El piloto escobarense se coronó campeón Promocional de ALMA y se sacó la espina de la temporada 2014, cuando el título se le escapó casi sobre la bandera a cuadros.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

Un año atrás vivía su peor momento en el automovilismo: tenía todo para ser campeón y le llevaba dieciséis puntos de ventaja a su escolta, pero en la última carrera una maniobra “malintencionada” del piloto Claudio Lionetti lo sacó de la pista, en La Plata. La ilusión de ser el 1 en la categoría Promocional le quedó trunca y masticando rabia debió esperar a la próxima temporada para intentarlo de nuevo.

En 2015 volvió a subirse a su Fiat 600, con el número 2 pintado en su chasis. El desenlace fue similar, pero con un final a puro festejo y consagración. Sebastián Fagnani (25) llegó puntero a la última competencia, en el autódromo Roberto Mouras, sabiendo que con clasificar sexto le alcanzaba para coronarse. Terminó quinto y se quedó con su primer título en ALMA.

“Fue una revancha”, afirma sin dudar a DIA 32. Y amplía: “Este año no íbamos a correr por la bronca con la que terminamos en 2014, cuando una maniobra antideportiva e intencional me sacó todo de las manos. Pero cuando se acercó la primera fecha no aguanté las ganas y me puse a armar el auto -estaba chocado-, renové mi licencia y armé todo en una semana. Esa carrera la gané y me volví a tomar esto en serio otra vez”.

“Sebita” Fagnani es un loco de los fierros: a los 18 años corrió su primera carrera en ALMA, él solo arma y prepara el auto, invierte su sueldo en mejorar el coche y, para no desligarse nunca del mundo tuerca, es empleado en una casa de repuestos para el automotor. “Preparo el motor, la caja, el chasis, todo. Y en ninguna final se me rompió el auto. Quiere decir que hicimos bien las cosas”, apunta.

Su padre, Ricardo Fagnani, también fue corredor: compitió en TC 1100 entre los años ‘90 y ’95. Si bien no llegó a ganar campeonatos, se las sabía rebuscar para estar entre los primeros cinco. Sebastián iba a verlo desde chico y una vez que pudo tener su propio auto no dudó en seguir con la herencia.

En 2015 el escobarense ganó dos carreras, hizo podio en otras ocho y sólo en una no terminó entre los tres primeros: precisamente en la última, donde logró el título. Aunque tiene un estilo de manejo ofensivo y asegura que siempre busca ganar, admite que en La Plata resignó su estilo para sumar los puntos necesarios y asegurarse los laureles. “Preferí dejar pasar a cada uno que se me ponía atrás para no tener roces”, explica.

Como es lógico, el mes previo a esa última carrera fue el más largo de su vida. “Estaba muy nervioso, repasaba tres mil veces cada pieza del auto para que no se rompa nada. Cuando me mostraron el cartel de la última vuelta se me aflojaron las piernas, tenía frío, calor, fue algo increíble”, revela, con la emoción a flor de piel.

Para la próxima temporada Fagnani se pasará a la Clase 2 de ALMA, donde se corre con Fiat Uno. Es una categoría más difícil, competitiva, con más velocidad, motores 1.4 y tracción delantera. “Vamos a ver cómo nos va, el auto es nuevo, nunca corrió, hay que trabajarlo”, declara entusiasmado el flamante campeón, con el vértigo en las venas.

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