Estudiantes de la Escuela Técnica Nº3 lograron el primer puesto en las Olimpíadas Nacionales de Química, Procesos y Alimentos con un proyecto sobre aceite de palta. El apoyo de los profesores resultó fundamental.

Si se tiene en cuenta que la participación, la actitud y el compromiso son aspectos muy valorados en las Olimpiadas Nacionales de Química, Procesos y Alimentos, era de esperar que la Escuela Técnica Nº3 obtenga el primer puesto. En este colegio, estudiantes y profesores conforman un equipo sólido e interactivo, que contagia el entusiasmo por aprender e incursionar en nuevos saberes, incluso cuando se apagan las luces del laboratorio y se cierran las puertas del establecimiento.

La dinámica de esta competencia, llevada a cabo a través del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), resultó tan estimulante como familiar para la institución de Maquinista Savio, que tiene dentro de sus especialidades la de Técnico en Tecnología de los Alimentos.

“Venimos trabajando con los estudiantes desde que comienzan su tecnicatura, en cuarto año, con formación de proyectos para que puedan plasmarlos en lo concreto, abordándolos desde varias materias y con continuidad. Si bien en este caso hubo un reconocimiento en papel, lo importante fue mostrar todo lo que hacemos en la escuela. Ante estos desafíos, uno se pone a estudiar a la par de los chicos y se rompe el molde”, afirma a DIA 32 el profesor de Química y jefe del Departamento de Alimentos, Patricio Cardoso (44).

El egresado de esta especialización, que en la Técnica Nº3 empezó a dictarse hace cinco años, logra entender los procesos para transformar la materia prima a través del uso tecnológico. Daiana Osores (19) y Juan Pablo Pérez (19), los ganadores de las Olimpiadas, terminaron sus estudios en diciembre y reflejan claramente el perfil que el colegio pretende alcanzar. No obstante, su profesora de Química y encargada de proyectos, Melina Villalba (42), asegura: “Cualquiera de nuestros alumnos hubiese estado a la altura de las circunstancias. Y eso es lo que más me conmueve”.

Por su parte, el director de la institución, Daniel Vizgarra, señala que “en estos acontecimientos se confirma el trabajo que se viene haciendo hace años para fortalecer el aprendizaje y el conocimiento de los chicos”.

El camino al triunfo

La final del certamen organizado por el Ministerio de Educación de la Nación tuvo lugar del 26 al 30 de noviembre en la ciudad de Puerto Rico, a 140 kilómetros de Posadas, en la provincia de Misiones. Antes se realizaron tres etapas: la escolar, la regional y la provincial, en Mar del Plata.

Lo interesante de la etapa provincial fue que las escuelas técnicas del partido de Escobar se agruparon para trabajar en conjunto: “Como somos profesores en casi todas, manejamos el mismo criterio. Tuvimos la suerte de caer en la educación pública y nuestra intención es hacerla de calidad”, enfatiza Cardoso, orgulloso. En esta instancia participaron 76 colegios y pasaron los doce mejor clasificados. La Técnica Nº3 logró el tercer puesto y la Técnica Nº2 de Matheu el sexto, mientras que la Técnica Nº1 de Escobar se ubicó decimotercera y quedó afuera por muy poco.

La dinámica de la competencia consistía en que cada escuela llevara una dupla de estudiantes de determinada especialidad para agruparlos con parejas de establecimientos de distintas regiones. El 30% de la calificación era al proyecto de la institución, en tanto que el 70% restante evaluaba la labor realizada al interactuar con otros alumnos.

Los representantes de la Técnica Nº3 presentaron el aceite de palta, un proyecto surgido de un trabajo que se hace en sexto año. “La profe Melina nos impulsa a elegir algo que nos llame la atención y englobe todas las materias. Investigamos, llegamos al aceite de palta y nos encontramos con que en Argentina no se produce de forma nacional sino que se importa para comercializarlo”.

“Además supimos que tiene muchas propiedades. Incursionamos en la parte de producción, en los beneficios que tiene para el consumidor y estudiamos los desperdicios con respecto a lo ambiental, además de las variables económicas en el marco de una materia de emprendimiento”, explica Daiana con precisión.

En la instancia nacional el dúo trabajó con estudiantes correntinos de la tecnicatura en procesos y con futuros técnicos químicos de Santiago del Estero. “Expusimos nuestro proyecto y después nos dieron una problemática que consistía en realizar un plan de mejoras de análisis sobre el almidón de mandioca” recuerda Juan Pablo sobre el primer día. Para esto, los participantes concurrían a un laboratorio donde podían observar, preguntar y comenzar a plantear su propuesta.

“Los chicos de procesos se encargaron de la parte de infraestructura, nosotros de los análisis, y los chicos de Santiago pensaron en las ventajas que tenían a la hora de trabajar. Nos tocaron compañeros de equipo que compartieron esos conocimientos y aprendimos muchísimo de ellos. Fue una linda experiencia”, detalla Daiana.

Sobre los aspectos que el jurado puso en valor para consagrarlos ganadores, la profesora Villalba comenta que sus alumnos “fueron la única mesa que pudo resolver la diferencia entre el almidón y la fécula”. En relación a esto, la flamante egresada explica: “Nos basamos en el Código Alimentario, que especifica el régimen que tiene que cumplir cada alimento. La problemática planteaba ‘almidón’ de mandioca y según el código se tendría que haber rotulado ‘fécula’, porque la mandioca es un tubérculo”.

“Nuestros estudiantes tenían cierta ventaja porque veníamos trabajando con emprendedores del Municipio de Escobar, simulando un laboratorio de bromatología. Hacemos el análisis y los asesoramos en qué cosas tendrían que mejorar. Nuestra escuela involucra lo social en gran medida”, señala Cardoso.

La emoción por el premio logrado es común en profesores, alumnos y autoridades, así como el entusiasmo se redobla para seguir generando futuros proyectos e iniciativas. Vizgarra pone en palabras el sentimiento compartido. Remarca que “los profesores tienen mucha pasión y se la contagian a los chicos, que a la vez se la transmiten a otros. Para nosotros es un orgullo enorme, porque los papás que mandan a sus hijos a nuestra escuela confían en estos saberes y capacidades que van a desarrollar”.

“Nos pone muy felices mostrar de esta forma a la escuela pública. A veces tenemos los recursos que nos da el Estado y otras no. Sin embargo, siempre ponemos el hombro”, finaliza el directivo, alentando a su equipo a ir por más.

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