Las hermanas Isabel y Guadalupe Martínez Curubeto cumplirán en noviembre 25 años al frente de la escuela de patín artístico que funciona en el polideportivo municipal de Escobar. “Es un deporte difícil, te caes cien veces para que te salga una”, explican.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

En 1989 Daniel Greco y Marta Batista eran los profesores de patín artístico en el Club Boca del Tigre e Isabel Martínez Curubeto una alumna más del grupo. Tenía 15 años y había empezado a patinar a los 6 en Arenal de Maschwitz, igual que su hermana menor, Guadalupe, quien también practicaba la actividad desde muy chica.

Un día los entrenadores anunciaron que no podrían seguir viniendo mucho tiempo más desde Capital y le ofrecieron a Isabel continuar como responsable del grupo, por su experiencia. “A mí me encantó, ellos siguieron viniendo unos meses y yo estaba a cargo de los principiantes. Cuando vieron que podía con los más grandes, seguí sola. No eran muchos, pero después se fueron agregando más”, recuerda la entrenadora a DIA 32, a 25 años de aquellas primeras clases a su cargo.

La escuela “Patines Juveniles” fue ganando en popularidad y en 2003 las Curubeto decidieron cambiar de rumbo. Entonces, se mudaron al polideportivo Luis Monti, donde encontraron un lugar “más espacioso y mejor para entrenar, con una pista tres veces más grande”, señala Guadalupe. Así, el proyecto se hizo más popular.

Por la escuela de patinaje fueron pasando gran cantidad de chicos, “unos 50 por año, más lo que siguen siempre, muchos de ellos nos traen a los hijos”, acotan, orgullosas de su currículum.

Una vez afianzadas en su trabajo comenzaron los desafíos deportivos y competitivos para los patinadores. Y a base de mucho entrenamiento, tenacidad y perfeccionamiento técnico, los resultados se fueron dando. Emilia Ghezzi fue campeona metropolitana, Marina González, Dana Lucarelli y Valeria Cagnoni se destacaron en los Torneos Juveniles Bonaerenses y el patín artístico de Escobar empezó a tener un nombre importante en los torneos.

“Daniela Torres fue campeona argentina, Luis Curzi subcampeón y ambos como pareja ganaron varios títulos. Ivana y Diego Colloredo, Eliana Bircher, también. Y de ahora, Lucila Fontana y Nicolás Rodríguez hicieron podios en Nacionales el año pasado”, detallan las entrenadoras a la hora de hacer un breve repaso de los logros más importantes en eventos de elite.

Pura perseverancia

El patín artístico no es una disciplina fácil, requiere de un constante entrenamiento, equilibrio, sincronización y pasión, algo que los patinadores reúnen para poder triunfar. “La mitad lo trae en la sangre, está innato en ellos, más allá de lo que una pueda enseñarle tienen que tener un don”, comenta Guadalupe. Y agrega una verdad tan dura como realista: “Este deporte es muy difícil, te caes cien veces para que te salga una y al que no le gusta caerse, deja”.

Los patines también tienen mucha incidencia en el rendimiento. “Si tenés buenos, avanzás. Tienen que ver en cómo agarra el pie la bota, la suspensión de las placas, los frenos, el pique, influye todo”.

Después de tanta dedicación, las hermanas Curubeto tendrán en noviembre su fiesta por las bodas de plata de la escuela. Será del viernes 14 al domingo 16, con la presentación de un espectáculo con más de 150 patinadores en escena, con lo mejor de estos años de carrera, personajes, música y una gran puesta. Hasta ex alumnos volverán a calzarse los patines, exclusivamente para este show.

Para finalizar, las entrenadoras remarcan la colaboración, ayuda y trabajo del grupo de padres que acompaña a sus hijos en esta actividad. “Es muy difícil hacer y controlar, laburamos como un equipo y entre nosotras nos apoyamos constantemente, cuando una cae está la otra”. Primero patinadoras, hoy profesoras, con el denominador común del amor por la estética, los patines y la fantasía.

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