A punto de estrenar una obra orientada a los adolescentes, la directora de “La Comedia de Maschwitz” explica qué atractivos busca el público y cómo lograr un buen espectáculo.

Por EMILIANO M. CORVALAN
emiranda@dia32.com.ar

Cuando DIA 32 llega hasta el lugar de la Sociedad de Fomento donde ensaya el grupo, ella pide amablemente una espera de cinco minutos, ya que sus alumnos están en plenos ejercicios de relajación. “Son importantísimos, ayudan a no tener tensiones durante los ensayos”, explica después.

Norma Elizabet Osterwalder (48) da clases de teatro y dirige La Comedia de Maschwitz, que en marzo estará estrenando una obra de su autoría orientada al público adolescente. “Espero que no se la pierdan porque es preciosa”, afirma. Y se predispone a dar algunos detalles de este nuevo espectáculo.

¿A qué se debe el nombre Cuidado con ellos?

Es una comedia dramática que refleja la situación de los adultos que no se interiorizan con el teatro. Ellos piensan que un actor es sólo el que está en televisión, no el que actúa en un escenario, cuando en realidad es al revés. Por ejemplo, algunos padres, cuando sus hijos desean estudiar teatro, se niegan y les recomiendan otras carreras. Por eso, esta obra apunta al público adolescente.

La protagonista de la historia es su hija Giuliana, ¿cómo lleva esta relación?

Es la primera vez que va a hacer un protagónico, donde interpreta a una estudiante de teatro que no es apoyada por su entorno. El trato que recibe es igual al de todos. Yo les exijo a todos por igual, es decir, no les permito llegar tarde, ni que hablen en clase. Para mí, deja de ser mi hija cuando sube al aula.

¿Cuál es la clave para lograr un espectáculo que agrade a los asistentes?

Al público de la zona le gusta mucho la comedia. La gente me dice por la calle que desea divertirse, que está abrumada por los problemas de la realidad social. Es decir, la gente busca el humor, quiere divertirse.

¿Qué situaciones o sentimientos la inspiran a escribir los libretos?

A veces los trabajos o las ideas de los chicos. Por ejemplo, si hacen una improvisación y es muy buena, le damos forma. La vida también es un elemento de inspiración, me guío mucho por la observación. No me gustan las copias. Yo me inspiro de la vida real, como situaciones cotidianas que se dan en un negocio…

¿Algunos guiones reflejan características o situaciones de los habitantes de Maschwitz?

Yo creo que el público, o alguno de la platea, a través de una obra de teatro, siempre va a sentirse identificado. Pero no es mi intención. Hay un poco de realidad y de fantasía en la obras. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

Pasión por las tablas

Osterwalder tiene una trayectoria que marca su fascinación por los escenarios. “Mi profesión es actriz”, aclara con firmeza. En su currículum figuran un curso sobre expresión corporal que realizó con Irma Roy, en 1984, y su papel como coprotagonista en “Amitas de Casa”, de Ernesto Capri. Su llegada a la biblioteca popular “Padre Luis Golcheski”, de Ingeniero Maschwitz, se dio imprevistamente en el año 2003. “Llegué de casualidad, en realidad vine a informarme cómo podía hacerme socia del lugar. Después venía desde Capital a dar mis clases”.

A partir de ahí se convirtió en la profesora del taller de teatro en la Sociedad de Fomento. En sus siete años como docente formó un grupo de jóvenes responsables y presentó numerosas obras; entre otras: El cumpleaños de Irene (de su autoría), No tiene Nombre, Felices Fiestas, Venidas a Menos y, en 2009, No tiene Cura.

Actualmente, dedica todo su tiempo a los ensayos de Cuidado con ellos, la próxima meta. Asegura que disfruta de transmitirles a sus estudiantes toda su experiencia recorrida en los escenarios.

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