Calidad, variedad e innovación son tres cualidades intrínsecas a BarbaRoja, que ha sabido desarrollar y sostener a lo largo de su más de veinte años de existencia. Por eso, antes de cerrar este 2022 no sorprendió que lanzara al mercado una nueva propuesta: tres variedades de cerveza sin alcohol.
Antes de la pandemia, BarbaRoja ya había presentado Noche Azul, la primera versión de cerveza sin alcohol de la marca. La aceptación tan buena que este año decidieron ampliar la línea con otras tres variedades.
“Uno de nuestros principios es la innovación y la variedad, para que el consumidor pueda tener opciones, cosas nuevas todo el tiempo, y vaya descubriendo junto a nosotros otras posibilidades al tener momentos felices acompañados por una cerveza”, explica a DIA 32 la directora de la empresa, Analía Mastroianni.
Esta línea está pensada para quienes quieren disfrutar de una cerveza artesanal más liviana, que pueda tomarse durante el día o en una salida nocturna donde les toque ser el conductor designado. También es ideal para gente que se encuentra realizando una dieta o que cuida su forma de comer, ya que estos tres nuevos estilos tienen 50% menos calorías que una cerveza con alcohol.
Además, esta línea saludable es apto vegana, ya que no tiene ningún aditivo animal y el proceso es sumamente natural.
“Elegimos entre los estilos más populares con alcohol, que son la IPA y la cerveza con limón, para tener la opción más amarga y la más dulce, y otra rubia del tipo Lager. Noche Azul, en tanto, es una cerveza rubia, del tipo Pilsen. De esta manera cubrimos ampliamente los distintos paladares”, agrega Mastroianni.
Las cuatro variantes vienen en formato botella de 330cc y tienen una durabilidad de 18 meses, ya que están pasteurizadas, al igual que las cervezas artesanales con alcohol. Otra opción libre de alcohol de la marca es la malta líquida, que sin ser una cerveza posee propiedades alimenticias y beneficios que protegen al organismo.
Organización y planificación
Para hacer estas cervezas, el grupo de producción de Barba Roja trabajó arduamente para ajustar las fórmulas junto con su ingeniero químico. Participaron de varias capacitaciones y pruebas hasta dar con el sabor correcto.
También los clientes tuvieron voz y voto a la hora de aprobarla, ya que a muchos de ellos les enviaron las pruebas preliminares para conocer su aceptación. Una vez que todos estuvieron de acuerdo, el producto se lanzó al mercado.
Con respecto a la organización interna, se asignaron entre cinco y diez días al mes a la producción específica de estas variedades. Esto fue necesario ya que no es posible producir cerveza con y sin alcohol al mismo tiempo. La razón es que el equipamiento que se utiliza es el mismo para ambos casos.
Un punto a favor para el nuevo proyecto es que no tuvieron que hacer inversiones extras. El costo más grande fueron las pruebas y las capacitaciones.
Otra opción libre de alcohol de la marca es la malta líquida, que sin ser una cerveza posee propiedades alimenticias y beneficios que protegen al organismo.
“Hacer una producción exclusiva genera una determinada organización. Hay que coordinar el trabajo y tener el stock necesario de los otros productos para que la cadena no se corte ni se atasque. No es tan sencillo, lleva mucha organización y planificación. Tiene que funcionar como un engranaje perfecto”, señala la empresaria, quien en 2021 se hizo cargo de la firma tras el fallecimiento de su padre y creador de BarbaRoja, Antonio Mastroianni.
A partir de esta línea saludable, que se suma a los más de veinte estilos con alcohol, estiman que las ventas podrán aumentar entre 18 y 20%, porque les permitirá acercarse a un público que de otra manera no consumiría cerveza.
“Estamos contentos de poder satisfacer esa necesidad y de acercarnos a nuevos consumidores y a nuevas situaciones de consumo”, concluye Mastroianni, entusiasmada con el lanzamiento. Una forma de no dejar a nadie afuera a la hora de disfrutar de buenos momentos, con una cerveza en la mano.
Una historia de éxito
BarbaRoja nació en 2001 de la mano de Antonio Mastroianni y sus viajes a la República Checa. Allí adquirió el know how y vino a Escobar, más precisamente al complejo ubicado sobre la ruta 25 -a metros de Temaikèn- que reúne un restaurant, una tienda de regalos y la fábrica propiamente dicha.
Empezó con unos pocos sabores y se fue perfeccionando en el arte de mixturar las cervezas con flores, hierbas y cítricos, entre otros ingredientes. Hoy la marca cuenta con una veintena de sabores y estilos de su cerveza artesanal y exporta a Uruguay, España, Italia, Estados Unidos y Canadá.
Otra opción libre de alcohol de la marca es la malta líquida, que sin ser una cerveza posee propiedades alimenticias y beneficios que protegen al organismo.