Con pocos recursos pero mucho esfuerzo y perseverancia, un grupo de jóvenes viene trabajando en la concreción y desarrollo de un proyecto integrador en Los Tulipanes de Garín a través de un espacio cultural.

Por GUSTAVO CEJAS
gcejas@dia32.com.ar

El asfalto de la calle La Rioja se termina sobre la Tomás Márquez y quince metros después se encuentra La Máquina de Hacer Pájaros. Es el barrio Los Tulipanes, a veinte cuadras de la estación de Garín, un lugar donde pocos imaginarían encontrar una biblioteca popular.

Desde agosto de 2009 -formalmente, porque la idea surgió unos meses antes- existe este espacio cultural al que sus artífices definen como “un lugar para el encuentro y la reunión, en donde la gente puede participar”. Lo que antes era un mero baldío se fue convirtiendo, junto a la construcción de sus primeros cimientos, en una usina de propuestas, actividades, talleres y eventos artísticos.

“Mutamos de un centro cultural a una biblioteca para brindarle herramientas culturales a la gente del barrio”, explica Matías Erustes, uno de los doce integrantes de la organización que lleva adelante el proyecto. “Comenzamos a trabajar y proponer diversas actividades con la idea de que se multipliquen, para que sean muchas a lo largo del año”.

En la biblioteca se dictan talleres de circo, teatro, esculturas en madera y plástica. También se dan clases de apoyo escolar, a las que asisten muchos chicos del barrio. “La idea es que no sea un lugar lleno de libros muertos, sino un sitio dinámico y amplio para la gente”, explican.

Roberto Arlt, Rodolfo Walsh, Julio Cortázar, Julio Verne y Gabriel García Márquez son algunos de los autores que pueden encontrarse entre los más de mil libros que hay en sus estantes.

Bien desde abajo

La construcción en el terreno, de 200 metros cuadrados, es pequeña y humilde, el baño y una cocina están en proceso de edificación. El espacio abierto restante alberga los recitales que se realizan en fechas emblemáticas como el 24 de marzo, el 1º de mayo y el 20 de diciembre. Estos eventos permiten concientizar sobre las conmemoraciones de esos días y sirven, a la vez, como fuente de ingresos para mantener la autogestión que les permita seguir adelante.

A pesar del trabajo realizado y el papelerío correspondiente, La Máquina de Hacer Pájaros aún no obtuvo el reconocimiento como entidad de bien público ni la personería jurídica. Por esa razón, no cobra ningún tipo de subsidio. “La única ayuda que recibimos es de la gente del barrio”, señala Nery Aranda.

También fueron los vecinos quienes colaboraron con la albañilería y la electricidad de la obra. Incluso las puertas y ventanas fueron donadas por ellos. “Esta es la tradición de un barrio obrero, que siempre se organizó. La escuela, el jardín, el polideportivo y ahora la biblioteca la construyeron los vecinos. Esa es la verdadera unidad y solidaridad”, afirma Paula, integrante de este colectivo y de ocupación docente.

En la actualidad están buscando recaudar fondos para la realización del pozo de agua. Además, están buscando nuevos talleristas, por eso invitan “a todos los que quieran compartir su saber” a que se acerquen o se comuniquen con ellos a través de Facebook: Biblioteca La máquina de hacer pájaros.

Este año comenzó con la agenda programada: a mediados de febrero realizaron una feria de libros junto a la presencia de algunas bandas, en marzo habrá actividades por el Día de la Mujer, en abril harán un nuevo recital para festejar su sexto aniversario y en mayo celebrarán el Día del Trabajador.

Adoptando el nombre de aquella banda de Charly García que tras la disolución de Sui Generis en los ‘70 introdujo la innovación de dos tecladistas y buscó hacer un rock sinfónico, este grupo de jóvenes también aspira, a través de la biblioteca, a ser la novedad desde su barrio para toda la comunidad.

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