Más de 500 personas participaron de la Marcha del Orgullo en Escobar, un hecho inédito e inimaginable hasta hace poco. Reclaman por sus derechos y contra la discriminación.

Bajo el lema “Con mis derechos no te metas”, el sábado 3 a la tarde se realizó la primera Marcha del Orgullo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) en Belén de Escobar. Una manifestación llena de color, consignas y con clima festivo, en la que más de quinientas personas reclamaron contra el odio y la discriminación y a favor de la igualdad.

El punto de encuentro fue la plaza Juan Manuel de Rosas. En la previa ya se podía advertir la expectativa propia de todo hecho inédito y también la característica alegría de estas convocatorias: llenas de color, música pop y extravagancias.

De hecho, las primeras en llegar fueron un puñado de chicas que se encargaron de maquillar a quienes se lo pidieran. Eso fue otro aspecto significativo de la jornada: la mayoritaria presencia de adolescentes y jóvenes.

Tampoco pasó inadvertida, por supuesto, la presencia de las drag queens Mía y Anastasia, ataviadas con plataformas de charol altísimas, llamativas pelucas, medias de red y mallas negras. Son algo así como las reinas del movimiento trans, una especie de arte vivo que se basa en representar de manera exagerada los rasgos femeninos.

La marcha sacudió la quietud del centro escobarense en un sábado típico de primavera. Mucha gente observó azorada desde las veredas el paso de los manifestantes por la avenida Tapia de Cruz. Todo en orden, sin siquiera un amague de incidente.

“¡Señor, señora, no sea indiferente, matan a travestis en la cara de la gente!”, fue el cántico de protesta que predominó a lo largo de la caminata. También se escuchó “¡Iglesia, basura, vos sos la dictadura!” cuando la columna pasó frente a la cocatedral, que estuvo fuertemente protegida por policías.

La manifestación finalizó en el skatepark de la estación, con un acto en el que distintos referentes leyeron un documento con sus demandas y reivindicaciones: ampliación del cupo laboral, cese de la discriminación y el odio hacia la población LGBT, separación de la Iglesia y el Estado e implementación de la Educación Sexual Integral con perspectiva de género en las escuelas, entre otras.

“Esto superó nuestras expectativas. No esperábamos una convocatoria tan masiva. Sabíamos que iba a venir gente que pertenece a las organizaciones, pero acá hay personas que se acercaron voluntariamente a apoyar la causa”, expresó Álvaro Ritaco (24), de Libres, Unidxs y Diversxs, una de las agrupaciones que desde mayo venía organizando esta jornada.

Entre la muchedumbre se pudo ver a varios funcionarios municipales: entre ellos, el secretario general Alberto Ramil y la secretaria de Proyección Institucional, Gabriela Garrone. Sus presencias también fueron una grata sorpresa para los organizadores.

Difícilmente los artífices de esta marcha puedan olvidar la tarde en la que por primera vez se animaron a atravesar el centro de la ciudad con la frente en alto, felices de ser como son y pidiendo algo tan básico como que les reconozcan sus derechos, que los dejen vivir en paz y que no los discrimen, ni los odien ni los maltraten.

“En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”, afirman, convencidos.

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