Amplio ganador en todas las localidades, logró renovar por cuatro años su mandato al frente del Ejecutivo y consiguió 8 de las 10 bancas en juego. Achával, de UDESO, obtuvo las 2 restantes. Ninguno de los otros candidatos llegó a los dos dígitos.

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

A menos de dos meses de concluir el mandato para el que había sido electo en 2007 por el Partido Unidad Federalista, el intendente Sandro Guzmán obtuvo una tan previsible como clara reelección al contar con el apoyo del 45,9% de los electores escobarenses que concurrieron a las urnas el pasado domingo 23. El candidato del Frente para la Victoria (FPV) no encontró rival y le sacó varios cuerpos de ventaja a sus nueve oponentes, a tal punto que consiguió ocho de las diez bancas legislativas que estaban en disputa.

Si se apartan del cómputo los votos negativos -es lo que se estila en estos casos-, el triunfo del garinense alcanza un elevado 52,5% -casi 54 mil sufragios-, contra un 10,9% del candidato de la UDESO, “Tito” Achával, que como premio consuelo pudo colocar dos concejales en el HCD.

Uno de los pocos interrogantes que quedaban por despejar a nivel local después de las primarias era si el Frente Popular podría alcanzar los dos dígitos y consagrar a alguno de sus candidatos a concejales. Pero el estrepitoso retroceso electoral del duhaldismo dejó cuarto al pattista Juan Gaztañaga, cuyo 6,3% no le alcanzó para nada. También se quedó con las manos vacías el candidato del Frente Amplio Progresista, Marcos Fiori, que ayudado por el repunte de Hermes Binner logró escalar al 7,4%.

“Kito” Cantaluppi, uno de los candidatos que más atención despertó en estas elecciones, quedó relegado a un meritorio pero remoto quinto lugar. No son poca cosa los 5.500 votos (5,3%) que recaudó con la “boleta corta” de un desconocido Partido Auténtico de los Cristianos que le había vendido la ilusión de una colectora oficial. Pero su repentina incursión en la política terminó siendo funcional al oficialismo al contribuir a dispersar el -de por sí- atomizado voto opositor.

En un caso diametralmente opuesto al de Cantaluppi, el aspirante a intendente de Compromiso Federal, Ricardo Romero, hizo la plancha durante toda la campaña y, sin embargo, también pasó la barrera de los cinco puntos. Claro que su 5,2% se debió exclusivamente al arrastre de su candidato presidencial, Alberto Rodríguez Saa.

Otro aspecto que las elecciones de agosto dejaron para despejar en octubre era el destino de los votos kirchneristas que no habían sido para Guzmán en primera instancia. A la ligera, la respuesta es que el jefe comunal acaparó a la gran mayoría de los que en las primarias fueron depositados en las candidaturas de sus tres adversarios en la interna del FPV. La hipótesis de que el ignoto candidato de Nuevo Encuentro, Christian Spoltore, pudiera ser receptor de esas simpatías al ir bajo la boleta de Cristina se desmoronó a la vista de su flaco 4,5%.

Tampoco Miguel Jobe, del PRO, logró repuntar su performance de las primarias: pese a sus esfuerzos proselitistas, quedó clavado en un bajo 2,8%. Le fue mejor a la sindicalista docente Claudia Consiglio, del Frente de Izquierda, que escaló al 3,1%. Juan Butori, de la Coalición Cívica, terminó último: 1,7%.

Guzmán se impuso de punta a punta en todo el distrito, y no solo por mero efecto derrame. También hubo quienes votaron por su continuidad. Una prueba de ello son sus notables registros en Savio (68%) y Garín (63%), las dos localidades más favorecidas por obras públicas durante su gestión. A contrapartida, en Belén de Escobar volvió a encontrarse -al igual que en las PASO- con una adhesión sensiblemente menor (37,6%). De todos modos, ninguno de sus rivales se le acercó demasiado: Achával (10,3%), Cantaluppi (9,5%), Fiori (8,5%), Gaztañaga (7,7%) y Jobe (5,4%).

El tablero legislativo

El resultado de las elecciones no modificará en nada la composición del Concejo Deliberante de Escobar. El oficialismo retuvo las 8 bancas que ponía en juego y seguirá teniendo quórum propio de sobra. Eso sí, el posterior alejamiento del concejal José María Rognone lo dejó sin la mayoría automática absoluta (14 bancas) que detentaba desde 2008.

Las únicas caras nuevas que mostrará la oposición a partir del 10 de diciembre serán el joven Leandro Costa (AVE) y Miriam Pierotti (Escobar Es Posible), de UDESO. Las mayores expectativas están cifradas en ver si este dúo, comandado por Achával y el senador radical Roberto Costa, logrará diferenciarse del oficialismo o mantendrá el autismo actual de los bloques minoritarios.

A todos les fue mejor

Aunque holgado, el triunfo de Guzmán estuvo lejos de destacarse en la constelación de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, donde varias decenas de candidatos -oficialistas y opositores- ganaron con porcentajes más robustos. Más aún, en las comunas de la región todos los vencedores tuvieron un mayor respaldo electoral: Sergio Massa (Tigre), 74,5%; Carlos Urquiaga (J. C. Paz), 65,1%; Osvaldo Cáffaro (Zárate), 63,8%; Humberto Zúccaro (Pilar), 61,1%; Adrián Sánchez (Exaltación de la Cruz), 61,1%; Luis Ghione (San Andrés de Giles), 60,5%; Stella Maris Giroldi (Campana), 58,2%; y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), 55.1%.

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