Fue futbolista, ambulanciero y funcionario público, aunque dedicó la mayor parte de su vida al comercio. “Soy un agradecido a Dios, conmigo fue tremendamente generoso”, afirma. Se reconoce como un Don Juan y dice que su mayor defecto es “ser bocón”.

Por JAVIER RUBINSTEIN

1 ¿Qué recuerdos te quedaron grabados de tu infancia?
Jugar en la calle, iba a la escuela 9 (actualmente Nº2) y no me gustaba estudiar. Yo era de Campana, pero al morir mi papá cuando yo tenía 5 años nos mudamos a Escobar. Mi mamá trabajaba todo el día y yo me crié con mi abuela.

2 ¿Cómo era el barrio?
Era espectacular, la calle Belgrano era de tierra, cazaba mariposas y jugábamos mucho a la pelota con los chicos de Parsons, Petrocelli, Romano, Eddy Monti, todos de la misma manzana.

3 ¿Cuándo llega tu primer trabajo?
Tenía 17 años cuando me vino a buscar “Coco” Antenucci diciéndome que iba a abrir una fábrica, Parque Davis. Había que construirla, era un monte y me contrataron como cadete. Iba a Capital a llevar papeles para la empresa constructora que hizo la fábrica. Después me trasladaron a El Palomar.

4 ¿Después llega tu etapa como futbolista?
Claro, en 1965 me vinieron a buscar para jugar en Villa Dálmine. Yo tenía 19 años. Fuimos con Alberto Peralba y quedamos. Yo seguí y me subieron a primera, jugaba de mediocampista en un equipo muy fuerte. Cuando debuté me fueron a ver Carlos Guevara y Jorge Manrique, amigos míos. Después pasé a préstamo a Defensores Unidos de Zárate, con “Pepe” Yorio y otros muchachos de Campana. Jugué solo cuatro partidos y me fui a Bolivia.

5 ¿Cómo fue esa experiencia internacional?
Pasé a The Strongest, pero no pude debutar porque todos mis compañeros murieron cuando cayó el avión que los traía de Santa Cruz de la Sierra. Yo no había ido porque estaba recién operado de un problema en la rodilla. Tuve que ir a reconocer los cuerpos, fue realmente muy triste.

6 ¿Cómo hiciste para seguir adelante después de esa tragedia?
Tenía unos amigos en el Bolívar de La Paz y me hablaron para ir con ellos. Arreglé, pero no estaba bien, estuve un año. No tenía cuádriceps y no pude seguir. A los 23 ya había dejado. No hice ninguna diferencia económica, sí grandes amistades.

7 ¿Quién te puso el apodo “Bocha”?
Mi tía Minga, la madre de Julio Ortelli, porque yo me pelaba siempre, me gustaba estar pelado. Ya nadie me dice Norberto.

8 ¿Qué hiciste después del fútbol?
En el ‘73 me llamó Freddy González para ir a trabajar a Henry Sport. Las cosas me fueron bien, fui el encargado durante años y me independicé. Puse una tienda en la Rivadavia que se llamaba “Bocha Sport”, después la vendí. Por consejo de René Pontoni abrí una pizzería debajo de Boca del Tigre, “Le Equipe”, y ahí me fue excelente. La gente que lea esta nota se va a acordar, fue la primera pizzería a la piedra de Escobar. Estuve hasta el año ‘82.

9 Después nace el mítico Bar Tucho, ¿no?
Sí, era mío y de mi hermano Hugo. Tucho le decían a mi papá, por eso el nombre. Bar Tucho fue patrimonio de Escobar, parte de la ciudad. Paraban todos ahí, mediodía y noche, todos hombres, no entraban mujeres. Todavía se sigue hablando de ese bar, es increíble…

10 Debés tener mil anécdotas, ¿se te viene alguna a la mente para compartir?
Muchos se van a acordar que después de las 12 de la noche cerrábamos Tapia de Cruz entre Mitre y Asborno para jugar al fútbol en la calle con un grupo de amigos. Nadie nos decía nada. ¡Si lo hacés ahora te pasan por arriba!

11 ¿Cuál fue tu mejor negocio?
La pizzería. Y las ambulancias “Cassino”, que las tuve hasta el ’90, también anduvieron muy bien, atendía todo el PAMI de Escobar y parte de Luján. Después con mi hermano pusimos la cochería y al tiempo me fui, es de él. Es un rubro difícil, pero excelente negocio.

12 ¿Y en cuál fracasaste como comerciante?
Con Planeta Sport, la casa de deportes en la calle Mitre. No vendía. Tenía la marca Flash, pero no anduvo. Hay que ser realistas: Agustín Fernández (Delfos) es una marca en Escobar, no hay con qué darle. Me gustó jugar con fuego y así me fue, pero bueno, son desafíos.

13 Después te volcaste al rubro gastronómico…
Sí, hice María Pía primero, lo vendí y compré el restaurante Palo Bonito, después La Cantina del Bocha, me asocié a Jet Set, vendí e hice La Catedral en Campana. La confitería más grande de esa ciudad, todavía está pero no es mía, me superó ese negocio.

14 ¿Por qué a los dos o tres años de iniciar un emprendimiento lo vendés?
Porque ese es el negocio: armarlo, hacerlo funcionar y venderlo. No soy para estar todo el día en un negocio vendiendo café. Una vez que lo levantás, que siga otro.

15 ¿A qué te dedicás actualmente?
No tengo nada, vendí las ambulancias que me quedaban y compro y vendo autos. Estoy jubilado pero no quiero quedarme de brazos cruzados, ya estoy haciendo algo y en cualquier momento hacemos un despelote en Escobar, les voy a dar una sorpresa (risas).

16 Hablemos de política… Fuiste funcionario municipal durante un tramo de la gestión de Silvio González. ¿Qué conclusión sacás?
Que la política es hermosa, pero el político es un sinvergüenza. El político no hace nada pudiendo hacer tantas cosas, inclusive sin plata. A mí no me dejaron hacer. Estuve un solo año y después me hicieron ir.

17 ¿Cómo definirías el paso de González por la Intendencia?
Es un gran amigo, un señor, que tenía ganas de hacer cosas buenas, honestamente. Pero no pudo hacer nada, siempre tocamos el tema cuando nos juntamos a charlar.

18 ¿Crees que su distanciamiento con Patti le terminó jugando en contra?
Patti le tiró gente en contra hasta siendo amigo. Pienso que Silvio le hacía sombra, no veo otra razón. El siempre le dio todo, pero Patti le hizo mucho daño, fue tremendo. No se hablaron más, tengo entendido que Patti quiere verlo y Silvio no quiere.

19 ¿Cómo ves la actual gestión municipal?
Lamentablemente Escobar está bombardeado y va a costar mucho levantarlo. Tenemos un intendente de San Fernando, únicamente acá pasa eso, ¿cómo puede ser? Lo que hicieron bien es el tema de las luces nuevas, excelente.

20 ¿Las reuniones con tus amigos en los bares son una especie de tradición?
Disfruto todo eso, es lo más grande que hay. Nos juntamos con Silvio, Alfonso Diez, Angel Donatelli, Julio Arcura, tengo barra al mediodía y barra a la tarde. Tomamos café y charlamos, la mesa se llena enseguida. No tiene precio, no se cambia por nada. Fútbol, Escobar y el país son los temas de conversación.

21 ¿Con qué pensamiento político?
Somos todos anti K, salvo alguno. A mí gusta (Mauricio) Macri para presidente. Ya enfrentó a esta señora y demostró que tiene fuerza y las cosas bien puestas. Acá falta mano dura, antes de hacer fábricas hay que hacer cárceles, el delincuente tiene que ir adentro y quedarse ahí.

22 ¿Una virtud?
Soy honesto y amigo de mis amigos.

23 ¿Un defecto?
Tengo la desgracia de ser bocón, digo las cosas. Algunos la consideran una virtud, pero para mí es un defecto. Me supera, no puedo taparme la boca.

24 ¿Un hobby?
Salir a cenar con mis hijos o mis amigos, en Escobar o Campana.

25 ¿Comida favorita?
Pastas a la bolognesa.

26 ¿Qué te enoja?
La informalidad. Me gusta la gente sana, me doy el lujo de que en mi mesa esté quien yo quiero, sino me voy.

27 ¿Le temés al paso de los años?
Para nada, si tengo que partir le agradecería a Dios, conmigo fue tremendamente generoso. Tengo dos hijos espectaculares, juego al paddle. Me cuido, pero me supera el champagne, tomo todos los días.

28 ¿Una década de tu vida?
Los ‘80, fueron muy buenos. Volvió la democracia, entré en un cambio. Empecé con las ambulancias y tuve un clic importante.

29 ¿Cuántas veces te casaste?
Una sola, con la madre de mis hijos. Tuve varias parejas, soy un hombre al que le gustan las mujeres, me encantan y las respeto mucho.

30 ¿Cómo te gustaría que te recuerden?
Como un atorrante, fui eso. Me gustaban todas.

31 ¿En qué te gastarías un millón de dólares?
Viajar ya no me interesa como antes, me gusta la buena ropa, nada más. Soy feliz cuando puedo dar, repartiría.

32 ¿Un deseo?
Que mis hijos sean felices. Y si llega un nieto, mejor, hay tiempo.

FICHA PERSONAL

Norberto Cassino nació en Belén de Escobar el 27 de mayo de 1945. Separado, tiene dos hijos: Cristian (31), técnico en computación, y Viviana (28), estudiante de abogacía.

Hincha de River, ex futbolista, comerciante, relacionista público y funcionario –fue supervisor de Deportes y Turismo- en la intendencia de Silvio González. Hermano de Hugo y tío de Huguito, “un fenómeno mi sobrino, ponelo”. Frontal, de barrio y entrador, cualidades de un personaje escobarense que las vivió todas.

 

Comentar la noticia

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *