Durante once años hizo bailar a multitudes en Success, que cerró en 1998. Después organizó varias fiestas del reencuentro y sueña con hacer una sobre la avenida Tapia de Cruz. “Ese boliche tenía algo especial”, recuerda.

Escobar tuvo varios boliches que quedaron en el recuerdo, esos que aún hoy son disparadores de charlas en grupos de amigos y en las redes sociales. La gente que ha ido añora esos tiempos de juventud y refresca anécdotas vividas entre sus luces, parlantes, barras y reservados.

Kabuki, Walkiria y La Mimosa podrían ser considerados lugares de culto entre los años ’80 y 2000 a la hora de pasar los sábados entre amigos o parejas y bailar con los hits de moda hasta que se vaya la noche. Cada uno tenía su encanto y sus habitués, pero ninguno logró la trascendencia y el impacto de Success.

La disco abrió el 21 de diciembre de 1987, en Tapia de Cruz 666. Sus creadores fueron Carlos Lamaletto, Alejandro Fedeli y Alfredo Bianco, quienes se juraron hacer un boliche distinto en Escobar, con lujos, máxima tecnología (para esa época) y bien vanguardista; hasta tenía pantalla gigante. Para eso era imprescindible tener un DeeJay que estuviera a la altura y se contactaron con Martín Penna, de por entonces solo 22 años.

INICIOS. Martín Penna empezó a pasar música de joven y a los 22 años entró a Success.

“Estando en Kabuki conocí a Alejandro y me propuso trabajar con ellos, siempre me trataron muy bien y los recuerdo con mucho cariño. Para la época Success fue la disco más moderna de la zona, tenía algo que no tenían otras; además del buen sonido y la última música. Lo recuerdo como uno de los mejores lugares donde trabajé”, le cuenta Penna a DIA 32, veintitrés años después de haber hecho girar un disco de vinilo en esa cabina por última vez.

Comenzó muy de joven como disc jockey, antes había pasado por boliches de Buzios (Brasil), Enigma (Maschwitz), Kabuki y alguno más. Hasta que desembarcó en Success, donde se convirtió en el alma del lugar. Durante once años con sus lentos se formaron infinidad de noviazgos y sus marchas hacían bailar hasta al más acartonado.

Heredó el oficio de su padre, Norberto Penna, que había trabajado en el emblemático boliche Sain Kaleh en San Miguel, en la década del ’60, y después fue uno de los dueños de Delio Club, en la misma ciudad.

“A él le encantaba la música. Por eso yo desde los 9 años ya jodía con los discos, lo volvía loco. Gracias a él tengo esta profesión que me mantiene vivo”, confiesa. Su padre, además, fue locutor oficial de la Municipalidad de Tigre entre los años 1980 y 1987.

ALEGRE. “Mis sueños laborales los cumplí, no puedo pedir más”, afirma, con 56 años cumplidos.

Desfile de estrellas

Success se caracterizó por llevar siempre personajes de diferentes ámbitos para hacer presencias o show. El público deliraba con sus ídolos del momento. Diego Torres, Adrián Suar, Jorge Guinzburg, Patricia Sarán, Federico Olivera, Gerardo Romano, Adriana Salgueiro, Mónica Ayos y Alejandra Pradón fueron algunas de las celebridades que pasaron por la disco.

También Juan Antonio Ferreyra (JAF), Hugo Varela, Comanche y hasta Las Primas, todos con singular éxito y entradas agotadas. Iba gente no solo del partido de Escobar sino de toda la zona norte e incluso de Capital Federal, más aún cuando se hacían las famosas maratones, que parecían eternas.

“La visita más importante para mí, que soy amante del tenis, fue cuando vino Guillermo Vilas. Había sacado el disco y me agradeció por la difusión que le daba. Lástima que no nos sacamos una foto, no se usaba tanto en esa época. Y en pleno auge estuvo también Vilma Palma, una banda bárbara. Success marcaba esas cosas, llevaba deportistas, actores, vedettes, cantantes en sus mejores momentos”, recalca el DeeJay, hoy con 56 años y añorando esos momentos, donde todo era perfecto.

Cuando cerró, Success dejó un vacío, que con el tiempo se convirtió en nostalgia. Por eso, en julio de 2010 Penna organizó una fiesta del reencuentro en el microestadio del club Sportivo. El evento juntó nada menos que 900 personas y fue el primero de varios.

“La mayoría eran clientes de la época. La última fue sobre la calle Colón, cuando se inauguró la placita de la estación. Cuando la pandemia pase tengo el sueño de hacer una fiesta sobre Tapia de Cruz y armar el escenario donde era la disco. Que la gente pueda bailar en la calle y proyectarles videos de los aniversarios del boliche. Ojalá el Intendente acepte y lo podamos hacer”, declara, entusiasmado.

La vida post Success lo encontró a Penna pasando música en otras discos escobarenses, como La Mimosa y Calix. También en Martínez, Recoleta, New York City de Capital y Sunset Pilar. Desde 2005 está en el resto bar Catalejo, de San Isidro, a orillas del Río de La Plata. Además, hace 15 años que es el encargado del sonido en los actos del Municipio y el Concejo Deliberante de Tigre, donde nació y todavía vive.

“Mis sueños laborales los cumplí, no puedo pedir más nada. Success cerró sus puertas el 5 de mayo de 1998, fecha que no voy a olvidar jamás, porque me costó verlo cerrado después de once años”, dice el emblemático DJ, gran responsable de que la disco modelo de los ’90 haya sido tan inolvidable.

“La visita más importante para mí, que soy amante del tenis, fue cuando vino Guillermo Vilas. Y en pleno auge estuvo también Vilma Palma. Success marcaba esas cosas, llevaba deportistas, actores, vedettes, cantantes en sus mejores momentos”.

REVIVAL. Desde 2010 organizó varias Fiestas del Reencuentro de Success en Escobar.

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