El fundador de Los Súper Ratones y líder de Nube 9 llegará a Escobar para dar un curso sobre la música de la banda más grande del mundo. “Descubrí el placer de enseñar”, afirma, fan de los cuatro fantásticos de Liverpool.

Por MARTIN POZZO
Director de revista La Negra

Fernando Blanco es músico y escritor. Comenzó en su ciudad natal, Mar del Plata, con Los Súper Ratones, y tomó notoriedad nacional editando discos y dando gran cantidad de shows. Hacia 2001 armó Nube 9, una banda especializada en interpretar material de Los Beatles, y viajó llevando su música a países como EEUU, Rusia, Inglaterra, España, Brasil, Panamá, Bielorrusia y Uruguay, además de toda la Argentina.

Junto al periodista Sergio Marchi editó el libro Beatlend, enfocado en las carreras solistas de los integrantes de los Beatles, y se encuentra trabajando en otro sobre la música del célebre cuarteto. Es, con su banda, invitado permanente de la Beatle Week de Liverpool, ha dictado cursos sobre los Beatles y la música de los 60’s y dio charlas en diferentes ciudades del país. Antes de su desembarco a la ciudad de la flor, habló con La Negra en 32.

¿Cuál fue tu primer contacto con la música de Los Beatles?

Escuché el tema Help! en un noticiero cuando reportaban la muerte de John Lennon y me voló la cabeza. Me encantó… la melodía, los arreglos, el ritmo, el entusiasmo en la interpretación, lo poco que entendí de la letra. Me dije: esto está todo bien, quiero escuchar más. De ahí en adelante no paré.

Tuviste muchos años con Los Súper Ratones, ¿cómo fue afrontar la decisión de comenzar una carrera solista?

Lo pensé mucho y tal vez lo estiré, es difícil darse cuenta de que un proyecto que armaste y al que le dedicaste gran parte de tu vida ya no funciona. Tuve que decidir si seguir en algo que me mantenía pero no me hacía feliz o jugármela de cero y volver a empezar. Por suerte tomé la decisión correcta.

¿Cómo nace Nube 9?

Nació por la necesidad de volver a ese sentimiento de disfrutar haciendo música. Nos juntamos con amigos que estábamos pasando algo similar y decidimos hacer música beatle para despejarnos, como hoobie. La idea era interpretar las canciones respetando los arreglos pero no imitando ni las voces, ni la ropa, ni los movimientos. Resultó que a la gente le gustó más de lo que esperábamos.

¿Qué crees que aportás con tu banda como representantes latinoamericanos en la Beatle Week?

Hace nueve años que vamos a Liverpool y cada año me pregunto por qué la gente nos pide y nos va a ver, cada vez más, a teatros y festivales al aire libre. Creo que lo que más nos diferencia es la pasión: donde los demás tocan una nota, nosotros la interpretamos, intentamos ponerle algo, un sentimiento, eso que nos enseñaron Los Beatles con su propia y genial interpretación.

Hace unos años aparece tu rol docente con los cursos relacionados a Los Beatles, ¿cómo vivís estos encuentros?

Los vivo con enorme gusto, ya que descubrí una faceta que no sabía que tenía: el placer de enseñar, de trasmitir lo que sé de lo que me gusta y me apasiona. Siempre les digo a los alumnos que hay que animarse a saber más sobre lo que nos gusta, porque eso nos hace disfrutarlo más.

Si tuvieses que elegir y quedarte con un disco y con una canción de Los Beatles, ¿cuál sería?

Como disco elegiría Rubber Soul, por lo parejo y porque está parado en el medio de la evolución beatle. Y como canción a Help!.

¿Cómo definirías, en pocas palabras, a cada integrante?

Una de las cosas que hay que entender es que la banda estaba construida sobre cuatro individualidades muy valiosas y que la suma de las partes dio más que el total. John fue la cabeza; Paul, el artesano de la música; George, el corazón; y Ringo, el tipo que completó el cuadro perfecto.

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