Afincado desde hace 25 años en Escobar, desarrolló un sistema floral con el que asegura que puede tratar más de 400 enfermedades. “Creo firmemente que es la medicina preventiva del futuro”, sostiene el galeno.

Por FLORENCIA ALVAREZ
falvarez@dia32.com.ar

Jorge Luis Raff (70) descubrió el poder de las flores cuando decidió continuar el trabajo que el doctor Edward Bach abandonó al morir, en 1936. Obtuvo un Master en medicina Energética y Cuántica, en Estados Unidos, y se dejó apasionar por esos maravillosos regalos que dan las plantas, la eterna búsqueda de sus bondades y el estudio incansable. Lógicamente, esto lo llevó a echar raíces en la capital nacional de la flor, donde vive desde hace 25 años.

En su casa tiene el laboratorio donde realiza sus preparados y desde allí también escribió varios libros. Además, viaja por el mundo buscando flores que le permiten crear su sistema de remedios vibracionales y energéticos, que actúan directamente sobre las causas que generan desequilibrios en el cuerpo humano. Asegura que trabajando sobre los orígenes de una enfermedad, ya sean emocionales, psicológicos o patológicos, el sistema se acomoda.

Su consultorio es como el de todos los médicos: un escritorio, una camilla, un par de sillas y nada más. Solo que él no utiliza un estetoscopio ni ninguno de los otros elementos típicos de una consulta médica sino que diagnostica a sus pacientes con un péndulo y una guía con datos sobre los niveles energéticos. Vestido de blanco de pies a cabeza, con la barba y el pelo largo del mismo color, los ojos claros y hablando lento pero con voz grave, reivindica las virtudes de su sistema: “Creo firmemente que es la medicina preventiva del futuro. Esto es medicina cuántica, medicina mayor, por eso la medicina tradicional no le da lugar”, asegura al comenzar la entrevista con DIA 32.

Raff trabaja en Costa Rica, Estados Unidos, México, Uruguay y Brasil, donde pudo entrar a las cárceles y a entidades que trabajan con niños violentos para intentar recomponerlos con sus flores, a pedido del Ministerio de Educación. “La gente es violenta porque no encuentra qué está haciendo acá abajo. Al recomponer el campo energético se recupera la alegría. Nosotros enseñamos esto por el mundo. En un país como el nuestro, donde mucha gente podría estar estudiando cómo funciona el sistema floral, los políticos están en otra cosa. En la época del doctor Menem habíamos presentado un proyecto para hacer un instituto universitario al cual vendría gente de todo el mundo a estudiar, pero nunca prosperó”, comenta el facultativo, quien define a su ciencia como “medicina integrativa, porque puede complementarse muy bien con la convencional”.

¿Cómo actúan en las personas sus esencias florales?

Hacen un trabajo de cambio interior. Permiten que se cierren los archivos de la conciencia que no se han podido entender o analizar. Cuando en la conciencia del hombre está “mi mamá me abandonó”, “mi novio no me quiere como yo quiero que me quiera”, “el chico de enfrente me mira mal”, “mi papá no me habla”, esos son ingredientes para tener una enfermedad. No hay que guardar esas informaciones, hay que mover el elemento para que la persona siga su camino.

¿Qué tipo de flores utiliza y dónde las consigue?

Recurro a todo tipo de flores. La mayoría es energía escobarense, aunque también traigo muchas de Brasil o de plena selva costarricense, donde me sumerjo en zonas muy complicadas con un equipo de especialistas. También uso flores que crecen en la Patagonia, en Chile, en el norte de Estados Unidos y otras son traídas de México. Las camuflo en el avión porque ya vienen hechas esencias, en forma líquida, y termino el trabajo en el laboratorio de mi casa.

¿Cuál es la diferencia entre sus flores y otros sistemas florales que se conocen desde hace años, como los de Bach y California?

Este sistema floral maneja campos vibratorios diferentes. Uno está acostumbrado a ir al médico, decirle qué le duele y que se atienda eso, la consecuencia. Nosotros hacemos un trabajo más profundo porque va a la causa.

¿Qué tipo de enfermedades pueden curar sus flores?

Podemos atender más de 400 enfermedades para las cuales la medicina no tiene respuesta. Tengo un paciente que vino hace dos meses con un cavernoma en el cerebro y hoy le ha desaparecido toda la sintomatología, está trabajando en forma normal e incluso, por voluntad propia, dejó los medicamentos que le recetó el médico. Es que si el problema es energético, es muy difícil que lo curen los médicos. Las flores consideran la ciencia del alma, cosa que la medicina tradicional no hace.

¿Cómo funciona el tratamiento?

Con un péndulo mido los centros energéticos del cuerpo para identificar dónde está el desequilibrio. Cuando uno de esos centros está cerrado puedo saber qué tipo de conflicto tiene la persona. Ahí decido qué flores tiene que tomar. La siguiente consulta debe hacerse después de 21 días, porque en ese tiempo se ven los efectos de las flores que son energía viva, pura, contenida en agua. Las células la reconocen inmediatamente y esas flores que entran al sistema son captadas por los átomos y automáticamente empiezan a funcionar como alimento para las células enfermas. Este sistema floral maneja los 9 niveles de conciencia del hombre y hay unas 400 fórmulas que tienen que ver con patologías ya manifestadas.

¿Con qué problemas llega la gente a usted generalmente?

Puede venir una persona con una patología o con una angustia, porque necesita estudiar y no puede. Hay infinidad de razones por las cuales las flores trabajan.

¿Qué es la energía?

Es algo que no se ve y que produce el cerebro. El corazón bombea la sangre que lleva la información de ese campo eléctrico y, a su vez, cada una de las 3 trillones de células que posee un cuerpo tiene información relacionada con el ADN. El alma le va indicando al cuerpo por qué camino tiene que ir. Si uno hace lo contrario, el ADN se altera. Lo que nosotros hacemos es reestablecer y borrar del ADN esa información errada para cambiar la capacidad energética interior.

¿Por qué sucede la desintegración entre el cuerpo y el alma?

Cuando el espíritu queda atrapado en lo mundano, se vuelca al consumismo. La gente tiende a cargarse de obligaciones que no puede cumplir. El que está adentro le está diciendo: “No des el paso más largo” y cuando uno no le hace caso, aparece la angustia. Los florales permiten que la persona tome conciencia y haga los cambios. Que se encuentre con el conductor, con quien maneja el vehículo.

¿Hace mucho que usted no va a un médico convencional?

Cuando tengo que ir voy y hasta me acabo de hacer una cirugía. La medicina tiene cosas muy buenas, pero no estoy de acuerdo con que se deshagan de un órgano porque el día de mañana puede traer problemas.

¿Obtiene muchas satisfacciones con su trabajo?

Dinero no, porque esto no da plata. Pero cuando se ayuda a una persona a que se le vaya un tumor y a reinsertarse en la vida es increíble.

¿Por qué no se conoce más lo que usted hace?

Porque si yo hablo mucho me salen a matar con los cañones, si no tengo un respaldo estatal en nada. Yo no necesito que el Estado me dé plata, necesito que me dé opciones, porque estamos preparados para poder ayudar a mucha gente.

¿Qué cree que se necesita para ser feliz?

La gente camina torcida por la vida porque quiere, no porque quién inventó esto lo hizo con ese criterio. La ambición, la codicia, los celos, esas cosas generan un estado de alteración en la persona. Sin atarse a todo eso, la persona puede lograr la felicidad.

Beneficios de algunas flores

Alegría del hogar: amor al proyecto de vida.

Albahaca: integración sexual y espiritual.

Amapola: adaptación al medio social.

Ciruelo: liberación de angustias.

Copete: limpiador del pasado.

Diente de león: distensión muscular.

Girasol: empatía con la autoridad.

Magnolia: libera del pensamiento apocalíptico.

Olivo: rejuvenecimiento neuronal.

Salvia: activación cotidiana de la sabiduría.

Tilo: desapego de seres perjudiciales.

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