Está por cumplir tres décadas en el referato. Dirigió desde partidos de la Liga hasta un Mundial de Fútbol para Ciegos. Además, fue policía durante 33 años y se retiró como comisario inspector.

Cada 11 de octubre se celebra mundialmente el Día del Árbitro de Fútbol, porque cuenta la estadística que en una fecha como esa se jugó por primera vez un partido con la presencia de un referee. Profesión difícil, desgastante y que muchas veces tiene más sinsabores que alegrías, pero que quienes la eligen no dudan en afirmar que es verdaderamente atrapante.

En Escobar, un referente indiscutido del referato es Víctor Martins Canelas (58), quien está por cumplir treinta años sacando tarjetas y pitando jugadas de peligro. Además, hasta hace un tiempo se desempeñó en las filas de la Policía Bonaerense, su otra pasión, de la que se retiró como comisario inspector a principios de 2020.

“Yo concurría a muchos partidos como personal de seguridad, en Primera B, Nacional B, Primera División y Liga Escobarense. Ahí me empezó gustar la unión y amistad que había entre los árbitros”, le cuenta a DIA 32 sobre su acercamiento al fútbol. Tanto le interesó que buscó dónde hacer el curso de árbitro y se anotó en el de la Liga.

“Comencé el 29 de marzo 1993, con el ex árbitro internacional Carlos Espósito (dirigió dos partidos en el Mundial de México ´86)”, recuerda con precisión. Al año siguiente debutó en un partido de tercera división entre Defensores de Maschwitz y Villar Vallier.

Tres años después tuvo su estreno en primera como árbitro principal: fue en un 0 a 0 entre Central Buenos Aires y Belgrano por la Liga Zarateña.

Durante su carrera arbitral dirigió seis finales. La última, en 2006. Desde entonces es juez asistente (antes llamado juez de línea) en la Liga Escobarense y réferi en partidos de la Liga Intercountry Zona Norte.

Víctor Martins Canelas junto a compañeros y futbolistas antes del inicio de un partido
Banderín en mano. Desde 2006 es árbitro asistente en la Liga Escobarense y en la Intercountries.

Entre murciélagos

Mientras llevaba sus primeros años dirigiendo en la Liga de Escobar, a Víctor Martins Canelas se le presentó la oportunidad de conocer algo distinto: el arbitraje dentro del fútbol para no videntes.

En 1999, el entonces DT del equipo del Polideportivo de Escobar, Enrique Bertoni, buscó árbitros que quisieran hacer el curso para “pitar” entre los ciegos. Curioso y predispuesto, aceptó el desafío.

“Mi primera vez fue en el Club Social Matheu, entre Román Rossell y un equipo salteño. Así empecé, pero fue una actividad que me llevó por todos lados”, comenta, con gratitud y grandes recuerdos.

Víctor Martins Canelas junto a compañeros y futbolistas no videntes antes del inicio de un partido
Algo distinto. En 1999 incursionó en el fútbol para no videntes, con el cual viajó por el mundo.

Estuvo en el Mundial España 2000, donde dirigió la semifinal entre España y Brasil; en el Mundial Brasil 2002, donde pitó en la semifinal entre el local y España; en la Copa América Colombia 2004, dirigiendo la final entre Brasil y Paraguay; en los Juegos Paralímpicos Grecia 2004 y en el Mundial Argentina 2006, donde dirigió su último encuentro como internacional: Japón vs Corea.

Además, en el año 2000 participó en una recordada publicidad de TyC Sports, donde jugadores profesionales como Riquelme, Almeyda y Crespo jugaban con los ojos tapados contra Los Murciélagos.

Su carrera policial, al ser ascendido a oficial jefe, le impidió seguir en la alta competencia. Pero ahora que dejó la fuerza, regresó a la Liga de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC) y tuvo partidos en el interior del país.

Malos y buenos momentos

Como todo árbitro, reconoce que tuvo actuaciones muy buenas y otras para el olvido, en una tarea donde hay que estar siempre con concentración plena.

“Mejores partidos tengo dos. El primero fue justamente mi primera final en la Liga, entre Malvinas Argentinas y Atlético Boulogne, en el estadio de San Miguel. Fue un partido complicado, pero salieron todas bien. El otro, fue en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004. Jugaban Brasil y Grecia bajo mucha presión, pero tuve un buen arbitraje”, señala, orgulloso.

Entre sus peores desempeños recuerda un partido de la Liga Escobarense entre Caza y Pesca (Don Torcuato) y Abrojal (Pilar). “Fue uno de los peores arbitrajes de mi vida. Dirigí tan mal… fuera de todos los conceptos”, confiesa.

“Creo que fui un buen funcionario policial y un buen árbitro”, sostiene, cuando se le pregunta por ambos trabajos y la presión que cada uno podía significarle.

Nunca fue fácil el ambiente en una cancha de fútbol y mucho menos años atrás, cuando había hinchadas de ambos clubes y en los partidos el ambiente se enardecía con un mínimo detalle. Las canchas de la Liga o de los torneos regionales se convertían en territorio hostil para los árbitros. Y él lo padeció en persona.

“Miedo en un partido nunca tuve. Por mi profesión sabía llevar ese tipo de presiones. Pero el partido más complicado que tuve fue como árbitro asistente en el Estadio Municipal de San Pedro, por la Copa Federación, entre el local y Baradero. Fue suspendido a los 65’ por una gresca generalizada”, resalta.

Para aquel partido la terna arbitral era 100% escobarense: Claudio Rouco fue el árbitro y Pablo Cascón el otro asistente. “Me acuerdo que estuvimos casi 30 minutos para poder salir del campo de juego”, revive.

Víctor Martins Canelas junto a compañeros y futbolistas antes del inicio de un partido
Antes del pitazo. A punto de cumplir 30 años en la actividad, Canelas es un referente del arbitraje escobarense.

Una mezcla picante

Nacido y criado en Belén de Escobar, Víctor Martins Canelas se convirtió en policía cuando tenía 22 años. Toda una vida en la calle, poniendo en riesgo su cuerpo y patrullando. Otra profesión difícil que supo llevar con orgullo y de la cual ya dio las hurras.

“Me recibí de oficial ayudante en 1987, en la Escuela Juan Vucetich”, recuerda. Su primer destino fue en la comisaría Escobar 3ra, en Garín. “Después de 33 años de servicio me retiré con el grado de comisario inspector, como jefe del Comando de Patrullas en Tres de Febrero”.

“Creo que fui un buen funcionario policial y un buen árbitro”, sostiene, cuando se le pregunta por ambos trabajos y la presión que cada uno podía significarle.

Siempre activo, no solo continúa dirigiendo sino que también da una mano en la capacitación de nuevas camadas. “Junto a Mariano Ascensi y Hernán Martínez realizamos un trabajo para capacitar árbitros dentro de las tres escuelas que en este momento tiene la Liga Escobarense”.

“Para mí esto es una pasión, un honor que sigue vivo dentro de mí, por eso sigo”, afirma, ratificando su pasión por impartir justicia, tanto en las canchas como en la vida…

Víctor Martins Canelas en el polideportivo de Escobar
Vocación. “Para mí esto es una pasión, un honor que sigue vivo dentro de mí”, afirma, convencido.

COMPAÑEROS Y FAMILIA

Agradecimientos especiales

Al hacer el repaso de su trayectoria arbitral, Víctor Martins Canelas no se olvida de quienes lo formaron y acompañaron en este recorrido: “Horacio Cañete, Claudio Rouco, Carlos Espósito, Enrique Bertoni, Enrique Nardone, Mariano Ascensi y a mi familia. Estas personas me hicieron lo que soy en el fútbol”, afirma.