Axel Farrulla y José Luis Ponce salieron desde Maschwitz a mediados de diciembre y ya llegaron a Bolivia. Ahora decidieron conocer otros países y recién estarían de regreso a fin de año.

Por EMILIANO M. CORVALAN
emiranda@dia32.com.ar

Con la premisa de adquirir un bagaje de experiencias enriquecedoras, Axel Farrulla (25) y José Luis Ponce (29) encararon entusiasmados la extravagante idea de unir a pedal Ingeniero Maschwitz y Bolivia. Pero antes de concretar el reto, ya decidieron subir la apuesta y recorrer toda la geografía sudamericana.

Cuando los dos amigos emprendieron el viaje -a mediados de diciembre de 2009- tenían en mente llegar hasta La Higuera, en Bolivia, y regresar al país. Pero la hoja de ruta se modificó por primera vez en Capitán Sarmiento, donde Axel le comentó a José su verdadera intención: tras cumplir la meta, seguir viajando hasta la región de Pando, embarcar en el Rio Madeira para llegar a la costa brasilera y regresar a Buenos Aires pasando por Uruguay.

En Catamarca, Axel y José conocieron a Marcel, un colombiano que los acompañó hasta Cafayate (Salta) y que también resultó una influencia para que decidieran profundizar este nuevo desafío. “Nos incentivó mucho, nos decía que si ya estábamos en viaje no podíamos volvernos sin haber recorrido Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil y Uruguay. Así que meditando la posibilidad de seguir, decidimos extender nuestro viaje”, explicó Farrulla a DIA 32, en una entrevista vía mail.

A comienzos de marzo los jóvenes pisaron sueño boliviano y se instalaron en Villa Montes, donde trabajaron de camareros y asesores de protocolo ceremonial en un restaurante llamado “Imaibe”. “Cuando llegamos acá dimos unas vueltas por la plaza y, un tanto preocupados por la economía, paramos a pedir agua caliente en ese lugar. Había colgado un cartelito que decía: ‘se busca un lava copas y personal de limpieza’. Ahí nomás nos presentamos»

“Dimos clases de tango a unos amigos y con José estamos organizando y embelleciendo el lugar. Los dueños están muy contentos con nosotros, tanto que nos ofrecieron quedarnos una semana completa”, comentó Axel, contentísimo y agradecido.

Durante este largo recorrido, que ya lleva más de tres meses, el lugar que más los atrajo fue San Antonio de los Cobres, por los hermosos paisajes de la Puna y la cultura de la comunidad. “Tuvimos la oportunidad de compartir con toda la gente del pueblo el desentierro y entierro del carnaval. Chayamos a la pachamama (ofrendar a la tierra) y bailamos todo el día, todos los días. Jugamos al carnaval con espuma, colores, harina y talco. Estuvimos en familia y conocimos el puente La Polvorilla, una obra impresionante”.

Imágenes de estas y otras vivencias. junto a sus respectivos rela­tos, están publicados en la web en: http://travesiadiariosdebicicleta.blogspot.com.

Estos amantes a la adrenalina estiman que su regreso a Maschwitz será a fines de año. Claro está, si no surge ningún imprevisto o no vuelven a cambiar sus planes en el camino.

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