Autodidacta y arriesgado, acompaña en sus salidas a los bomberos para fotografiar y difundir el trabajo que realizan. “Nadie me paga nada, lo hago porque me gusta”, afirma sobre un hobbie que se transformó en pasión.

Por DAMIAN FERNANDEZ
dfernandez@dia32.com.ar

A toda hora y bajo cualquier condición, él dirá presente para fotografiar un incendio, un accidente o un salvataje; incluso arriesgando su propia vida. Sin trabajar para ningún medio de comunicación, Gabriel Urrels (39) se convirtió en el reportero gráfico número uno de Escobar por su tesón y fidelidad a las emergencias.

Su historia es indiscreta por donde se mire. Por empezar, porque no es profesional sino un aficionado autodidacta que descubrió su pasión de grande, casi de casualidad. “Yo andaba dando vueltas por Escobar sacando fotos de distintas situaciones: un palo de luz que se estaba por caer, pérdidas de agua, etcétera, y las publicaba en mi Facebook. Hasta que un día una periodista me preguntó si no me animaba a trabajar de esto y le dije que sí, porque justo estaba sin trabajo. Así arranqué, en un medio muy conocido de acá”, cuenta Urrels a DIA 32.

Después comenzó a leer sobre “corresponsales de guerra y todo eso” y también a “salir con los bomberos una y otra vez”, hasta enamorarse de ese mundo para siempre. Desde entonces pasaron siete años de ardua labor y ya lleva sacadas más de 30.000 instantáneas de todo tipo de siniestros en el distrito y aledaños. En el medio, dejó el trabajo que había conseguido porque le pagaban “casi nada”.

“Es difícil de explicar esta pasión. De hecho, te trae muchos problemas con tu pareja, en la vida cotidiana y tus amigos te preguntan porqué salís a las dos de la mañana cuando escuchás la sirena si no sos bombero. Lo que hacen ellos es muy sacrificado y valorable y eso también me lleva a mostrarle su trabajo a la sociedad, que muchas veces no lo sabe”, argumenta el intrépido fotógrafo sobre una actividad arriesgada y muchas veces, además, traumática.

“El otro día, por ejemplo, me explotó un container a cinco metros y tuve que salir corriendo. Además, uno de afuera ve cosas que los bomberos quizás no. Por ahí vas a un incendio o un accidente muy grave y hay gente fallecida y eso te pega mucho, sobre todo cuando hay chicos”, señala Urrels. En ese sentido, una de sus pautas es no publicar fotos de personas muertas.

Sus capturas pueden apreciarse en la página de Facebook que abrió en 2013, llamada Acción Escobar, a la que “entran bomberos de todo el mundo”, o bien en diversos medios de comunicación zonales y nacionales que hacen uso de esas imágenes para graficar las notas. Pero pese a la difusión que logra su trabajo, lejos está de subsistir con la profesión que tanto ama.

“Nadie me paga nada y para hacer esto gasto mucha plata. Hay vecinos que me piden alguna foto que les gustó para encuadrar y se las vendo. Con eso puedo pagar el combustible de la moto y a veces comprarme equipamiento. Tuve un progreso grande, pero no vivo de esto, aunque me encantaría”, confiesa.

A pesar de esta endeble y peligrosa situación laboral, ya que no cuenta con ningún tipo de seguro ni obra social, Urrels no piensa alejar su ojo clínico de los incendios, accidentes y de toda situación de riesgo que se presente. “Ahora estoy planeando un proyecto que me puede llegar a dar rédito económico. Igual, lo hago porque me gusta y me da otro tipo de satisfacciones. Es mi pasión y lo hago para mostrar lo que hacen los demás”, concluye con humildad y dejando en claro su vocación de servicio.

Comentar la noticia

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *