Saltó a la fama por su participación en la investigación del asesinato de Anahí Benítez. Pero este raza Weimaraner cuenta con otros logros asombrosos. Es “la joyita” de la Secretaría de Seguridad de Escobar.

Por FLORENCIA ALVAREZ
falvarez@dia32.com.ar

En épocas de Walt Disney, seguramente Bruno hubiese sido, al menos, una gran inspiración para el genial creador de personajes basados en el mundo animal. Sería un avezado perro detective capaz de resolver los más intrincados crímenes.

Bruno es el perro estrella de la división canina de la Secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria de Escobar. Tiene 4 años, pertenece a la raza Weimaraner y una cualidad que lo distingue del resto: un súper olfato que le permite seguir rastros en pocos minutos con un 100% de efectividad.

“Es especialista en buscar el olor de una persona determinada. Todos tenemos un olor único, es como una huella digital”, explica su adiestrador, Diego Tula. Y agrega: “Cuando buscamos a alguien vamos a la casa, tomamos algo que tenga sólo su olor puro, sin contaminación, y lo resguardamos en un frasco o bolsa ziploc para procesarlo con calor y así resaltarlo. Recién ahí le hacemos la transferencia”.

Tula asegura que Bruno hace una excelente discriminación de olores y que puede seguir el rastro de una persona incluso si la suben a un vehículo.

De esta manera, el can grisáceo y con ojos color ámbar se convirtió en el único perro certificado en la provincia de Buenos Aires para rastro específico. Esto significa que busca lo que le hagan oler en el momento; no es como otros perros que están entrenados para, por ejemplo, encontrar pólvora o drogas y se dedican a pesquisar siempre los mismos olores.

Bruno saltó a la fama en agosto, cuando actuó junto a la Policía en las pesquisas por el asesinato de Anahí Benítez. Fue quien detectó el rastro de la adolescente de 16 años en una casilla de la Reserva Santa Catalina. Su descubrimiento derivó en la detención de Marcos Esteban Bazán. Además, siguió su olfato hasta hallar el “perfume” del sospechoso en el pozo donde encontraron el cadáver, a 300 metros de dónde vivía el hombre. Un dato asombroso y decisivo en la investigación.

Su currículum vitae es extenso: obtuvo un récord en Chivilcoy por ayudar a resolver un caso donde el rastro estaba a 30 kilómetros. Participó en más de 80 operativos no solo en Escobar sino también en Baradero, San Fernando, Tres de Febrero y hasta en la provincia de Santa Fe. Y fue premiado por su gran labor en la búsqueda de personas en una competencia internacional de la Federación Cinológica Argentina por un juez francés.

Recientemente, también recibió una distinción del Municipio, en un acto por el segundo aniversario de la Policía Local que encabezó el intendente Ariel Sujarchuk.

A pesar de ser tan efectivo, hay dos cosas que a Bruno le impiden trabajar: el calor extremo y la lluvia, porque borran los rastros de olor.

Raza de aristócratas

La historia del Braco de Weimar o Weimaraner se remonta a los tiempos de los nobles de Weimar y especialmente al Gran Duque Carlos Augusto, “cazador entre los reyes y el rey entre los cazadores”, quien eligió esta especie para practicar la caza en sus bosques. Así, los Weimaraner se ganaron el mote de los aristócratas de los perros. Pero también son conocidos en Estados Unidos como “fantasmas grises”.

Es un animal asociado al buen gusto, considerado con una inteligencia casi humana y que fue adoptado por varios personajes de las clases altas. Dwight Eisenhower, Frank Sinatra, Grace Kelly y hasta Brad Pitt lo eligieron para tenerlo de compañía. Y el fotógrafo William Wegman realizó una serie que causó furor con los Bracos de Weimar posando como personas y vestidos con finos ropajes.

Porque Disney no fue ni será el único en hacer arte y humor utilizando la simpatía de los animales.

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