El ex intendente interino, hoy sin cargo, destacó las inversiones realizadas en alumbrado público y seguridad durante sus trece meses de gestión. Además, aseguró que no será candidato en las próximas elecciones.

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

Café mediante, en un bar a pocos metros del Palacio Municipal, Walter Blanco repasa sus casi trece meses sentado en el sillón de Lambertuchi y afirma: “De las metas que nos propusimos al comienzo del año creo que estamos arriba del 70%. Me quedé con ganas de obtener mejores resultados, pero estoy tranquilo porque trabajamos denodadamente y sin una meta electoral”.

Su interinato en el Ejecutivo comenzó el 18 de noviembre y finalizó, silenciosamente, el lunes 8 de diciembre, con el regreso de Sandro Guzmán, que pidió licencia por tres meses en la Cámara de Diputados de la Nación pero se quedaría en Escobar hasta terminar su mandato.

Al hablar de las metas cumplidas, Blanco pone en primer lugar las mejoras en el alumbrado público. “Pero la gente ya se acostumbró y ahora quiere otra cosa, lo cual está bien”, acota. También destaca el aporte municipal en materia de seguridad, con nuevas cámaras, centros de monitoreo descentralizados y más agentes de prevención comunitaria en las calles. “Se evitaron y se esclarecieron muchos robos”, subraya.

Otros logros que enumera son la incorporación de ambulancias al servicio de emergencias médicas, la reconversión e instalación de nuevos semáforos y la compra de máquinas por 20 millones de pesos. “No había posibilidades de hacer una gestión que sorprenda en cuanto a grandes obras, porque nunca las planteamos. Se hicieron las que dijimos que íbamos a hacer: la pileta municipal en Escobar, el nuevo Centro de Zoonosis, el camino a la escuela 8 y las refacciones de la 17”, apunta. Y se declara “orgulloso” por la recomposición salarial de los empleados municipales.

También se jacta de haber impulsado las fiestas del Jardín Japonés, de la Cerveza Artesanal y de Navidad, convirtiendo al polideportivo de Escobar en una especie de centro municipal de exposiciones, al tiempo que da por descontada la continuidad de estos eventos. “¿Quién va a dejar de hacer eso? Tiene que haber un lugar donde el pueblo se encuentre multitudinariamente”, sostiene.

Del lado del debe lamenta no haber cumplido con “un jardín de infantes y alguna que otra cosita más con la que quisimos sorprender y no pudimos”. Pero se queda corto. Releyendo el cuadernillo con las Metas de Gestión que presentó en febrero, hay otros anuncios que no se concretaron.

El polideportivo de Matheu, las 50 cuadras de pavimento con cordón cuneta; la reparación del “100%” de las calles, la colocación de cámaras en las patrullas de prevención, la climatización de la pileta municipal de Maquinista Savio y el reacondicionamiento de la Casa de la Cultura son algunas de las metas que quedaron por cumplir. Así como las jornadas consultivas con los vecinos, que solo se hicieron en Belén de Escobar.

Al regresar Guzmán, Blanco no volvió a su despacho de la Jefatura de Gabinete. Pero dice que seguirá colaborando con él para “continuar y profundizar cosas que se hicieron y no dejar colgada a una cantidad de gente que se copó y se alineó a una idea de gestión que fue trabajar, sin ninguna prebenda”.

¿Seguro que no va a ser candidato?

Mi idea firme es no estar más en la política partidaria, por lo menos, y no creo que se modifique en 6 u 8 meses. También se puede militar y trabajar igual sin un cargo. Es más, voy a escribirles una carta a los vecinos donde voy a decirles que no voy a ser candidato a nada.

De todos los intendenciables que hay, imagino que Guzmán es el que más le gusta…

Sandro es con el que más trabajé y al que más conozco, sé que cuando toma un compromiso lo cumple. Pero tanto Hugo Cantero como Leandro me gustan. Hugo porque representa el peronismo tal cual lo concebí desde pequeño y es un tipazo. Y Leandro, que es el que más posibilidades tendría, junto con Sandro, le falta experiencia pero tiene ADN escobarense y puede ser un gran intendente. No sé si le tocará ahora o no. Y no descartaría a Miguel Jobe, con quien no nos conocíamos y tenemos la misma mirada sobre algunas cuestiones.

Y para presidente, ¿Massa o Scioli?

Es muy difícil. Con Sergio tengo una buena relación desde hace muchos años y un aprecio personal. Creo que puede llegar a ser un gran presidente. Si me tachás la doble en la generala, te pongo Sergio.

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