Con la aprobación del Intendente, el Jefe de Gabinete se calzó el traje de verdugo y separó de sus cargos a una docena de funcionarios. Los entretelones de una purga que no solo apunta a “mejorar la gestión”.

Por CIRO D. YACUZZI
cyacuzzi@dia32.com.ar

Solo hay que tenerle temor a Dios. Y a mí, en todo caso, también un poquito”, les dijo hace unos meses la Presidenta a sus funcionarios. A esa misma frase -luego distorsionada hasta el paroxismo por los principales medios- podría haber apelado Sandro Guzmán para poner en capilla a los suyos. En realidad, de alguna manera, lo hizo, incluso antes que Cristina, aunque para muchos pasó inadvertido. Fue el viernes 8 de junio, en una cena más partidaria que institucional y ante unos mil comensales. Aquella en la que dejó abierta la posibilidad de ir por un tercer mandato. Esa misma noche, en la Sociedad de Fomento de Los Tulipanes, en Garín, el intendente avisó que no toleraría más que quienes se alimenten de su mano se la muerdan y después apelen a su compasión para seguir comiendo de ella: “Uno a veces es demasiado bueno, pero tiene un límite”, advirtió. Menos de cuatro meses después empezó a obrar en consecuencia.

De la misión de depurar la tropa, apartando a leales a medias, ineptos, ingratos y ajenos, se hizo cargo el jefe de Gabinete, Walter Blanco. Sin apelar a sutilezas, el funcionario oriundo de San Fernando pero radicado desde hace un tiempo en Belén de Escobar se calzó el atuendo de verdugo y le bajó la guillotina a doce funcionarios en menos de un mes. En la purga rodaron cabezas de primeras, segundas y terceras líneas, algunas muy identificadas con la gestión y otras del montón.

La versión oficial de los desplazamientos es que se trata de un “proceso de evaluación” que apunta a “mejorar la gestión”. Pero en los pasillos palaciegos circulan otras lecturas y ni el funcionario más sacrificado se siente seguro detrás de su escritorio con el rigor de Blanco al acecho.

Cimbronazo ejemplificador

Hasta donde había llegado al cierre de esta edición, la purga se dividió en dos etapas. Como si se tratara de dar un ultimátum al resto -o de advertir, una vez más, que nadie tiene el puesto ganado-, los primeros en caer fueron los dos funcionarios de mayor jerarquía alcanzados por la filosa cuchilla del número dos del Municipio: el secretario de Salud Pública, Matías Bertol, y el subsecretario de Deportes, Julián Montessano. Sin embargo, el odontólogo de Campo Chico luego fue reubicado como coordinador de las cooperativas del programa nacional “Argentina Trabaja”, mientras que el empresario de la nocturnidad no consiguió ningún conchabo donde resguardarse.

Cada caso encierra una explicación distinta. El de Bertol no se debería tanto a su performance al frente de la cartera sanitaria, en la que llevaba cuatro años, sino a su participación política en el espacio que comanda el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, alguien que no cultiva un vínculo muy amigable que digamos con la cúpula del Municipio. Por eso se le restó protagonismo y poder, aunque no se lo excluyó del equipo de gobierno.

Por supuesto, la explicación oficial no coincide con la trama descripta: “En los centros de salud teníamos cada vez más reclamos en vez de menos. Creo que estaba desvastado”, señaló Walter Blanco, que para darle una salida elegante al especialista en salud bucodental apeló a fundamentar su separación en razones operativas de dudosa incidencia. En su lugar quedó el hasta entonces subsecretario Waldo Wynberg.

Montessano, en cambio, se fue de madrugada y por la puerta de atrás, envuelto en un océano de versiones y al borde de una investigación judicial.

DIA 32 pudo saber que el Jefe de Gabinete presentó en la fiscalía un escrito solicitando que se investigue la posible comisión de delitos en la contratación de proveedores cuando Montessano aún estaba al mando del Consejo Escolar. Por suerte para él, la fiscal Irene Molinari, tras tomarle declaración al presunto damnificado, determinó que no contaba con elementos consistentes para iniciar una investigación y archivó el expediente, según expresó a esta revista.

En el mismo orden, sorprendió que la nueva presidenta del Consejo Escolar, Carina Chmit, haya organizado reuniones con proveedores y contratistas para aclararles que ella no es Montessano y que le comunicaran inmediatamente cualquier irregularidad o rareza. Innecesario ahondar en detalles.

Por lo demás, es vox pópuli que la relación entre Blanco y Montessano nunca fue buena, venía desgastada y terminó de quebrarse en los últimos meses. Incluso se corrió el rumor de que la última reunión entre ambos estuvo a nada de terminar a las trompadas. Los motivos reales los sabrán ellos, aunque todos los trascendidos apuntan a manejos poco transparentes -cuanto menos- por parte del ex consejero escolar.

Desde la ventaja que permite la retrospectiva para analizar un hecho, es inevitable inferir que Montessano redactó su propio telegrama de despido cuando a fines de agosto renunció al Consejo Escolar en vez de pedir licencia para reincorporarse al Ejecutivo. Apenas un mes después se quedaría sin el pan y sin la torta. Ni siquiera su larga amistad con el lord mayor pudo salvarlo del cadalso.

El segundo sacudón

Tres semanas después de la caída de Montessano y el traslado de Bertol, la implacable guillotina de Blanco hizo rodar de un solo tirón más de diez cabezas de variado tamaño y valía. Un aspecto curioso es que mientras que el primer episodio se comunicó oficialmente a través de un comunicado, con el segundo no pasó lo mismo, aunque DIA 32, al igual que otros medios, pudieron acceder a una copia del decreto que dejó sin efecto todos esos nombramientos.

Entre los que cayeron en la volteada hay algunas figuras que sobresalen del montón. Una de ellas es la cantante folklórica Iris Pavoni, que en diciembre iba a cumplir tres años en la Dirección de Cultura. Para el área aún no hay nombrado un sucesor definitivo y también se está evaluando la implementación de un programa que contaría con la participación del popular cantante y animador Manuel Wirtz, radicado hace rato en El Cazador. En tanto, el destino de Pavoni no está definido, aunque seguiría formando parte de la estructura municipal.

Otro de los nombres cuya aparición en el decreto 1.455 causó cierta sorpresa fue el de Daniel Bufelli. Tras su digno papel en las elecciones primarias del año pasado -fue el segundo candidato a intendente del kirchnerismo con más votos- consiguió en marzo un nombramiento como director de Desarrollo Social del que pocos estaban al tanto. “Había una serie de desconfianzas y resquemores. Nos faltó tiempo para conocernos”, lamentó el depuesto funcionario -al igual que Bertol, una de las espadas de Berni en el distrito- en declaraciones a El Día de Escobar.

Los demás funcionarios que pasaron por el patíbulo fueron Diego Orentlijerman (Director General de Defensa al Consumidor y hermano del juez de Faltas); Ariel “Cuca” Gómez (Director de Deportes y pariente de Montessano); Ricardo Alderetes (Director General de Orden Urbano), Carlos Insaurralde (Director de Licencias de Conducir), Ramón Jesús Cercos (Subdirector del polideportivo de Ingeniero Maschwitz), José Alfredo Leguizamón (Director de Policía de Tránsito), Víctor Edgardo Maldonado (Director General de Pavimentación), Daniel Enrique Bustos (Director General de la Delegación de Garín) y Marcela Oyarzú (Directora General de Desarrollo Social de Ingeniero Maschwitz).

Pero no todos fueron decapitados, ya que algunos pudieron retornar a los cargos de base que tenían antes de saltar a la planta jerárquica de la Comuna: Insaurralde volvió a su trabajo de chofer en Desarrollo Social, Gómez a dar clases de educación física en el polideportivo Luis Monti, Oyarzú a la cocina del Palacio Municipal y Bustos al plantel de operarios de la Delegación de Garín.

Por otra parte, todavía no está definido qué pasará con las vacantes generadas en la mayoría de las áreas, algunas de las cuales serían suprimidas. Sólo se supo que el ex concejal justicialista Carlos “Rocky” Ferreyra se haría cargo de la Dirección de Licencias de Conducir, mientras que el profesor Gustavo Issetta recaló interinamente en la Dirección de Cultura, donde ya había estado durante la última etapa del pattismo.

Dentro de este contexto, un interesante enroque y una sorpresiva renuncia completaron el cambiante panorama del Ejecutivo. Por un lado, el ex concejal frepasista Diego López y el abogado Eduardo Romero intercambiaron sus roles: el primero pasó a la órbita de la Secretaría de Gobierno, a cargo de Horacio Bozzano, como director general; mientras que el segundo fue a la prosecretaría legislativa del Concejo Deliberante, al servicio del presidente Elio Miranda. En tanto, el polifacético Diego Pravatto, otrora mano derecha de Bertol en Salud, presentó el jueves 18 su dimisión como delegado de Ingeniero Maschwitz.

¿Algo mejor o más de lo mismo?

Aunque la purga, un tanto desprolija y “espasmódica”, como la definió su ejecutor, haya dejado muchos interrogantes abiertos y cabos sueltos, su implementación no admite cuestionamientos. Es una perogrullada que quien gobierna está en plena facultad de disponer a los colaboradores que considere más apropiados para acompañar su gestión. Y eso, al menos hasta ahora, es lo que se hizo.

Si el resultado de esta “restructuración” será “una mejor gestión”, como dicen desde los mandos del Ejecutivo, o simplemente más de lo mismo con distintas figuritas, es algo que solo podrá saberse con el tiempo. Pero Guzmán y su lugarteniente Blanco tienen todo el derecho de hacer, deshacer y tener a su lado a quienes prefieran.

Empero, no deja de ser llamativo, y de generar cierta desconfianza, que de una evaluación supuestamente tan severa hayan quedado a salvo cabezas de áreas que claramente no funcionan bien. Alguien tiene que ser responsable -o culpable, a esta altura- de que las calles céntricas estén minadas de baches, de que la iluminación pública sea cada vez más deficiente, de que no se vea ninguna inversión con los fondos de la tasa de protección ambiental, de que haya autos mal -pésimamente mal- estacionados por todas partes y así tantos etcéteras. Pero nadie, absolutamente nadie fue removido por este tipo de situaciones.

Quizás para encolumnar a la tropa y depurarla de díscolos Blanco entienda que no es necesario utilizar con todos la misma vara. Que con unos cuantos casos emblemáticos alcanza para dar vuelta la página, al menos por ahora, y esperar del resto un rendimiento mejor. Como sea, lo cierto es que con todo esto su figura política logró robustecerse nuevamente y eso no es poco importante para alimentar su sueño de legislador provincial. Hoy, por si hacía falta, el primero en la línea de sucesión de Guzmán demostró que tiene autoridad de sobra en la Comuna y una filosa guillotina con la que hacerse temer. No tanto como a Dios, obviamente. Pero sí un poquito, como dijo Cristina en aquel discurso.

CONCEJAL LEANDRO COSTA (BLOQUE ESCOBAR ES POSIBLE)

“Hoy el que toma las decisiones es Walter Blanco”

¿Qué lectura hace de los recientes desplazamientos en el Ejecutivo?

Algunas decisiones las comparto, porque había áreas que funcionaban muy mal. Pero la que peor funciona es Obras Públicas y ahí, hasta ahora, no hubo ningún cambio.

¿En qué casos está de acuerdo?

Los dos primeros, que fueron ejemplificadores y estuvieron bien. La gestión en Salud no era buena. Y en Deportes, aunque después de que volvió le dieron poco tiempo, tampoco se veían muchas cosas. Por ese lado, está bueno que busquen mejorar la gestión y que empiecen por donde empezaron. Los demás cambios fueron en terceras y cuartas líneas, que claramente me parecen más una cuestión política que otra cosa.

Entonces, ¿cree que se trata de una restructuración para mejorar la gestión o que es una caza de brujas?

Un poco de las dos cosas. Tiene mucho que ver con un disciplinamiento por parte de quien hoy está tomando las decisiones, que quiere encolumnar a todo el mundo para tomar más protagonismo. Definitivamente, quien hoy gobierna el partido de Escobar es el Jefe de Gabinete. No tengo ninguna duda.

¿Usted dice que Walter Blanco hoy tiene más poder que Sandro Guzmán?

No sé si tiene más poder, es el que toma las decisiones. Sandro es el intendente, pero Walter Blanco es el que toma las decisiones. Es cierto que con una firma del intendente Blanco no es más jefe de Gabinete, pero hoy es el que toma las decisiones. Está claro con todos estos movimientos que se hicieron.

¿Confía en que a partir de ahora mejore la gestión?

Es muy difícil confiar, teniendo en cuenta que en Salud no está firme quien reemplazó a Bertol o que en Deportes se ignora quién está y cambiaron todo. Si sacaron gente para no poner reemplazantes, la gestión así no va a andar. Igual, yo siempre soy positivo, casi como Scioli.

WALTER BLANCO, JEFE DE GABINETE DEL MUNICIPIO

“Tenemos que cambiar y mejorar”

Después de una operación sin anestesia que en un solo decreto apartó de sus cargos a más de una decena de funcionarios, el jefe de Gabinete, Walter Blanco, rompió el silencio al salir a explicar los fundamentos de esta purga en declaraciones a El Día de Escobar, al término de un acto partidario por el 17 de octubre.

¿Van a continuar los cambios o llegaron hasta acá?

En rigor de verdad son espasmódicos, porque se van sucediendo distintas circunstancias. Es un proceso que lleva algunos años y el tiempo a veces hace que se pierdan el hambre y las ganas de trabajar como desde el primer día, por ahí alguno piensa que tiene ganado el lugar y no es así. Entonces hay que ajustar.

¿A qué se debió el desplazamiento de Matías Bertol en Salud?

Matías no estuvo a la altura de las circunstancias con algunos manejos dentro del área, sobre todo con el tema del personal, y en los centros de salud teníamos cada vez más reclamos en vez de menos. Creo que estaba desvastado. Se habló con él, estuvo de acuerdo, dio un paso al costado y ahora está trabajando con las cooperativas.

¿Y con Montessano qué se evaluó?

Para mí no ha tenido un desarrollo adecuado. Y para Sandro y el resto del gabinete tampoco. Creo que se acostumbró a tener ganado un lugar que cada día hay que revalidarlo y no tuvo un buen desempeño. Si quería, podría haber hablado con Sandro para quedarse en el Municipio cumpliendo una labor de menor importancia, pero no lo hizo.

Pero si Montessano recién llevaba un mes en Deportes, ¿en qué momento se juzgó que su gestión no era buena?

Hay un antes, un durante y un después en Deportes. No hay que olvidarse que Julián estuvo al frente de Deportes antes de ser consejero escolar. No voy a decir cómo y por quiénes fue el planteo dentro del Ejecutivo, pero no se trata de una foto aislada, fenomenológica. Es una película que viene desde 2008 a esta parte. No es necesariamente por este poquito tiempo que volvió a estar en Deportes. Tiene que ver con una decisión interna y no me parece justo dar pormenores.

Insisto, ¿se consideró su desempeño en Deportes o en el Consejo Escolar?

No, en el Consejo Escolar nosotros no tenemos nada que ver. Puede haber una conducción partidaria y política de la direccionalidad de los consejeros, pero no tenemos injerencia en la vida institucional del Consejo. En la decisión que tomó el gabinete se tuvo en cuenta toda la trayectoria de Julián, pero como funcionario en Deportes.

¿Es verdad, como dijeron muchas versiones, que su reunión con él terminó con agresiones físicas?

No, las desmiento, nada que ver. Se dicen tantas cosas…

Otra versión muy instalada es que se está proyectando para 2013 una fuerte reducción de la planta de personal municipal. ¿Qué hay de cierto?

Nada, es mentira. Eso lo dicen detractores que quieren descalificar lo que se está haciendo. Los empleados tienen que estar tranquilos, no hay una purga de ningún tipo ni nada que se le parezca.

¿Considera que este es el período más complicado y menos lucido por el que está atravesando esta gestión desde su inicio, en diciembre de 2007?

Yo lo estoy viendo como un momento bisagra. No estoy conforme con muchísimas cosas de la gestión y me parece que no es cuestión de cambiar de collar sino dejar de ser perro. Hay que laburar para la gente y con la gente dando un plus, haciendo más de lo que estrictamente nos corresponde. Nosotros vamos a dar lo mejor porque queremos seguir trabajando en la Municipalidad. Tenemos que cambiar y mejorar, porque el 54% no es un cheque en blanco.

CONCEJAL JOSE MARIA ROGNONE (BLOQUE PERONISMO DOCTRINARIO)

“Hay una nueva conducción: Walter Blanco”

¿Qué opinión tiene sobre los desplazamientos en el Ejecutivo?

En cuanto a los cargos políticos, creo que tiene el derecho y la facultad de hacer lo que le parezca. Sí me parece una mala señal política que desplacen a tanta gente que puso la cara para que ese proyecto gane una elección. Aunque es relativo, porque son cargos políticos. Lo que realmente me parece mal es que vayan contra gente de planta temporaria, porque son laburantes.

¿Cree que estos cambios son para mejorar la gestión o que tienen que ver con otra cosa?

Estos cambios no tienen nada que ver con la gestión. Yo los atribuyo a que hay una nueva conducción política en el oficialismo que es Walter Blanco. Y las personas que fueron desplazadas no comulgan con esta forma de hacer política, por eso no están más.

Si Walter Blanco es el nuevo conductor del Municipio, ¿cuál es el rol de Sandro Guzmán?

Un rol de intendente de transición hacia una nueva conducción.

Concretamente, usted sugiere que Blanco quiere ser el próximo intendente de Escobar…

Evidentemente, sí, sí.

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