Bajo la marca Ivess, Szykula Aguas reparte sus productos en todo Escobar, Zárate, Exaltación de la Cruz, Pilar, Campana y parte de Benavidez. Su planta está ubicada sobre la avenida San Martín, desde hace sesenta años.

Cuando la soda se vendía en sifón de vidrio y la única forma de conseguirla era a través del repartidor a domicilio, los Szykula se instalaron en Belén de Escobar y se convirtieron en los soderos indiscutidos de la zona.

Dieron los primeros pasos en 1963 y mantuvieron un crecimiento sostenido durante décadas. Con el tiempo, la modernidad dio lugar a nuevos hábitos: los consumidores se pasaron al agua de mesa tratada y envasada en botellones, mientras que la soda quedó en segundo plano.

Con el objetivo de mejorar los estándares de calidad, en 1996 Szykula se asoció al Instituto Verificador de Elaboración de Soda en Sifones (Ivess). Una asociación civil que audita regularmente a sus 42 asociados, quienes encomendaron a un equipo de sanitaristas, químicos y arquitectos el diseño de una fábrica de soda en sifones que cumpliera con las solicitudes oficiales.

“Comercialmente fue un salto cualitativo importante unirse a Ivess porque nos igualamos en calidad a las grandes marcas y eso el cliente lo percibe”, comenta a DIA 32 la directora de la empresa, Micaela Szykula.

DEL SIFÓN AL BOTELLÓN. Los cambios de hábitos de la clientela marcaron la evolución de la fábrica.

A medida que Ivess se fue fortaleciendo el nombre inicial quedó atrás: “Hoy la gente nos busca más como Ivess; el apellido Szykula asociado a la soda quedó en la memoria del Escobar de antes”, señala la nieta del fundador.

La pyme cuenta con una flota de veinte camiones de reparto, que circulan por las localidades del partido de Escobar, Campana, Pilar, Zárate, Exaltación de la Cruz y algunas zonas de Tigre. Transportan soda en sifones de 1.5 y 2 litros; agua en botellones retornables de 8, 12 y 20 litros, en su versión clásica y en la de menos sodio, y en botellas de medio litro; y también aguas saborizadas de 1.5 litros.

Como parte del servicio, el cliente recibe un dispenser frío-calor con un termostato que le permite ahorrar energía eléctrica. Las áreas de reparto autorizadas deben respetarse al pie de la letra para no interferir en la jurisdicción de otras empresas que también operan bajo la marca Ivess.

“La competencia es fuerte, pero el principal problema que se afronta son los soderos informarles que salen a la calle sin cumplimentar la normativa laboral, impositiva ni bromatológica”, apunta Szykula.

micaela frente a la entrada de la fabrica
DIRECTORA. Micaela Szykula se incorporó a la empresa familiar en 2021 y le aportó una nueva impronta.

La empresa por dentro

La planta de Szykula Aguas está ubicada sobre la avenida San Martín al 657, tiene una superficie de dos mil metros cuadrados y 46 empleados. Una parte trabaja dentro de la fábrica, donde se ocupan de la carga y descarga, de llenar los bidones y operar las máquinas; otros se desempeñan en el área administrativa y los demás en el reparto.

Cada camión tiene un chofer y un ayudante; ellos son los que desde hace años conocen a los clientes cara a cara. Casas que visitan todas las semanas, desde siempre.

“Venimos de la tradición de que las personas se jubilaban en la empresa. Aunque hoy hay más rotación, tenemos personal que está casi desde el principio, yo los conozco desde chiquita y tienen mucho cariño por el reparto. No quieren dejar ‘su’ reparto y a ‘su’ gente. Conocen a la persona, tienen una cierta relación con ellas. Tratamos de mantener esa mística”, explica Szykula.

fachada de la empresa
PUNTO DE PARTIDA. La planta de Szykula Aguas está ubicada sobre la avenida San Martín al 657.

Por otra parte, la firma tiene un reparto especial para empresas y grandes clientes en el cual se trabaja con cuenta corriente, un volumen determinado y fechas pautadas de entrega.

El proceso de elaboración del agua de mesa es bastante complejo. En una primera etapa se trabaja el agua “cruda”, se la acumula y se realiza un filtrado de sedimentos a través de carbón activado, grava y arena. Después pasa por un filtro bolsa de 2 micrones, para finalizar el tratamiento físico químico en dos equipos de ósmosis inversa industrial que desmineraliza totalmente el agua para su posterior mezcla a bajo sodio o regular.

Una vez balanceada el agua, se stockea en dos tanques de gran capacidad y se procede a la desinfección bacteriológica mediante un rector de dióxido de cloro para su envasado. Tanto los botellones como la soda utilizan el mismo tratamiento para el agua.

instalaciones de la fabrica de soda
TECNOLOGÍA. La empresa tiene equipamiento de última generación para lograr un producto de calidad.

El lavado de los botellones es crucial para el mantenimiento de la calidad del agua en el envase. Para eso se realiza un lavado automático exhaustivo de 8 pasos, a una temperatura mayor a 65° grados. El lavado y el tapado del botellón se realizan de forma automática, para garantizar la inocuidad del producto.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es esencial para el cuerpo humano porque ayuda a regular la temperatura corporal manteniendo la piel hidratada y elástica, lubrica articulaciones y órganos y ayuda a una buena digestión.

Se recomienda consumir, como mínimo, dos litros de agua segura por día. En Ivess los análisis son semanales en cada planta de producción y están disponibles para todos aquellos que deseen acceder.

flota de camiones en el galpon de la fabrica
FLOTA. Decenas de camiones le permiten cubrir el amplio radio de reparto en Escobar y alrededores.

Trabajar en familia

Corría el año 1963 cuando el polaco Miguel Szykula, que tenía una empresa de reparto en José León Suárez, llegó con su familia a Belén de Escobar y se zambulló en el mundo del agua gasificada. Hasta ese momento se había dedicado a entregar leche y lavandina; al principio en un carro tirado por un caballo; después, en un camión.

Pero este era un nuevo desafío. Parte del crecimiento fue adquirir la fábrica de soda Monti, que luego se convertiría en Szykula Hnos e Hijos.

Miguel Ángel y Salvador aún eran chicos, pero ni bien terminaron la primaria comenzaron a trabajar con su padre. Entre los años ‘63 y ‘81 lograron comprar varios terrenos sobre la avenida San Martín al 600: algunos para vivienda; otros para agrandar la empresa, que crecía y crecía.

foto antigua de la fabrica de soda
OTROS TIEMPOS. La fábrica por dentro, en sus comienzos, cuando únicamente se dedicaba a la soda.

Miguel Ángel es socio fundador y mantuvo el timón de la firma durante décadas. Tiene dos hijos: Andrés, que es cirujano plástico y no participa del negocio; y Micaela, abogada y licenciada en Ciencias Políticas Socioeducativas.

A su vez, ella está casada con Andrés Schiagno, que en 2003 se recibió de licenciado en Comercialización. En aquel momento, Miguel Ángel convocó a su yerno para aggiornar la empresa: “Abordar el cambio generacional profesionalmente fue complicado, porque hubo que hacer todo de nuevo. Todos los sistemas cambiaron, desde las cobranzas y los pagos hasta la forma de llenar una planilla o de hacer un cheque. Además, Andrés trabajó con mi papá en la transición tecnológica de las máquinas semiautomáticas a los procesos totalmente automáticos”, cuenta su esposa.

Ella no se unió a su padre y a su marido hasta 2021. Estaba en la dirección general del Instituto General Belgrano y da clases de Trabajo y Ciudadanía en la Escuela Secundaria Nº21. Solo se relacionaba a la empresa a través de trámites, poderes y cartas documentos. Hasta que finalmente la convencieron.

Miguel Angel Szykula, en los '80, en su oficina y con sifones en los estantes.
DETRÁS DEL ESCRITORIO. Miguel Angel Szykula, en los ’80, en su oficina y con sifones en los estantes.

“Comercialmente fue un salto cualitativo importante unirse a Ivess porque nos igualamos en calidad a las grandes marcas y eso el cliente lo percibe”, comenta Micaela Szykula.

Está encargada del personal, el marketing, la difusión y la organización. Uno de sus primeros objetivos fue readquirir la propiedad lindera a la fábrica, que es la casa donde ella nació y se había vendido hacía tiempo, para construir un nuevo sector de oficinas.

“Dentro del proyecto de profesionalización de la empresa, otra de las cosas que hicimos, al principio, con mi papá, fue un curso de empresa familiar en la Universidad Austral, para abordar los protocolos familiares. Si no, terminás discutiendo por no saber ponerte de acuerdo. Hoy es necesario apostar a la formación y capacitación, por eso participé de un programa de Dirección de Pymes en el IAE. Se habla y se comunica de otra manera”, señala, convencida y entusiasmada con participar de esta nueva etapa de una empresa que ya es parte de Escobar.

micaela junto a su padre
PADRE E HIJA. Micaela y Miguel Angel Szykula: pasado, presente y futuro de esta pyme escobarense.

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