Tiene 63 años y viene destacándose en el mundo del mountain bike, ganando competencias nacionales. Empezó como un hobby y se convirtió en su estilo de vida. “No esperaba nada de esto, se fue dando”, asegura.

Después de cuatro décadas como fumadora -consumía dos paquetes por día-, Lidia Avigliano (63) decidió que quería cambiar de vida, no ir más al kiosco a comprar atados de cigarrillos y empezar a cuidar su salud, lejos del humo.

“Algo me pasó en la cabeza que me propuse dejarlo, hace ya nueve años que no fumo. Fue muy difícil, empecé a los 14 y lo hacía hasta estando embarazada de mis tres hijos. Todos me pedían que deje de fumar y recurrí a ayuda médica, sola no podía. La pasé bastante mal pero pude, aunque todavía lo extraño”, le cuenta a DIA 32 sobre el disparador que la llevó a volcarse al deporte y cambiar radicalmente su estilo de vida.

Ya sin el tabaco de todos los días en sus pulmones, decidió salir a caminar para buscar un escape a la abstinencia. Se unió al grupo de entrenamiento del runner escobarense Juan Manuel Villarruel y hasta se animó a correr pruebas atléticas de 5 y 10 kilómetros. Pero le empezó a doler una de sus rodillas y decidió dejar el trote.

Con su hija, la triatleta Yanina Minaglia, comenzó a andar en bici y se inició en salidas a Capilla del Señor, Mercedes y Pilar. “Me gustó la actividad y fui a comprarme una bici, salía a andar sola. Hice una travesía en la Cordillera de Los Andes, también fui a los Valles Calchaquíes. Me fui enganchando, pero al principio no sabía hacer ni los cambios”, confiesa, entre risas, y recordando sus inicios de biker.

Ya con mucha más experiencia y horas de rodaje, empezó a ir en bicicleta a Campana todos los sábados, donde se junta con sus compañeros del grupo A todo Pedal y en caravana van hacia Lima o Capilla como parte de una rutina que no deja por nada.

“En Campana se hacen carreras llamadas La Ruralera y en 2014 empecé ahí a correr competitivamente. Desde ese año que me anoto siempre en el Desafío al Río Pinto (La Cumbre, Córdoba, con 85 kilómetros todoterreno), donde salí segunda en 2018 y gané mi categoría en 2017 y también este año. Desde que empecé a entrenar con Carlos Guerra me va muy bien, él me hace un plan y yo lo hago. Lo disfruto mucho”, sostiene la ciclista escobarense, que en octubre cumplirá 64 años y sigue con la misma tenacidad y ganas que al principio.

Avigliano es la ciclista más grande en casi todas las carreras que participa. En algunas compite en la categoría de más 50 años y en otras, más favorables para ella, lo hace con las mujeres de más 60. En la última edición del Río Pinto le sacó 5 minutos de ventaja a su escolta.

“Me da mucha satisfacción ganar. En Tandil y la Vuelta a las Altas Cumbres de Mina Clavero compito con mujeres mucho más jóvenes, porque es de 50 en adelante, y me sacan diferencia, pero yo voy igual”, cuenta, con más espíritu aventurero que competitivo.

En las sierras cordobesas también participó en Alpa Corral y Villa Carlos Paz, mientras que otro gran resultado lo tuvo en la carrera de la Unión de los Siete Lagos, en San Martín de Los Andes, donde ganó entre las damas después de pedalear 110 kilómetros con un paisaje único.

Años atrás, con su hija corrieron una competencia de parejas en Entre Ríos y juntas ganaron entre las mujeres. “Fue hermoso”, asegura.

Comenta que aprovecha cada viaje que se le presenta para poder pasear junto a su marido (Roberto Minaglia) y así recorrer cada una de las ciudades y provincias donde el mountain bike la lleve.

“Yo ni me esperaba hacer todo esto y, sin embargo, se fue dando. Si se quiere se puede, ese es el mensaje que me gustaría dejar”, afirma, transitando su quinto año como ciclista de competición y dedicada cien por ciento a eso.

Su rutina de entrenamiento incluye gimnasio varios días a la semana, donde practica spinning, aero box y funcional, para fortalecer la parte aeróbica y estar a la altura de las exigencias en las pruebas.

“Me cuido un poco con las comidas, pero no como debería. Cuando me falta un mes para una carrera me cuido más todavía. Mientras el físico me lo permita, pienso seguir pedaleando, los estudios médicos me dan siempre bien”, sostiene, mientras se prepara para sus nuevos desafíos: la Revancha al Río Pinto, en octubre, y Tandil, en noviembre.

Dueña de un biotipo de atleta que envidiaría más de uno, ella hace su propio camino en el ciclismo de aventura y cada carrera es un nuevo desafío. Como antes fue dejar de fumar, hoy es cruzar la meta a pura adrenalina y velocidad.

* Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

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