Pese al paso del tiempo, la localidad conserva un estilo de vida ya característico, armonioso y sereno. Con más de veinte mil habitantes, hoy anhela ser reconocida como ciudad.

por ROCÍO M. OTERO
rotero@dia32.com.ar

Como un mundo ajeno y distante. Matheu aún conserva esa esencia de pueblo que lugares como Belén de Escobar -sin ir más lejos- fueron perdiendo con el pasar de los años. Sus calles y su gente se mantienen en un margen blanco, sin escribir, aisladas de la creciente urbanización que agobia a las ciudades.

La historia de esta pequeña y cálida localidad se remonta a fines del siglo XIX, cuando el 9 de marzo de 1898 Domingo Nazarre vendió cuatro de las hectáreas que había heredado al Ferrocarril Central Argentino para la construcción de la parada ferroviaria, que al poco tiempo se convertiría en estación. En los campos aledaños se trazó luego el casco del pueblo, bautizado por el mismo Nazarre como Villa Matheu.

El antiguo Matheu estaba conformado por doce manzanas, de las cuales solo seis fueron divididas en 94 lotes, con el correspondiente marcado de calles, según precisa en uno de sus libros el historiador local Juan Pablo Beliera. Con el correr de los años, producto de varios remates, comenzaron a asentarse los barrios San Andrés, Itati, La Esperanza y los countries Campo Chico y Campo Grande (este último dentro del partido del Pilar).

Al establecerse la estación ferroviaria también se instaló -en la esquina de San Martín y Melo- el primer almacén de ramos generales, de Juan Carlos Sbravatti, un inmigrante italiano llegado al país alrededor de 1890. Durante las primeras décadas del siglo siguiente el pueblo tomó un segundo impulso como consecuencia de otros remates de tierras y por la instalación de la fábrica de corchos, de Juan Alves Rosa, que promovió la toma de mano de obra y el asentamiento de nuevas familias.

En la actualidad Matheu cuenta con una población de más de veinte mil habitantes, distribuidos en unas 6 500 viviendas, y la pretensión de ser reconocida como ciudad florece una vez más. En busca de concretar ese anhelo, el presidente del Concejo Deliberante de Escobar, Elío Miranda, presentó un proyecto de resolución para volver a solicitar la instalación de una sucursal bancaria, único requisito pendiente para que las cámaras legislativas de la provincia confieran al poblado su máximo rango, en mérito al desarrollo demográfico, productivo, económico e institucional que ha experimentado

Los años pasaron y las cosas cambiaron Sin embargo, los matheuenses han elegido una manera de vivir distinta, sencilla y con un profundo arraigo a sus raíces Una actitud digna de admiración y un claro ejemplo de que es posible compatibilizar un estilo de vida rural y urbana, cuyo resultado es un lugar plácido y confortable piara pasar los días.

La plaza de los domingos

El recuerdo del fundador del pueblo se mantiene vigente día a día en Matheu, ya que una de las calles principales de la localidad y la plazoleta ubicada frente a la estación de trenes llevan el nombre de Domingo Nazarre. Allí, precisamente, a modo de regalo por el 112º aniversario se inauguró el 9 de marzo un busto del prócer de mayo Domingo Matheu, realizado por el notable escultor escobarense Eduardo Noé.

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