obras se hayan realizado con fondos de origen provincial y nacional no es un demérito para el Municipio. En todo caso, habla bien de las gestiones realizadas a nivel local, de la capacidad de relacionamiento y de la perseverancia. Se sabe que el dinero no llega por arte de magia a las comunas: sin presentar proyectos técnicos e insistir para que las transferencias se cumplan, el financiamiento no aparece, por más afinidad que haya.

Dentro de las obras viales realizadas en el partido de Escobar entre 2020 y 2023, la de mayor magnitud fue, sin dudas, la repavimentación integral de la ruta provincial 25, que abarcó 20 kilómetros: desde el límite con el partido de Pilar hasta la costanera del río Paraná de las Palmas.

Sin embargo, a distinta escala, y en algunos casos con menor visibilidad, también se construyeron otras obras viales tan o más importantes, en las que calles de tierra poco frecuentadas fueron pavimentadas y ahora son circuitos alternativos a la Panamericana y a las rutas 25 y 26.

Todavía más: hoy se puede llegar por asfalto desde la costanera de Escobar hasta la ruta 202 sin pasar por la autopista, algo impensado hasta hace poco.

Conectando localidades

Entre las nuevas obras de interconectividad vial, un ejemplo es el de la calle Caballito Blanco, que une a Belén de Escobar, Matheu y Zelaya entre la continuación de la (repavimentada) avenida De los Inmigrantes, donde está el mercado de la colectividad boliviana, y el cruce con la avenida Domingo Nazarre.

Ese camino rural existió siempre, pero era muy inhóspito. El asfalto que se construyó en 2022 a lo largo de sus tres kilómetros le dio vida y cada vez tiene un tránsito más fluido.

Otra decisión estratégica fue pavimentar la calle Islandia, que vincula directamente a Belén de Escobar e Ingeniero Maschwitz. Es un camino angosto, como el de Caballito Blanco, que une a los barrios Coprovi y San Luis, el cual linda con Maschwitz y está conectado por varias calles asfaltadas a esa localidad y a la avenida Del Lago.

El trayecto, de casi tres kilómetros, tiene un agradable paisaje arbolado y pasa por la entrada de varios countries -Fincas de Maschwitz, Fincas del Lago y otros-, el complejo de fútbol North Champ, el Centro Recreativo Lusitano y el cementerio privado La Alborada.

La pavimentación finalizó en marzo y desde entonces el ir y venir de vehículos es constante. Si no se habilitó antes es porque estuvo paralizada seis meses por un recurso judicial de vecinos de barrios cerrados que se oponían al proyecto.

“Estas obras son fundamentales porque no solamente ensanchan el distrito y descomprimen el tránsito, sino que, además, contribuyen al desarrollo de la zona, porque surgen nuevos loteos y centros comerciales, entre otras actividades”, expresó Sujarchuk.

Un tercer ejemplo es el de la calle Beliera, que une a Maquinista Savio y Garín. Es un sendero de casi tres kilómetros que costea las vías del ferrocarril; siempre fue utilizado por los “baqueanos”, pero desde que se estrenó la pavimentación, en marzo, tiene uso intensivo.

Un extremo de este circuito está sobre la ruta 26, donde las primeras siete cuadras se llaman Independencia, y el otro está sobre la avenida Fructuoso Díaz, cerca del acceso Pilar de la autopista.

El puente Independencia, en Ingeniero Maschwitz, que conecta con Benavídez pasando sobre el Arroyo Garín, también cumple con el precepto de generar nuevas uniones por vías terrestres.

Su construcción, de 30 metros de largo, permitió vincular a Escobar y Tigre, dos distritos que hasta el año pasado estaban separados por un escuálido -aunque valioso- curso de agua.

Así, caminos que antes no existían o eran casi intransitables, hoy conforman circuitos que agilizan la circulación vehicular, descomprimen los accesos principales y se ofrecen como virtuosos senderos alternativos. Algo imprescindible para un Escobar que en las últimas tres décadas duplicó su población y ya tiene más de 255 mil habitantes.

Un caso aparte y emblemático

Dentro de esos nuevos caminos, hay uno que tiene una historia muy particular y extensa, llena de idas y vueltas, contradicciones, negociaciones, letras muertas y renegociaciones. Esta obra se menciona aparte por eso y también porque es la única que no fue financiada con fondos públicos.

Se trata de la avenida Libertad, la circunvalación que vincula la avenida De los Lagos y la ruta provincial 25. Con una extensión de cuatro mil metros, este nuevo pavimento fue construido con dinero de las inmensas urbanizaciones privadas construidas en las inmediaciones, como Puertos, El Cantón y San Matías.

El proyecto original de pavimentar ese camino data de inicios de este milenio, cuando el emprendimiento Pentamar miraba con ganas los bañados ubicados a la vera de la ruta provincial 25, entre la barranca de El Cazador y el río Luján.

Aquello no prosperó, pero años después otros desarrolladores urbanizaron los humedales y se volvió a plantear la imperiosa necesidad de construir ese camino alternativo.

Rotonda que une calle Libertad con Camino de los Lagos, uno de los nuevos caminos asfaltados
Distribuidor. La rotonda de avenida De los Lagos que vincula la autopista con la ruta provincial 25.

Fue un gran bonete infinito, con algunos hitos particulares. Como cuando en 2013 el Municipio anunció que el inicio de las obras era inminente, que se haría con recursos propios y que la conexión con la ruta 25 no sería a la altura de la entrada del barrio parque El Cazador sino por la calle Mermoz. Obviamente, nunca pasó nada de eso.

Tres años después, en 2016, Sujarchuk inició conversaciones con los desarrolladores inmobiliarios, conformó un consorcio y los hizo firmar un compromiso para financiar la obra. Fue una nueva luz de esperanza, que también se desvaneció con el paso del tiempo. Nadie cumplía su parte, hasta que el acuerdo se destrabó, se implementó y se concretó.

Hoy, por la avenida Libertad pasan miles de vehículos al día, descongestionando fundamentalmente el tránsito en el casco céntrico de la ciudad y conectando de manera ágil la ruta 25 con la Panamericana, a la altura del kilómetro 44.

Recientemente, además, se habilitó una rotonda de acceso al barrio San Matías y la avenida De Los Lagos y se están asfaltando más de quince cuadras adyacentes.

Curiosamente ninguna de las obras mencionadas -salvo la del puente Independencia- tuvo siquiera una inauguración formal por parte del Municipio.

Asignaturas pendientes

Está claro que con lo hecho no alcanza, que falta mucho más. La lista de asignaturas pendientes tiene todavía unas cuantas anotaciones sin tachar en materia de tránsito y vialidad.

Como una conexión directa entre el puerto del Paraná de las Palmas y la autopista -cerca del parque industrial de Loma Verde sería una opción-; la denominada “circunvalación norte” que prometía el Plan de Zonificación de 2010 y por la que el intendente Sandro Guzmán firmó un convenio con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Un acuerdo sobre el que nunca se avanzó.

Hoy se puede llegar por asfalto desde la costanera de Escobar hasta la ruta 202 sin pasar por la autopista,
algo impensado hasta hace poco.

Entre las deudas históricas siguen los camiones de ganado que circulan por las avenidas 25 de Mayo, Belgrano, Tapia de Cruz y San Martín. También se podrían evaluar circuitos internos entre Matheu y Maquinista Savio o entre Savio y Maschwitz por fuera de la ruta 26 -cuya repavimentación y ensanche se supone inminente-, entre otros ejemplos.

Probablemente el intendente tenga algunos de estos proyectos en su inventario de ideas para el tercer mandato que iniciará en diciembre. Y siga haciendo camino al andar…