Para muchos, muchísimos, el amor a los colores va infinitamente más allá de ir a la cancha o mirar el partido por TV. Y montan un mundo paralelo con seres de su misma especie: las filiales, ese espacio donde compartir, disfrutar y ser solidarios.

Por JAVIER RUBINSTEIN

Está claramente demostrado que el fútbol es el deporte que más emociones y sentimientos despierta en sus seguidores. Sentirse en las puertas del cielo ante la alegría de un título o en las raíces del infierno frente al fantasma del descenso es algo tan normal para un hincha como imposible de evitar. Por eso es tan pasional y sólo aquellos que lo llevan en las venas saben realmente lo que significa esta pasión.

Pero esta indescriptible sensación, que alcanza su máxima magnitud una vez a la semana durante los 90 minutos de un partido, late en el corazón del futbolero las 24 horas de los 365 del año. Y se expresa en múltiples formas. Una de ellas, que cada vez se está extendiendo más, son las peñas, círculos o filiales, espacios de encuentro y participación donde los hinchas se reúnen para conversar sobre el club de sus amores, ir juntos a las canchas, organizar encuentros con sus ídolos y colaborar con la comunidad mediante acciones solidarias.

Por supuesto que el partido de Escobar no está ajeno a esta tendencia. De hecho, ya son cuatro los clubes que tienen filiales en el distrito: River, Boca, Independiente y Racing. Y si bien ninguno de sus hinchas tuvo motivos para festejar en este 2013, no existió adversidad tan poderosa que pueda apagar el amor por los colores del corazón.

Historias mínimas

Quienes dieron el puntapié inicial en el distrito fueron los hinchas de Independiente, que en diciembre de 2002 conformaron el Círculo Universo Rojo. Desde entonces, festejan cada aniversario con una cena a la que concurren ex y actuales jugadores del Rey de Copas (algunos de ellos: Ricardo Bochini, Daniel Bertoni, “el Pocho” Insúa, Lucas Pusineri, “el Chivo” Pavoni, “Pepé” Santoro, Luis Islas; e incluso el otrora presidente Julio Comparada). Lo que se recauda en esos eventos es destinado íntegramente a la escuela 11 del Lago.

Además, tienen un programa semanal en televisión: La Hora del Diablo, que se emite los martes a las 23 por el canal local de Tele Red, con la conducción de Claudio Turilli -presidente del Círculo- y Sergio Caliusco, quienes tomaron la posta del camino que iniciara el recordado Juan “Macayita” Deandrea.

“El objetivo del Círculo es reunirse por el amor al club, compartir y estar cerca de nuestro equipo. Además, nos da la posibilidad de hacer actos solidarios con alguna institución de Escobar. También hemos juntado juguetes y ropa para zonas de Avellaneda o a donde el club nos diga, depende quién lo necesite”, explica Turilli.

Los primeros en seguirles el paso a los hinchas del Rojo de Avellaneda fueron -como no podía ser de otra manera- sus primos de la Academia, que el 25 de marzo de 2003, en una pizzería de Garín, decidieron dar vida a la filial “Primer Centenario” de Garín.

“Buscamos hacer que el nombre de nuestro querido Racing Club sea llevado con orgullo”, dice el referente de la filial, José Ottonelli. En el plano social, los académicos de Garín realizaron varias colaboraciones con escuelas, entidades y ONGs de la localidad, como también con gente de San Antonio de Areco, San Nicolás, Gualeguay, Campo Largo y Pampa del Indio (Chaco). “Les entregamos pintura, ropa, alimentos, útiles escolares y muchas cosas que juntamos”, cuenta Ottonelli.

Además, desde hace varios años la filial participa en los desfiles de carrozas de la Fiesta Nacional de la Flor. Y en marzo festejaron sus primeros diez años con una competencia atlética por el centro de Garín. Su sede se encuentra en Belgrano y Pablo Lamberti, donde se reúnen todos los martes a la noche.

¿Y los hinchas de Boca? Tardaron un poco más en agruparse, pero finalmente lo hicieron: Los Bosteros de Garín se formaron a fines de 2011 y su presidente es Julio Cipollone, conocido por su oficio de fundidor artístico. Las primeras reuniones fueron en una panchería, pero pocos meses después consiguieron un local en la calle Fructuoso Díaz 549, donde también se juntan los martes a la noche.

“Queremos ser una entidad de bien público que pueda ayudar a mucha gente en el distrito. Vamos camino a serlo, no tengo dudas de eso. Estamos haciendo todos los días algo nuevo y en poco tiempo ya somos reconocidos por mucha gente” cuenta con orgullo Eduardo Gianfrancesco, el vicepresidente de la filial.

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En poco tiempo, los xeneizes hicieron un largo recorrido solidario. “Hemos repartido mercadería en el barrio San Miguel de Maschwitz, ayudamos a gente de Savio que perdió su vivienda por un incendio, a los inundados de Luján y a los de La Plata y organizamos eventos solidarios en Garín”, repasa Gianfrancesco.

La filial más joven de todas es “Nueva Escobar”, conformada por hinchas de River de la cabecera de distrito. Su acta de nacimiento data del 27 de diciembre de 2012, su presidente es Ernesto Leiva y tienen su lugar de encuentro sobre la avenida San Martín al 119, donde todos los viernes hay mitin millonario.

“Nuestro objetivo es ser reconocidos en la zona norte como una gran filial, representado los colores del más grande. River Plate es la pasión que nos une”, afirma el secretario de la filial, Armando Ghezzi. Y amplía: “Trabajamos con un merendero del barrio Lambertuchi, ‘El lugar de los Niños’. Además, estamos colaborando con la Escuela 22 de la isla y apadrinamos un lugar de chicos con capacidades especiales que está en Don Bosco 842”.

Semanas atrás hicieron una cena para 400 comensales en el Lusitano, donde estuvieron Matías Almeyda -padrino de la filial-, Jorge Gordillo, Pablo Lavallén y “Luigi” Villalba.

Como si no alcanzara con una, también en Garín hay una peña de River, que empezó a dar sus primeros pasos en octubre de 2005. Su presidente es Gabriel Jotallán y son célebres las cenas aniversario en AFUG con presencia de filiales de otras ciudades y referentes del club de Nuñez (Almeyda, Guillermo Rivarola, Ariel Rojas, entre otros). Además, el domingo 22 hicieron un festival de fin de año en el boulevard Perón, con entretenimientos y regalos para los chicos.

El fútbol, esa pasión tan difícil de entender para algunos como indescriptible para tantos otros. El único deporte que es capaz de formar estas filiales, especies de “mini clubes” en diferentes barrios. Con hinchas que a la distancia expresan un sentimiento puro por los colores, siempre esperando la revancha del próximo domingo con la ilusión intacta.

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