El caso de Guido Orlando, el joven que murió al caerse del kayak en un lago artificial de Puertos, conmocionó a Escobar. Su cuerpo fue hallado tres días después, a ocho metros de profundidad. Una negligencia fatal y varios interrogantes.

Una hora antes de la medianoche del jueves 10, un grupo de jóvenes llegó a una casa ubicada en el lote 3 del barrio privado Vistas, en Puertos Escobar. La dueña no estaba: había viajado a la costa atlántica el fin de semana largo previo. Quien los esperaba era el hijo del novio de la mujer, que había quedado a cargo de la propiedad. Hasta ahí, era una típica juntada de verano entre amigos. Nada presagiaba la tragedia que sobrevendría.

El encuentro comenzó con un asado. Después de cenar, se quedaron escuchando música hasta la madrugada. Algunos invitados se fueron y el resto se quedó a dormir en la casa. Entre ellos estaba Guido Orlando, un DJ de 23 años que vivía en el barrio porteño de Caballito. Junto a él se quedó también su amigo Lucas.

“Me levanté a las 14 y fuimos en el auto con algunos amigos al supermercado que hay dentro del barrio. Compramos para hacer hamburguesas. Regresamos a los 20 minutos, prendimos la parrilla, cocinamos y comimos”, contó uno de los jóvenes. También dijo que tomaron bebidas alcohólicas, como cerveza y vodka.

La tarde siguió con el grupo de amigos disfrutando del buen tiempo, en una tarde calurosa. Varias veces se metieron al lago en kayak, para dar un paseo cerca de la casa. En la última salida, minutos después de las 19, se subió Guido. Era un bote para dos: él iba atrás y Lucas adelante. Ninguno se puso el chaleco salvavidas.

“Nos alejamos unos 50 metros de la orilla. Ambos remábamos y en un momento el kayak se inclinó para un lado. Perdimos el control, se dio vuelta y caímos al agua”, relató el joven.

Lucas salió rápido del agua, se agarró del kayak y se afligió porque se le había mojado la riñonera, donde tenía el celular y la billetera. Recién después se dio cuenta de que Guido no estaba. A partir de ahí, todo fue desesperación.

A una distancia de 40 metros, una vecina que estaba en el patio trasero de su casa, en el lote 18, presenció la tragedia y vio a Guido hacer “dos o tres intentos” desesperados por salir a flote. “Daba la clara impresión de que se le dificultaba nadar. Se escuchaban los tosidos y quejidos de ahogo”, contó. Fueron apenas unos instantes. Su cuerpo se hundió en las profundas y heladas aguas del lago.

El hallazgo del joven demandó tres días de intensas búsquedas por parte de buzos tácticos de Prefectura y de la Policía Bonaerense. El impresionante operativo, del que participaron más de cien personas, tuvo una amplia cobertura de los medios nacionales. Recién en la tarde del lunes 14 terminó el dramatismo de esta tragedia, cuando los especialistas lograron encontrar su cuerpo a una profundidad de ocho metros y dentro del perímetro del naufragio.

La autopsia corroboró que la muerte del joven fue accidental; literalmente, se ahogó.

Interrogantes abiertos

No hay dudas de que si Guido Orlando se hubiese puesto el chaleco salvavidas, esta tragedia no hubiera ocurrido. Lo que no está tan claro es que esta fatal negligencia exima de responsabilidades a Puertos Escobar, el megaemprendimiento urbanístico del empresario Eduardo Costantini.

Un primer dato que llama la atención es la profundidad de estas lagunas artificiales, que alcanzan entre diez y quince metros, a pesar de que no se utilizan para actividades náuticas a motor. Claramente, con un par de metros sería suficiente para andar en botes o generar el efecto del espejo de agua. De ser así, esta tragedia tampoco hubiese sucedido.

Lo que explica la peligrosa profundidad del lago es que de allí se extrajo la tierra para rellenar la superficie de este barrio, desarrollado en una zona de terrenos bajos, considerados bañados o humedales, según distintos criterios. Algo que se conoce como técnica de refulado y cuyo uso está tan extendido como cuestionado por las alteraciones hidrogeólicas que produce.

El caso también puso en agenda una serie de dudas sobre los reglamentos que rigen las áreas comunes de los emprendimientos cerrados.

Con más de 1.400 hectáreas, Puertos cuenta con un gran lago central que conecta 20 barrios y 60 hectáreas de reserva. “Este hecho va a repercutir en que todos tomemos consciencia de la necesidad de ser muy respetuosos de las medidas de seguridad. Lo que pasó se podría haber evitado si se tomaban las medidas indicadas. Es necesario cumplir las normas”, afirmaron desde la Asociación Vecinal Puertos (AVP). Pero no se responsabilizaron del control de acceso al lago: “No se puede estar 100% arriba de las más de 500 familias que viven en el emprendimiento”.

Vistas fue uno de los primeros barrios que lanzó Puertos, no tiene acceso al lago central y es uno de los más consolidados, con 120 familias. Uno de sus habitantes es el intendente Ariel Sujarchuk, quien acompañó la búsqueda del joven, ofició de vocero ante los medios y prometió impulsar ordenanzas para reforzar la concientización y las medidas de prevención.

“Así como entendimos que el cinturón de seguridad es necesario para circular por la vía pública, el salvavidas debe serlo en la vía acuática. Es una batalla cultural que nos debemos como sociedad”, reflexionó.

La causa por la muerte de Guido Orlando está a cargo del fiscal Claudio Aundjian. La fiscalía N° 5 de Escobar iniciará la investigación para constatar la habilitación, los mecanismos y protocolos de seguridad que hay en el barrio para que la gente pueda andar en canoas, botes o kayaks.

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