Gustavo Maidana
El reconocido futbolista no vidente es el flamante director de Deportes para Personas con Discapacidad del Municipio. “No es fácil, pero me gustan los desafíos”, afirma, entusiasmado.

Una tarde, cuando solo tenía 9 años, empezó a ver mal, nublado. Se acostó pensando que estaba cansado, pero al otro día, al levantarse, notó que sus ojos ya no funcionaban. En horas, había quedado completamente ciego. De haber jugado con sus amigos en la vereda a ser no vidente por causa de un virus fulminante e irreparable, casi en un parpadeo.

La vida fue así de abrupta y sorpresiva para Gustavo Maidana (46), quien supo aceptar lo que le tocó, salir adelante, destacarse como futbolista y ahora ocupa un cargo clave en el deporte adaptado del partido de Escobar.

Desde el 1º de marzo es el director de Deportes para Personas con Discapacidad del Municipio, ocupando el lugar de Gabriela Rossi, que estuvo décadas en el cargo, se jubiló y dejó el puesto vacante con un legado de logros muy importantes. Ella misma fue quien lo promovió para que sea su reemplazante, y así fue.

“Gabi me dejó la vara muy alta. Laburó mucho por la inclusión para personas con discapacidad y para mí es un desafío. Hay muchos profesores trabajando, está también el área de transporte. Es un área que creció mucho”, sostiene Maidana en charla con DIA 32, que lo entrevistó en el polideportivo Luis Monti a semanas de haber asumido. 

Ahora me toca poner mi impronta, quiero trabajar en la parte competitiva, que se haga más profesional. Sé que si uno le pone ganas y esfuerzo, los objetivos llegan. Vamos por ahí. Hablé con los profes y queremos estar a la altura de los torneos que vengan, como los Bonaerenses”, afirma, convencido de su proyecto, conociendo el paño de la discapacidad y sabiendo hasta dónde pueden dar los deportistas en cada disciplina.

Maidana medalla
Tiempo de gloria. Maidana fue campeón mundial en 2006 y medalla de bronce en los Paralímpicos 2008.

No hay antecedentes de personas no videntes a cargo de una dirección municipal, algo que para él significa una gran responsabilidad. “No conozco y nunca escuché de nadie ciego que sea director, habla de lo bien que se trabaja en la parte de inclusión dentro del Municipio. No es fácil, pero me gustan los desafíos: perdí la vista de niño, me dieron pocas posibilidades de vida y acá estoy”, confiesa, firme y poniendo el pecho, como lo hizo siempre.

Básquet en silla de ruedas -dividido en adultos y mini básquet-, atletismo adaptado -separado en visual, motores e intelectuales-, trecking y aventura, fútbol para intelectuales, boccias y natación son las actividades que hay para personas con discapacidades.

Cada polideportivo municipal del distrito ofrece disciplinas para que todos tengan su espacio. Hay 15 profesores acompañando y entre 250 y 300 deportistas, contando chicos y adultos.

La colonia, creada en 1996, es otro acierto. Hay dos clases: una es la integrada, con chicos de 5 a 14 años que comparten actividades con la colonia convencional; y la otra es de 15 años en adelante, en el Club de Amigos de Matheu. El último verano hubo entre ambas 230 personas, que pudieron disfrutar de juegos y actividades al aire libre, además de la pileta.

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Gestionar día a día

La imposibilidad de ver es un obstáculo que Maidana sabe sortear en el trabajo, así como lo hace en el deporte y en su vida diaria, para desenvolverse de la mejor manera posible.

“Tengo un equipo que me acompaña. Está conmigo Adrián Armas, que labura mucho y que está atento a todo. Qué más que él pueda ser mis ojos… Mirta Kubitza es otra persona que me ayuda y acompaña en reuniones políticas, y hay dos administrativas que hacen los pedidos. Nos complementamos bien”, asegura, conociendo sus limitaciones lógicas, pero rodeándose de gente idónea que lo cuida y asiste.

“Las decisiones las tomo yo, ya lo he hecho en cuestiones internas que había que solucionar sí o sí. Es difícil estar a cargo, pero con el tiempo voy aprendiendo. Siempre pensando en los chicos, los jóvenes y los adultos con discapacidad. Quiero que estén bien, que puedan tener una sonrisa y ser felices”, declara, con su tranquilidad habitual y la sencillez que lo caracteriza.

“No es fácil, pero me gustan los desafíos: perdí la vista de niño, me dieron pocas posibilidades de vida y acá estoy”.

El nene más chiquito que asiste tiene 5 años, mientras que el adulto de mayor edad tiene 72 y es un atleta con disminución visual. Las patologías de las personas son diversas, pero hay mayoría de intelectuales, con retrasos madurativos, autismo y otros problemas similares. Lo que está claro es que no hay barrera que intervenga a la hora de la inclusión y el deporte.

“Muchos padres tienen miedo de que los hijos con discapacidad practiquen deporte, que que se golpeen, soltarlos… Mis padres pasaron por lo mismo y se dieron cuenta de que fue lo mejor para mí, haciendo una vida lo más normal posible”, afirma, demostrando que siempre se pueden vencer los obstáculos, hasta los más duros.

Gustavo Maidana
Optimista. Con su experiencia y el equipo que lo acompaña, confía en realizar una buena gestión.

RECUERDO INOLVIDABLE

Campeón del mundo en 2006

Gustavo Maidana integró el equipo nacional argentino que ganó el Mundial 2006, derrotando a Brasil en la final por 1 a 0, con gol de Silvio Velo, en Buenos Aires. Fue la única vez que la Selección pudo quedarse con el primer puesto en esta competencia; por eso, ese grupo de jugadores ciegos es recordado y muy respetado todavía. Era un equipazo.

“Nuestra camada de jugadores tuvo mucha mística, logramos aquel Mundial y la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008. Hoy está faltando eso para poder repetir, pero ya se va a dar otra vez”, relata el futbolista escobarense, que juega de volante central.

Esa fue la mejor etapa de mi vida deportiva. Es algo que no olvido nunca, a veces escucho los videos de ese partido y me da nostalgia. No me puedo quejar de la vida, logré mis objetivos y me sigue regalando cosas buenas”, confiesa, con orgullo, quien está casado con Cintia Osuna (44), tiene tres hijas -Ludmila (17), Solange (23) y Ariana (25)- y es abuelo por partida doble.

Su último partido con Los Murciélagos lo jugó en 2019, en la Copa Tango, en el CeNARD. Después se retiró, quiso volver en 2022 pero le agarró pubalgia y no pudo concretar su anhelo. Sin embargo, acaba de firmar contrato para River Plate y jugará la Liga de primera división para el Millonario.

“Creía que no iba a jugar más, pero vuelvo. Aquella vez me costó mucho asimilarlo. Estuve 25 años en la selección, era mi segunda casa. Pero uno tiene fecha de vencimiento como deportista”, razona, listo para volver a ponerse los pantalones cortos otra vez. A los 46 años, parece ser inoxidable.

BEIJING - SEPTIEMBRE 2007: Alfredo Cuadrado (L) del equipo español pelea por una pelota con Gustavo Maidana del equipo argentino.

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