Tiene 22 años y ya militó en la liga suiza, en la que fue elegido mejor delantero. Ahora juega en el Borussia Mönchengladbach alemán. Pero le contó a DIA 32 que le gustaría volver al país.

Por GUSTAVO CEJAS
gcejas@dia32.com.ar

En la canchita de pasto sintético de Garín hay uno que mueve la pelota de pie a pie, con un dominio extraordinario. Tira caños, tacos y otras bellezas, esas que distinguen a “los distintos”. Su físico es el de un atleta y no se parece en nada al de sus compañeros de equipo. Fuera de la cancha hay gente con cámaras de fotos y camisetas de desconocidos clubes europeos, todas ellas con el nombre de un solo jugador: Raúl Bobadilla. El mismo que está tirando fantasías en la verde alfombra.

Tiene 22 años y nació en Formosa, pero vivió en Garín desde pequeño. Su historia futbolística comenzó en Tigre; en 2004 pasó a Boca, que al poco tiempo lo dejó libre. “Eran épocas en las que todo me costaba, hasta conseguir las monedas para tomar el bondi”, le comenta a DIA 32, que lo entrevistó al término del “picadito” que organizaron sus familiares.

Tras ese paso por el xeneize, Bobadilla estuvo seis meses sin jugar, hasta que llegó a una filial de Lanús en López Camelo. Por su buen rendimiento continuó en Defensores de Belgrano, en donde conoció a Raúl Gordillo, que le dio la oportunidad de ir a River Plate, en 2005. Jugó en las inferiores de la banda y llegó a marcar un gol en un superclásico. Pero el vertiginoso ritmo de su carrera no le permitió debutar en la primera, porque a mediados de 2006 un club de la segunda categoría de Suiza (FC Concordia Basel) ofertó por él y se lo llevó.

De esta manera llegó a Europa. En su primera temporada convirtió 18 goles en 26 encuentros y fue el segundo artillero del certamen. Su lucimiento le abrió las puertas de un club más grande: Grasshoppers Zurich, que adquirió su pase con un contrato por cinco años. Allí gritó 27 goles en 53 partidos y lo eligieron mejor delantero de la Superliga de Suiza.

Después de tres exitosos años en uno de los países más desarrollados del mundo (que incluyeron un intento de la Federación Suiza por nacionalizarlo para que pueda jugar en la selección mayor de ese país), era de esperar que otros clubes se interesaran por sus servicios. Fue así que llegaron ofrecimientos del Herta de Berlín y la Fiorentina de Italia. Pero terminó alistándose en el alemán Borussia Mönchengladbach, que a mediados de 2009 desembolsó cuatro millones de euros para que por cuatro años vista su divisa.

“Fue un gran año para mí. Se dio el traspaso de club, pude tener continuidad y sólo me perdí tres partidos por lesión”. Sentando en un tablón de la canchita, lejos de los autos deportivos y el lujo europeo en el que vive, Bobadilla hace su balance personal de 2009, pero no se queda en los laureles y proyecta el año que acaba de empezar: “La idea es lograr un buen nivel para poder emigrar a otra liga más importante, o algún otro club”.

En octubre de 2008, el jugador habló con el diario deportivo Olé y dijo que quería “jugar algunos años acá (Europa) para volver a Argentina gratis”. Después de un año, DIA 32 retomó la pregunta. “Si, claro que sí. Me gustaría mucho volver a Argentina. Jugar en primera es una deuda pendiente que tengo”, afirma.

Aunque Lionel Messi, Sergio Agüero, Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín parecen fijas para Sudáfrica 2010 con la selección de Maradona, siempre hay sorpresas. Por el momento, el goleador garinense se ilusiona con sus propias conquistas, las que podrían abrirle las puertas a su sueño celeste y blanco.

Millonarios con Bobadilla

Desde su prematura partida, los sucesivos pases de Bobadilla le han permitido a River el ingreso de dinero fresco. En 2007, el club recibió 500.000 dólares por el 50% de la venta. De allí pasó al Grasshopper, que le reportó otros 350.000 por el 30%. Así, en total, la entidad de Nuñez recibió por sus transferencias más de 2.000.000 de dólares. En los foros riverplatenses, los hinchas destacan su disposición para jugar en el club y muchos escriben por su vuelta.

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