Trás haberse coronado como el concejal con más inasistencias de 2018, Jorge Cali pidió licencia para no ir al Concejo hasta después de las elecciones. ¿Final anunciado de una carrera descendente?

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

De mayor a menor. Así es, al menos hasta ahora, la carrera política de Jorge “Acero” Cali (47). Irrumpió en escena en 2015 con ambiciones de postularse a intendente, pero debió conformarse con un tercer lugar en la lista de concejales de Ariel Sujarchuk. Después logró escalar a la presidencia del Concejo Deliberante -ardid mediante- y a los doce meses lo destituyeron en medio de un escándalo nunca esclarecido. Desde entonces naufraga en el mar de la intrascendencia, con un abúlico bloque unipersonal. Y ahora, en el inicio de su último año de mandato, bajó un escalón más.

Tras haberse coronado como el concejal escobarense con más inasistencias de 2018 -faltó al 45% de las votaciones-, el ex luchador de kick boxing decidió dejar su banca y pedir licencia hasta que pasen las elecciones generales, que se celebrarán el 27 de octubre. Es decir, no estará en todo el año. A menos que decida regresar para lo que sería su último mes.

Es difícil imaginar que vuelva al recinto de la calle Asborno si no consigue la reelección que, paradójicamente, pretende, teniendo en cuenta su casi nula actuación legislativa. Pero más difícil está siendo para él encontrar una boleta competitiva que lo cobije dentro del peronismo para renovar su mandato.

Lo sabe bien y por eso se sigue moviendo de un lado a otro en busca de avales. Así como en febrero se mostró en el lanzamiento del Peronismo Federal que encabezó Sergio Massa en Mar del Plata, semanas antes había estado junto a Sergio Berni en una entrevista con un medio gráfico platense.

Algunos aseguran que no tiene chances, que su tren ya pasó, que esta licencia es casi un retiro voluntario y que, en efecto, también está pensando en dedicarse a otra cosa. Otros, en cambio, rumorean que tiene una cuña que podría incluirlo en algún armado experimental para recolectar votos no kirchneristas. Pero, de momento, es un invento sin forma clara aún.

Lo que sí está claro es que el musculoso ex deportista no tenía en sus planes de 2019 dedicarle tiempo al Concejo. De hecho, ni siquiera estuvo en la sesión extraordinaria que se realizó el viernes 22. Fue ahí cuando se trató su pedido de licencia -sin goce de dieta- “hasta el 31 de octubre” y en su banca asumió el garinense Fabián Bustos, ex secretario de Obras Públicas de la gestión de Sandro Guzmán, quien se integró al bloque oficialista.

“Debido a que es un año electoral, creo más que importante discutir y hablar con los vecinos para saber qué piensan de la gestión y trabajar más en el territorio”, explicó, como si hacerlo fuera incompatible con la función de concejal.

Pero no fue el único motivo que arguyó al ser consultado por DIA 32 sobre las razones de su licencia. “Por otro lado, tengo muchas actividades a nivel provincial y es necesario trabajar para una propuesta de unidad”, aseveró, en un breve chat de WhatsApp.

Incomodado por la publicación del informe de esta revista que dejó al descubierto su desapego por el cargo que ejerce, con recurrentes inasistencias, un sólo proyecto presentado y apenas dos intervenciones orales en todo 2018, “Acero” prefirió no seguir exponiéndose al escarnio y hacer lo que debió haber hecho el año pasado: no cobrar por no hacer nada y dejarle su banca a otra persona.

En este caso, aunque pareciera estar más cerca de tirar la toalla que de volver revitalizado al ring, hizo lo correcto.

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