El Secretario de Gobierno, Hugo Cantero, habló con DIA 32 del modelo que se propone impulsar desde el Municipio, los gastos en grandes conciertos y la falta de recursos para otras actividades.

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

Tal vez sin proponérselo, el sobreviviente director de Cultura de Escobar abrió las puertas a un interesante interrogante: ¿Hacia dónde apunta esta gestión municipal en materia de política y desarrollo cultural?

Las quejas de Bruno Barrionuevo por el bajo presupuesto de su área, cuyo emblemático contraste son las sumas de cuatro cifras que se erogan en grandes conciertos al aire libre, llevaron a DIA 32 hasta el despacho del secretario de Gobierno del Municipio, Hugo Cantero, quien fundamentó el criterio del Ejecutivo y explicó el perfil que se busca darle a la cultura desde la órbita oficial.

¿Se animaría a decir que en Cultura hoy Escobar es “más que nunca”?

Cultura está en una transición, dirigiéndose hacia un nuevo paradigma. Estamos tratando de salir de una etapa cultural oscura, donde había mucha voluntad de parte de la comunidad que no se veía reflejada en la voluntad del Estado. Hoy, de a poco, el Estado lo está intentando. Arrancamos con los eventos masivos, que han dado un resultado extraordinario. Nos falta la discusión central, que es la política cultural como eje de la transformación de Escobar.

Justamente, ¿por dónde pasa el desarrollo de una política cultural a nivel local?

Sería la conceptualización de lo que se quiere hacer. Tiene que ver con hábitos, vocaciones, historias, aspiraciones, visiones, químicas, y en algún momento hay que lograr que el grueso comparta esa quimera. Hoy es todo un esquema de tensiones, porque hay un antes, que funcionó de una manera, y un durante, que intenta funcionar de otra manera para dirigirse a un después que debería funcionar de una nueva manera.

¿A qué se refirió con “etapa oscura de la cultura”?

Me parece que no había política cultural, sobre todo para el campo popular. No estaban contenidos los sectores de menores recursos y no estaba contemplada la masividad. Eran todos círculos,  rupos de elite, un cascarón que no se abría.

¿Cuánto se gastó, en promedio, en las contrataciones de Víctor Heredia, Teresa Parodi, “Banana” Pueyrredón, Ignacio Copani y Abel Pintos?

Más o menos, unos cuarenta mil pesos. Pero, por ejemplo, en el recital de Mario Luis, en Savio, dos empresas colaboraron con tres mil pesos en publicidad. Y queremos que, de a poco, el sector empresarial soporte esos costos para acompañar esta política cultural, que muchas veces puede ir de la mano de algunas exenciones impositivas de la AFIP.

¿Cómo se fundamentan políticamente erogaciones como estas?

Tiene que ver con el concepto que uno quiera desarrollar. Algunos consideran que es un gasto, pero desde mi punto de vista es parte de la gestión. En el mismo escenario donde tocan estos artistas también se promueve a nuestros artistas locales. Es una forma de dar acceso a la masividad, de generar movimientos hasta económicos y comerciales producto de la alta demanda ante tanta gente. Para mí no es un gran gasto, hay que verlo como un criterio en política cultural.

Desde el planteo que hizo Barrionuevo, ¿cómo es posible que se manejen estos fondos en el presupuesto de Cultura pero no haya recursos suficientes para facilitar la proyección de artistas locales fuera de Escobar?

Lo de Barrionuevo ha sido desafortunado. Es fácil ponerse del lado del gasto sin esperar un ingreso. Como decía Perón, con plata cualquiera compra. También hay muchas fuentes de recursos que podríamos traer de Nación y de Provincia y un director de Cultura tranquilamente podría ir a golpear esas puertas para que nos faciliten varios de esos programas. Las cosas que ha dicho Barrionuevo ocurren solamente por él. Creo que tiene una visión un tanto acotada y no pudo entender los nuevos paradigmas culturales que se están proponiendo. Además, no es cierto que no estemos promocionando artistas fuera de Escobar.

Si hay tal falta de sintonía con él, ¿por qué sigue en el cargo?

Tiene que ver con etapas del gobierno. Como dije, estamos en una transición. En algún momento se definirá un nuevo modelo de gestión cultural.

¿No es una vergüenza que la Asociación de Amigos del teatro municipal haya tenido que organizar eventos para gastos tan primarios como la compra de un telón?

Con el teatro todavía estamos en falta. Se hizo algo de inversión, pero no la suficiente. Desde que Hernán (Borsani) empezó a administrarlo marcó una política de ingresos interesante: gratuidad para los actores locales y distintos costos de acuerdo a las productoras que vienen de la ciudad de Buenos Aires. Pero sí, con el teatro tenemos pendientes varias cosas, que en esta nueva etapa son cuestiones que tenemos que ir resolviendo y que creo que van a ser de gran impacto para la comunidad. Antes el teatro era una cosa muy cerrada, hoy tiene mucha más participación y desarrollo. Si se quiere, hay un despertar en política cultural.

¿La Banda de Música ya fue?

No, acabamos de llegar a un acuerdo para desmilitarizar a la Banda, darle un repertorio más popular, hacer eventos al aire libre y que no funcione tanto como una corporación sino como un hecho cultural. Antes parecería un cuerpo elefantiásico difícil de mover, ahora buscamos una cosa más ágil. Era un tema más político que otra cosa.

Habló de un antes, un durante y un después. ¿Ese después está próximo? ¿Se podrá ver hacia qué plano quiere llevar a la cultura esta gestión?

Sí, sí, sí. Hay cosas en las que avanzamos. Se impuso que los aniversarios vayan teniendo sus festejos, que sea cual sea el artista convocante se convierten en encuentros populares. Y se va marcando una impronta. La Banda, como dije, va a plantear un giro. Tener nuestro conservatorio, a través de Arte Musas. Las movidas culturales que estuvimos desarrollando masivamente. Ahora vamos hacia acciones que penetren más en los barrios. Creo que es un proceso, los cambios culturales llevan sus tiempos. Esto se tiene que dar y creo que la sociedad va a acompañar.

Desequilibrio

En el reparto del presupuesto municipal, Cantero reconoció que el área de Cultura no cuenta con una partida significativa, aunque también manifestó su convicción de ir corrigiendo ese desequilibrio. “Lo que hoy está reflejado presupuestariamente no está acompasado en relación a la obra pública, hay diferencias hasta asimétricas. El Municipio debe invertir, porque dentro de los objetivos de una gestión tiene que haber política cultural. ¿Si no qué va a ser? ¿Todo pavimentos, semáforos y placitas? Con eso solo no alcanza. Yo creo que hay mucha gente que necesita otras ofertas. Hay que ver al hombre como un ser integral”, señaló el funcionario oriundo de Maquinista Savio.

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