A fines de los ‘80 fue la revelación del fútbol argentino, desde 1993 juega en Maschwitz y acaba de arrancar el Apertura ‘10 de la Primera “B” Metropolitana con el peor promedio. Historia y presente de un equipo ávido de nuevos hinchas.

Por JAVIER RUBINSTEIN
Director de El Deportivo Magazine y El Deportivo Web

Fundado el 2 de noviembre de 1962 por un grupo de integrantes de la colectividad para centralizar la representación de la comunidad en eventos deportivos, se llamó originalmente Club Armenio de Fútbol. En 1968 mutó su nombre a Club Deportivo Armenio y dos años más tarde se afilió a la AFA.

Tanto el escudo como su camiseta cambiaron con el paso del tiempo. En un principio, sus colores fueron negro y blanco, pero luego pasaron a ser verde con vivos blancos. Actualmente utiliza los tres colores de la bandera Armenia: rojo, azul y naranja.

Estos datos poco tendrían que ver con la atención de los habitantes del partido de Escobar, a excepción, claro está, de los de sangre armenia. Pero sí tienen valor desde que la gente de la colectividad decidió echar raíces en Ingeniero Maschwitz y edificar allí su estadio, con capacidad para unas 8.000 personas. Emplazado en ruta 26 y Quinta, camino a Dique Luján, el predio deportivo fue inaugurado en 1993.

Si bien su sede está en Capital Federal, Armenio tiene unos cuantos seguidores en la zona. Semanalmente se ven banderas de Garín, Maquinista Savio y Maschwitz colgadas en las canchas donde le toca presentarse. También tiene su grupo incondicional de socios vitalicios sentados en la platea, que no dejan de alentar (ni de maldecir cuando las cosas no salen).

Todos ellos vieron al club en Primera División y no se acostumbran a las asperezas de la “B” Metropolitana. Igual, no pierden la fidelidad y sábado a sábado se sientan cerca de Noray Nakis, el pope indiscutido de la institución desde hace décadas.

La realidad del equipo indica que deberá hacer un muy buen papel en el Apertura 2010 que comenzó a fines de julio (venció 1-0 a Español y empató sin goles con Sarmiento de Junín), ya que arrancó con el peor promedio y su continuidad en la divisional dependerá de muchos triunfos.

Con esa premisa, su director técnico, Fernando Ruiz, consiguió la incorporación de varios jugadores para reforzar el plantel. Algunos de ellos son el arquero Marcelo Bangert (ex Newell’s), el marcador central José Bilibio –los dos, integrantes junto a Ruiz del último Armenio campeón, en 1998-, el volante Alejandro Reyes (viene de Racing Club de Uruguay) y el brasilero George Dos Santos Paladini, ambos delanteros. La idea es realizar una gran campaña, olvidarse del descenso y pelear arriba.

En 2010, Armenio enfrenta un presente complicado, así como en su pasado conoció momentos de gloria y otros de mucha pena.

Subidas y bajadas

En su tercera temporada en el fútbol de AFA (en 1972), Armenio obtuvo el ascenso de la Primera “D” a la “C”, al lograr el tercer puesto en la tabla y así clasificarse para la rueda final que, luego de un triangular, ganaría. Tuvo que esperar hasta 1976 para conseguir un nuevo ascenso, al consagrarse campeón del torneo de la “C”.

El constante avance de la institución tuvo su pico máximo con la muy buena campaña realizada en 1977. Pero, paradójicamente, a partir de ahí comenzaría un declive futbolístico: salió 12º en el ‘78 y ‘79, y en 1980 conservó la categoría por un punto. No clasificó para los octogonales del ‘82 ni del ‘83 y luego, en 1984, sufrió su primer descenso. Ese resbalón sirvió como estímulo, ya que en el ‘85 ganó el campeonato de la “C” y volvió a la Primera “B”.

Un año después, reestructuración de los torneos de AFA mediante, logró el ascenso al Nacional “B”, donde realizó una increíble campaña que le valió el pasaporte directo a la elite del fútbol nacional. Jugó 42 partidos y estuvo invicto desde la jornada 9º hasta la última: 34 fechas sin besar la lona.

Ese plantel era dirigido por Alberto Parsechian y tenía a Maximiliano Cincunegui como goleador, a José Ubeda como estratega y a los hermanos José y Luis Villarreal en defensa. Ascendió a primera con 62 puntos -22 triunfos, 18 empates y sólo 2 caídas, ante Belgrano de Córdoba y Gimnasia de Jujuy, ambos 0-1-, sacándole ocho de ventaja a Banfield, el otro que subió.

Durante sus dos temporadas en la “A”, el team armenio demostró estar a la altura del más pintado. Fueron épicos los triunfos de visitante ante River (perdía 2 a 0 y lo dio vuelta con tres goles de Raúl Wensel) y Boca, en el último partido del “Loco” Gatti como arquero xeneize, tras “comerse” el gol del recordado Silvano Maciel.

El tricolor descendería el 25 de mayo del ‘89 (en aquel torneo en que se desempataba por penales), cuando perdió en Ferro 2 a 1 frente a Independiente, que al mismo tiempo se coronaba campeón de la mano de Ricardo Bochini.

Después de estar un año en el Nacional “B”, Armenio perdió otra vez la categoría. Y desde entonces habita en la Primera “B” Metropolitana, donde hoy lucha por permanecer.

Verdugo de grandes

En su primera temporada en la “A” (‘87-‘88), el club de la colectividad terminó 13º -8 triunfos, 18 empates y 12 caídas- y se mantuvo en la divisional por otro año, luego de empatar con Boca 0 a 0 en la penúltima fecha. Oudokián fue el goleador del equipo con nueve tantos y Maciel el que más jugó, 37 partidos. Armenio hacía de local en Platense o Ferro.

Sus resultados más importantes fueron las victorias por 4 a 1 ante Talleres, en Córdoba, y la histórica en el Monumental por 3 a 2, el 9 de marzo de 1988, ante el River de Pumpido, Ruggeri, Palma, Alzamendi y Canniggia, entre otros.

En el campeonato siguiente, el equipo fue dirigido por Osvaldo “Chiche” Sosa y su triunfo más rutilante fue el 1-0 a Boca en la mismísima Bombonera, con el gol de Silvano Maciel por arriba de Gatti. Esa derrota causó conmoción en La Rivera. Y no era para menos… el equipo contaba con Marangoni, Tapia, Graciani y Perazzo.

Otra sensación fue la goleada a Newell’s 4 a 0 –por entonces último campeón argentino-, un mes después del éxito en La Boca.

Maciel fue el goleador de la temporada, con 10 tantos, y el arquero Jorge Sarmiento la gran figura en la mayoría de los partidos. Pero el descenso fue inevitable para Armenio, que nunca más volvió a codearse con los grandes. ¿Volverá algún día?

La última alegría

Con Noray Nakis como entrenador -sí, el polifacético presidente del club-, Armenio se quedó con el torneo Clausura ‘98 de la “B” Metro. Tenía un gran equipo, con Marcelo Bangert en el arco, Fernando Ruiz atrás, “Pachorra” Smaldone y Eduardo González en el medio y Devani y el uruguayo Chabat arriba. En la última fecha derrotó a Berazategui 2 a 1 y acumuló 34 unidades, quedándose con el certamen.

El Porvenir había ganado el Apertura y ambos se enfrentaron en partidos de ida y vuelta, donde los de Gerli se impusieron 4-0 y 2-0. Destruido anímicamente, el tricolor jugó con Temperley por otra chance de ascenso en el Reducido. Pero el tren ya había pasado por Maschwitz…

Esa fue la última vez que el club estuvo cerca de ascender. En los demás años su ilusión se esfumó rápido y cada vez le costó más vestirse de protagonista.

LUCIANO NAKIS, VICE DEL TRICOLOR

“No pudimos lograr que el escobarense se haga hincha”

Noray Nakis lleva dos décadas al frente del club, se postuló para presidente de Independiente de Avellaneda y es uno de los hombres de más estricta confianza del titular de la AFA, Julio Grondona. Todo un personaje de la divisional, más de una vez ofició de director técnico de su equipo y en esa condición hasta llegó a sacarlo campeón. Pero ahora el fútbol de la institución tricolor lo maneja su hijo, Luciano, vicepresidente primero de la directiva.

De cara a una temporada en la que el equipo dirigido por Ruiz necesitará más aliento que nunca, Luciano Nakis reconoce que Armenio está flaco de hinchas en su territorio. “No pudimos lograr que el habitante de Escobar al que le gusta el fútbol se haga hincha de Armenio. Nos cuesta mucho familiarizar con la gente de Escobar”, le dijo a DIA 32.

Lejos de envidiar a entidades deportivas de otros municipios que reciben apoyo de sectores políticos -el caso de Tigre, con Sergio Massa, es un ejemplo rotundo-, el joven dirigente se mostró comprensivo de que esto no suceda con Armenio. “Sé que en otros distritos los intendentes ayudan y usan a los clubes como pantalla política, pero conozco también que (Sandro Guzmán) asumió con mucho trabajo por hacer en Escobar, que era un distrito abandonado. No le podemos exigir más de lo que puede dar. Prefiero que invierta el dinero en el barrio San Miguel y no en la cancha de Armenio, porque pareciera que después de las vías Maschwitz no fuera partido de Escobar”, señaló Nakis.

Con respecto al desafío de la nueva temporada, apostó a la confianza: “Estamos para pelear el campeonato, hace mucho que no tenemos un plantel así. Es cierto que también hay que mirar la tabla de abajo, pero vamos a andar bien. Tengo fe”.

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